Parte sin título 14

82 4 0
                                    

-_____... -murmuró.
Ella estaba temblando de pies a cabeza, tenía los ojos como platos y sollozaba incontrolablemente.
El rostro de Louis se contrajo, y extendió una de sus grandes manos para secarle las lágrimas y arreglarle el revuelto cabello.
-Está bien -le susurró en un tono de voz tan suave que no parecía el suyo-, está bien, _____, no voy a hacerte daño... Tendría que haberme dado cuenta de que... Dios, ¿por qué no me has dicho nada? Vamos, deja de llorar, por favor... -le rogó sacando un pañuelo de su bolsillo.
Pero ella siguió tensa mientras le secaba las mejillas, y la inquietud no se había borrado de sus grandes ojos castaños cuando se encontraron con los de él..
-Yo no soy... no soy esa clase de mujer... no soy una zorra... -murmuró con voz entrecortada-, y tú... tú no haces más que tratarme como si lo fuera...
Las facciones de Louis se endurecieron.
-Escucha, _____, yo...
Pero ella no quería oírlo.
-Déjame -le imploró, empujándolo por el pecho-, por favor, déjame tranquila...
Y, como si fuera un animal herido y asustado, se acurrucó contra la portezuela, cerrando los ojos con fuerza.
-¿Por qué no me dijiste desde el principio que eras virgen? - inquirió Louis quedamente, observándola.
_____ abrió los ojos, pero no se movió, ni lo miró, y tardó en contestar.
-Porque no tenía ni idea de que ibas a intentar nada conmigo -farfulló-, y porque no me habrías creído aunque te lo hubiera dicho.
Louis dejó escapar un pesado suspiro.
-Después de cómo reaccionaste cuando empecé a acariciarte junto al lago, tal vez sí te habría creído -repuso con la vista fija en sus mejillas arreboladas-. ¿Te he hecho daño?
_____ se sonrojó aún más, y sacudió la cabeza nerviosa.
-¿Podemos volver ya al rancho, por favor? -le suplicó.
-_____...
Louis hizo ademán de acercarse a ella, pero al instante ella se echó más hacia atrás, con los ojos desorbitados y el cuerpo rígido.
Él se detuvo con el rostro ensombrecido. Se volvió hacia el volante y puso el coche en marcha. La observó de soslayo, preocupado, mientras volvían a salir a la carretera, pero para su alivio al cabo de unos minutos pareció empezar a calmarse. Durante el resto del trayecto, sólo la suave música de la radio rompió el silencio.

-¿Ha estado molestándote de nuevo? -le preguntó Lottie a _____ esa noche tras la cena, cuando las dos subían a dormir.
_____ se limitó a asentir, y entró en su dormitorio, consciente de que su amiga la había seguido. Lottie cerró la puerta tras de sí, y se sentó en la cama, con las manos sobre el regazo, y observó a la otra joven detenerse frente a la ventana con una mirada vacía.
-_____, por favor, dime qué es lo que ha ocurrido -insistió-. Esta mañana sales tan contenta, y vuelves pálida como un fantasma; Louis se marcha nada más llegar y a la hora que es aún no ha regresado... hasta mi madre, que siempre está en Babia, intuye que ha pasado algo.
-No puedo hablarte de ello -musitó _____. Se apartó de la ventana y exhaló un profundo suspiro-. Lottie, he pensado que lo mejor será que mañana por la mañana me vuelva a Nueva York.
- ¡Oh, no, por favor, _____! -exclamó su amiga poniéndose en pie, con una tristeza enorme en el rostro-. Tienes que contarme qué ha sucedido. ¿No habrá... ha intentado algo?
_____ no quería contestar, pero su vacilación y el miedo en sus ojos la delataron.
-¿Jamás le has dicho lo que te pasó a los catorce años, no es cierto? -inquirió Lottie.
_____ meneó lentamente la cabeza.
-Me habría acusado de incitar a aquel hombre -le dijo-, ¡y lo sabes! Cree que soy una zorra, y así es como me ha tratado hoy.
-Oh, _____... -murmuró Lottie, yendo a abrazarla-. Dios, iría y lo molería a palos si con eso pudiese consolarte. Es un bruto y un idio.ta -masculló-. Y, sin embargo, si te odiara como tú crees, ¿por qué iba a intentar nada contigo? ¿No te parece extraño? No sé, yo diría que en el fondo sí siente algo por ti.
_____ se apartó de ella y le dio la espalda.
-No, odio es lo único que siente por mí. Me odia y me lo ha demostrado. Tengo que marcharme, Lottie, no puedo seguir aquí por más tiempo. ¿Es que no lo ves?
-Al menos podrías esperar hasta mañana para tomar esa decisión -le suplicó Lottie, preocupada-. Sé que ahora mismo no puedes ver salida a esto, pero, te lo ruego, consúltalo con la almohada. Las cosas podrían cambiar...
-No cambiará nada -repuso _____ pesimista-, pero lo haré porque tú me lo pides.
Lottie la besó en la mejilla, la abrazó de nuevo, y salió del dormitorio.
_____ empezó a andar arriba y abajo. ¿Consultarlo con la almohada? Aquello no serviría de nada. No podía quedarse allí y permitir que Louis siguiera tratándola de esa forma tan denigrante.

Mi Enemigo-Louis & TU- TeRmInAdADonde viven las historias. Descúbrelo ahora