Capítulo 21

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Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, yo solo me adjudico la historia, prohibida su publicación en otros sitios sin mi consentimiento.

Después de estar otra hora platicando con los chicos pedimos la cuenta y Jasper, Edward y yo nos dirigimos hacia nuestro departamento.

Aunque al principio la cena se sintió algo tensa por un nuevo integrante al grupo, Edward hizo uso de su encanto y se gano a todos logrando que la conversación volviera a fluir con normalidad. Después del pequeño incidente de celos, que no paso a mayores, Edward se dedico a pasar sus brazo por mis hombros o tomar mi mano por encima de la mesa, en fin, a hacerles sabes a todos que era su novia y que no le importaría moler a golpes a quien osara siquiera a tocarme.

Jasper se adelanto a abrir la puerta mientras Edward pagaba al taxista. Cuando entramos a la casa el reloj de la cocina marcaba las dos de la mañana.

-Chicos, me iré a dormir. Ha sido una tarde muy larga. Edward, me dio gusto conocerte.

-Buenas noches Jasper-lo despidió Edward con un asentimiento de cabeza.

Jasper dio la vuelta y se dirigió escaleras arriba donde estaba su habitación.

- ¿Quieres tomar algo o ver la televisión? -me recargue contra una mesita y cruce mis manos sobre mi pecho para controlar los nervios.

-Me gustaría verte a ti -Tomo mi mano y sonrió. Me deje llevar por el a nuestra habitación.

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Dos años atrás

-Hija me hubieras pedido ayuda para subir esas cajas al ático.

Charlie, mi papá, llenaba el formulario para poder ingresarme a un cubículo del hospital en la sección de emergencias. La silla de plástico me molestaba al igual que el dolor de mi pierna izquierda.

Después de varias visitas al hospital por varias fracturas, algunas contusiones, torceduras había aprendido a controlar un poco el dolor y sabia posiciones para que no me doliera tanto. Pero pareciera que hoy era el día en que todo el mundo en Forks había decido enfermarse o accidentarse.

-Subir dos cajas y subir una escalera no es seguro ni para una persona con coordinación.

-Lo sé papá. Pero por favor podrías decirle a la enfermera que realmente necesito que me atiendan. El dolor se está siendo insoportable -Volví a morder mi labio para aguantar las ganas de llorar.

-Claro, bebe. Ya termine aquí, trata de aguantarte un poco -asentí aguantándome las lagrimas. Charlie se paró de su asiento y camino hacia la estación de enfermeras.

-Lo siento Charlie, estamos un poco cortos de personal.

-No te preocupes Sue, solo trata de que atiendan a mi bebe lo más pronto posible -Escuche a lo lejos como Charlie hablaba con Sue, una de las enfermeras y esposa de uno de sus mejores amigos, no pude evitar sonrojarme ¡Por dios ya tenía dieciséis!

-Mira ahí viene el doctor Cullen -Sue salió detrás de su escritorio y se dirigió al doctor Cullen, uno de los mejores médicos del país y para nuestra suerte, había decidido residir en el pueblo que lo vio nacer -Doctor Cullen, su siguiente paciente está listo, fractura abierta ocasionada por una caída.

El pobre Doctor Cullen, que suponía había salido por algún bocadillo tuvo que regresar a su cubículo, me sentí un poco mal por él y prometí no volver a subir las escaleras con cajas en las manos.

Amor y CelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora