Amor y Celos

Capítulo 20

Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, yo solo me adjudico la historia, prohibida su publicación en otros sitios sin mi consentimiento.

Mis ojos se abrieron y vi una figura acercándose a nosotros con la mirada baja, cuando levanto la vista su postura se me hizo conocida. Entrecerré los ojos para tratar de poder ver a la distancia. Cuando su ojos (los cuales no alcanzaba a ver el color) se conectaron con los míos, la figura se volteo, lo analice de pies a cabeza hasta que di con su cabello. Ese cabello desordenado nunca pasaría desapercibido para mí. Sabía quién era.

—Edward —susurre.

— ¿Qué? —me pregunto Jasper separándose de mí.

Mi mente por fin salió del shock.

— ¡El es Edward! — Le grite a nadie en específico, me separe completamente Jasper— ¡Edward!

Jasper volteo a su espalda y miro también la figura que se había quedado paralizada en la acera al escuchar mi nombre.

— ¿Qué esperas? —Jasper me empujo—Corre tras tu hombre.

Sin darle una mirada corrí tras el encuentro de mi novio, me estrelle contra su espalda y enrede mis brazos alrededor de él.

—Edward. Viniste —sentí como sus hombros y músculos de la espalda se relajaban, suspire el aroma de su colonia.

—Quería arreglar las cosas contigo, pero te fuiste —Edward volteo hacia mí y me acerco a su pecho. Beso mi cabello repetidas veces.

—Yo pensé que estabas enojado conmigo y por eso no habías ido al aeropuerto —mordí mi labio intentando que las lagrimas no salieran.

—No, estaba molesto conmigo mismo y tenía miedo de que me lanzaras lo primero que vieras si seguías enojada. Al final del día no supe ni la hora ni el vuelo en que saldrías, fui a tu casa pero ya te habías ido. En ese momento tuve una epifanía, supe que si te dejaba partir sin más te perdería y no podía dejar que pasara eso por lo menos sin luchar.

Asentí a sus palabras.

—Me alegro que hayas venido —le conteste con la voz entrecortada volviéndome a enterrar en su pecho.

—Bella —una voz me saco de mis pensamientos —iré a la tienda de alimentos por algunas cosas. Deberían pasar regreso en unas cuantas horas.

Asentí y le agradecí con la mirada a mi rubio amigo. Jasper se despidió con un asentimiento de cabeza de Edward y camino hacia la calle doblando en la siguiente cuadra.

Me sentía extasiada de tener a Edward en mis brazos, mire hacia arriba y mire su ceño fruncido

— ¿Qué sucede?

— ¿Quién era él?— Sentí como los brazos de Edward se apretaban más fuerte a mi alrededor.

—El es Jasper —le dije con una sonrisa. Entrelace mis dedos con los de Edward y nos encaminamos hacia la puerta de nuestra casa — Justo estábamos hablando de ti.

— ¿De mi?

—Si

Edward entro detrás de mí arrastrando su maleta de ruedas. La dejo junto a la puerta y recorrió con su vista nuestra pequeña pero acogedora casa, cerré la puerta tras de mí.

—Jasper me estaba aconsejando sobre nosotros, que necesitábamos arreglar las cosas antes de que todo se volviera más grande, me regaño un poco y me hizo darme cuenta que pase lo que pase te amare Edward —toque su mejilla.