Mi Profesor 2 (JorTini-HOT)

Capítulo 23.

Narra Tini:

Me senté en el sofá con Jorge, descansando un poco. Habíamos bailado demasiado.

Ansiaba que llegara mañana, ya que mañana nos encontramos en el cerro para partir en el crucero toda nuestra familia. Tan sólo dos meses para la boda, va a ser hermosa.

-¿Ansiosa?.- Asentí.- Pues duerme, el tiempo va a pasar más rápido si duermes.- Besó mi frente.

- ¿Ya nos vamos?.- Asintió. Una oleada de frío recorrió mi cuerpo y me estremeció.- F-Frío.- Me quejé, se quitó el saco y me colocó por encima de los brazos, me envolvió con los suyos.- Eres un tierno.- Besé su mejilla.

-¿Vamos?.- Asentí, nos levantamos del sofá.

Saludamos a todos, y nos subimos al auto, para al fin, dirigirnos a casa, descansar, y mañana levantarnos temprano para al fin poder partir de México.

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A la mañana siguiente, todos se encontraron en el cerro de barcos. La familia de Tini y Jorge. Esperaron una hora en la fila, cuándo al fin avanzó y ellos pudieron subirse. La fila era larguísima para poder hablar con el recepcionista del crucero sobre las habitaciones. Pero finalmente, llegó el turno de su familia. Jorge y Martina les tocó habitación junta, con la vista al océano. Mariana y Alejandro habitaciones de paradas por falta de habitaciones. George y Daniel, juntos. Cecilia sola en una habitación.

Enseguida Martina y Jorge llegaron a su habitación, dejaron las maletas y se acostaron. Por un parlante, la voz de la marinera anunció que si había turbulencia era qué el crucero estaba por avanzar. Empezando a partir hacia África, el viaje sería largo, así que tenían que recorrer todo el océano atlántico hasta llegar a África.

Martina se levantó de la cama y corrió a la parte relax, dónde habían piscinas, sombrillas, se dirigió a la parte de barandillas, que evitaba que la gente cayera al océano, observó todo el atlántico, era hermoso. De un color turquesa. Y la espuma a los lados. Siempre quiso hacer eso. Se volteó para ver a su padre en traje de baño, rió. Se veía tonto. Se metió en una de las piscinas pequeñas, ella de acercó a él y remojó sus pies en el agua.

-Hola papi.- Le acarició el cabello.

Pudo ver que la piscina era honda, odiaba eso, considerando que odiaba nadar tanto. Se quitó el vestido, dejando ver su trikini negro.

-Hijita.- Sonrió.

- Esto es genial.- Miró todo el lugar.

- Sí.- Movió su brazo a la cintura de su hija.