—No necesito salir con hombres ricos —le espetó.
— Mira, _____, no estoy juzgándote —repuso Bruce—, es perfectamente comprensible. No tienes por qué fingir. Dilly no te da un centavo para tu educación, y tienes que sacar el dinero de algún sitio.Estaba plantando las semillas de la discordia, y estaban cayendo en suelo fértil: la prejuiciosa percepción de Louis, ya distorsionada por sus mentiras.
—Con mis trabajos gano lo bastante como para mantenerme por mí misma —insistió _____.
—Bueno, eso desde luego debe ser cierto si estás tomándote libre todo el verano... —concedió Bruce— a menos que hayas venido con intención de pescar un «pez» mayor... —insinuó, lanzando una mirada furtiva a Louis.
La expresión del Louis era de pura furia.
Con un esfuerzo titánico, _____ se llevó la taza de café a los labios, conteniendo a duras penas las lágrimas. Era como si Bruce le estuviera haciendo pequeños cortes con un cuchillo invisible, y nadie pudiera ver las heridas.
Louis se levantó, arrojando la servilleta arrugada sobre la mesa.
—Si ha terminado, Billingsly, deberíamos volver al trabajo —le dijo en un tono odiosamente despreocupado, como si no lo afectara nada lo que había oído.
_____ lo observó salir del comedor seguido de Bruce, que se volvió justo antes de llegar a la puerta, con una sonrisa triunfal. La luz se extinguió de los ojos de la joven, y de su alma, porque supo en ese momento que Louis lo había creído. Había sido un error ocultarle que su tía no la ayudaba económicamente, porque ahora, al haberse enterado por Bruce, llegaría a la conclusión de que efectivamente necesitaba dinero, y de que había estado intentando tenderle una trampa, sobre todo a la vista de su flirteo en Semana Santa. Y lo peor de todo era que no había nada que ella pudiera decir en su defensa, porque después de lo que acababa de oír, estaría convencido de que era una mentirosa. Probablemente incluso estaría empezando a pensar que su inocencia virginal era sólo fingida, y que lo que perseguía era arrastrarlo al altar. Las lágrimas se agolparon en sus ojos castaños, enturbiando su mirada, y tuvo que pestañear para contenerlas.
— ¡Qué... qué caliente está el café! —dijo riéndose, esperando poder ocultar con eso el motivo real de que le lloraran los ojos.
Pero a Lottie no podía engañarla.
—Propongo que entremos en el estudio y le echemos al señor Billmgsly el contenido de la cafetera por la cabeza —sugirió—. ¡Menuda sabandija! ¡Y el zopenco de mi hermano, ahí sentado, mirándote como si creyera todas esas patrañas!
—Apoyo la moción de ir a echarle el café encima —dijo su madre. Era la primera vez que _____ la veía enfadada—. Y lo pondré en la habitación de invitados verde —añadió con una sonrisa maliciosa— el colchón de la cama está lleno de bultos.
—En ese caso iré a buscar unas cuantas piedras para ponerlas entre el somier y el colchón — dijo _____, esbozando una débil sonrisa—, para que esté más «cómodo». Hasta luego.
Salió alicaída del comedor, y los ojos de madre e hija la siguieron entristecidos y preocupados.
_____ estaba esperando que Louis fuera a pedirle explicaciones antes o después, y, en efecto, media hora más tarde salía al porche, donde la encontró sentada a la pálida luz de la luna.
— Billingsly me había hablado de lo buenos "amigos" que son —la atacó burlón, quedándose de pie frente a ella—, pero hasta hoy no había sabido si creerlo.—Y supongo que su actuación de esta noche ha acabado por convencerte —farfulló _____.
—¿Cómo dices?—Da igual, déjalo —murmuró ella, poniéndose de pie y dándole la espalda—. No es cierto que antes no lo creyeras, y sus palabras de esta noche sólo han reafirmado la "maravillosa" opinión que tenías de mí.
—¿No vas a decir nada en tu defensa? —la desafió Louis.
—No —respondió _____ ásperamente—, no creo que supusiera ninguna diferencia.
Louis observó la rigidez de su espalda, y una sombra de duda cruzó por sus ojos, pero ella no pudo verla.
—Debes estarle muy agradecido a Bruce: te ha salvado de mí justo a tiempo —le dijo ella, mirándolo por encima del hombro y con los brazos cruzados—. El bueno de Bruce... es un verdadero caballero.
Louis se quedó callado un momento.
—Dime, ¿qué más cosas me has ocultado? ¿También era fingida tu supuesta inocencia? —le preguntó con frialdad.
_____ había esperado aquella pregunta, y estaba preparada para responderla. Si lo que quería eran mentiras, las tendría.
—Sí, Louis, todo ha sido mentira, todo —masculló irritada, volviéndose hacia él con el corazón hecho añicos—. ¿No es eso lo que quieres creer? Al fin y al cabo tú nunca te equivocas, y menos con las mujeres —le recordó, usando sus propias palabras—. No quiero romper tus cuadriculados esquemas.
Y entró en la casa dejándolo allí plantado. ¿De qué le habría servido contradecir a Bruce? De nada, se respondió, tratando de consolarse.
Durante los días que siguieron, Bruce seguía cada uno de sus movimientos como un perro de presa, y lo único que la consolaba era que Louis lo estaba haciendo sudar tinta. Sin embargo, era inevitable que en algún momento tuviera que enfrentarse de nuevo a aquel canalla, y ocurrió de un modo inesperado, una mañana que Lottie y ella iban a ir a nadar. Había entrado en la casa para recoger las gafas de sol, que se había dejado en su dormitorio, y escuchó un largo silbido cuando bajaba las escaleras.
—Vaya, cada día estás más hermosa —le dijo Bruce, mirando de un modo lascivo el vestido amarillo claro que se había puesto, y debajo del cual sólo lleva un traje de baño de dos piezas. Louis debía haber salido un momento, porque estaba apoyado en el marco de la puerta entreabierta del estudio, y no estaba allí, a pesar de que la mesa estaba cubierta de papeles—. ¿Cuándo vas a dejar de evitarme?
—Nunca —le contestó ella abruptamente—. Me duele la boca de decirte que no quiero nada contigo. ¿Por qué no me dejas en paz de una vez?
—Porque de pequeño siempre me dijeron que podía conseguir todo lo que me propusiera si insistía lo bastante —le contestó con una sonrisa autosuficiente.
— No a las personas —replicó _____—, no se puede obligar a amar a las personas.
La sonrisa de Bruce se hizo más amplia.
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Mi Enemigo-Louis & TU- TeRmInAdA
RomanceUna escapada al rancho…_____ Whitehall deseaba escapar de su ajetreada vida en Nueva York, y para ello nada mejor que un verano en Londres con la familia de su mejor amiga… hasta que conoció al arrogante Louis Tomlinson. _____ sabía que para Louis n...