Martina dormía, siendo observada por su prometido. La miraba era tierna, a vez penosa. Abrió sus ojos, parpadeó un poco para abrirlos y ver con claridad.
- Buenos días.- Besó su fuente, ella rodeó su torso.
- Buenos días.- Apoyó su cabeza en el pecho de Jorge.
- ¿Como dormiste?.- Una de sus manos acarició su cabello y regresó a la cintura de Martina.
- Bien.- Suspiró y miró su muñeca, aún le dolía, estaba en un tono violeta.
- Dios Martina, lo siento tanto.- Casi le sale un sollozo al ver lo que él causó.
Que bestia, pensó. Se sintió mal, nunca la había tratado así, menos por una tontería.
- No importa, no importa.- Trató de calmarlo. Fue en vano; Empeoró su actitud.
-No. Fue mi culpa.- Lamentó.- No sé que me pasó, yo...- Martina lo interrumpió.
- De verás Jorge, no importa.- Negó con la cabeza con una sonrisa cálida.
- Yo siempre te respeté Martina, no sé que pasó. Quédate tranquila qué yo te prometo que nunca volverá a pasar, yo siempre te voy a respetar. -.
Se acercó más a su cuerpo y besó sus labios suavemente, tranquilizándolo. Sus brazos rodearon su cuello y alzó su cuerpo a su altura.
-¿De verás estás bien?.- Acarició su cabello.
- Estoy más que bien.- Asintió.
Él tomó su muñeca y la besó, luego la regresó a su cuello.
- Perdón, perdón, perdón.- Se lamentó una y otra vez.
-Te éstas haciendo problemas por nada.- Insistió.
- La verdad es que yo nunca te había tratado así, yo no soy así.- Bajó la cabeza.
- Eso es cierto. Pero está bien, ya no importa, sólo fue... Un pequeño golpe.- Le sonrió.
- Te amo y no lo dudes, a pesar de todo.- Volvió a besarla.
- Tengo hambre.- Tragó saliva hambrienta.
- Vamos a desayunar.- Levantó su bata del piso.
Tini juntó su lencería y se la colocó, luego tomó su bata blanca, e hizo la misma acción que con su lencería, se ató las tiras y arregló s cabello. Jorge sólo se colocó la bata roja y le hizo un nudo. Cargó a Martina para ir a la sala.
- Ya bajáme.- Rió.
La dejó en el suelo, caminaron a la mesa, Martina se sentó, mientras que Jorge se dirigió a la nevera, a buscar comida.
Llegó con una bandeja que contenía dos tazas de café, para Martina con menos azúcar. Un plato que contenía cuatro waffles con crema arriba. Apoyó la bandeja en la mesa frente a Martina y se sentó a su lado. A Martina se le hizo agua en la boca, sin dudarlo atacó un waffle rápido.
El desayuno resultó genial.
Tini: Me sigues tratando como una niña; No le pusiste la azúcar que quiero.- Se hizo la ofendida.
Jorge: El azúcar le hace mal a los niños.- Se burló de ella.
Tini: Está "niña", como dices, es tu prometida.- Alzó una ceja.
Jorge: Lo que digo es que no eres tan tan adulta para consumir tanto café.- Rió al ver su expresión.
Tini: Tengo dieciocho años.- Rodeó sus ojos.
Jorge: Eres una niña.- Repitió su expresión en tono de burla.- Eres mi niña.- Besó su frente.
Tini: Cómo digas.- Tomó un sorbo de café.
Por fin era sábado, al fin podían estar los dos solos, y disfrutar de un buen día. Ellos ya sabían perfectamente lo que querían hacer.
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Mi Profesor 2 (JorTini-HOT)
DiversosLa vida de Jorge y Martina sigue magnífica. Los dos son muy felices. Algunas cosas cambiaron, mientras que otras siguen siendo las mismas. Jorge siempre va a ser su profesor, el que le enseñó a amar, y a vivir el amor...