¹ 𝐎𝐉𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐂𝐀𝐙𝐀𝐃𝐎𝐑𝐀 ━━ Supernatural

‣ Capítulo 3

—Al menos, eso es un comienzo —dije mirándolo—. ¿Y qué o quién es? —pregunte sacando mis brazos de los hombros de ambos hermanos.

—Hay una mujer en la cuidad que está haciendo una muy poderosa magia negra, que necesita la sangre de trece personas puras, para recolectarlas hasta la noche del 31 de Octubre —Castiel explico cuidadosamente—. Planea ofrecérselo a un demonio específico a cambio de ser más poderosa e inmortal.

— ¡Ay! Siempre esa letanía de querer ser más poderosos e inmortales —Dean rodó los ojos.

—Es mejor irnos a la ciudad, aquí no conseguiremos nada —sugirió Sam.

Castiel acabo viniendo en mi auto, mientras que los Winchester se fueron en su preciado Impala. Les sugerí que se quedaran en el mismo hotel que estaba, para facilitar nuestro trabajo.

— ¿Te vino a ver Crowley? —pregunto Cass, cuando aún estábamos en el camino hacia el hotel.

—Sí, no fue nada del otro mun...

—No puedes mentirme —Me interrumpió–. ¿Renovaron su contrato? Siento tu alma más corrupta —Comencé a reír. 

—No es para tanto, solo voy a tener un poco más de tiempo antes de que el perro del infierno venga por mí —Me encogí de hombros, mire de reojo a Castiel y él me miraba con una expresión nada satisfecha—. ¡Hey! ¡Deja de mirarme así! Estoy tan acostumbrada a tu falta de expresión que me da miedo cuando eres expresivo.

— ¿Quieres que te mire con una sonrisa lasciva? —pregunto irónicamente, era justo lo que faltaba... Un ángel irónico.

—Déjalo, estar tanto tiempo con Dean te tiene así —Le sonreí.

Castiel se quedó en silencio e incluso me sorprendió que no dijera nada más. Llegamos al hotel antes que los Winchester, obviamente Dean insistió conducir ese dinosaurio.

Siempre me ha gustado la velocidad y nada mejor que mi amado Porsche 911 turbo de color negro brillante y reluciente, fue incluso un poco llamativo, pero no podía hacer nada si lo amo así tanto como Dean ama al Impala. Fui a mi habitación acompañada por el ángel.

—Siéntete como en casa —Le dije quitándome la chaqueta y dejándola caer sobre la cama.

—Ya lo estoy —dijo Castiel con su voz habitual, estaba todavía de pie en medio de la habitación y luego se sentó en la cama apoyado contra las almohadas.

—Por supuesto. Voy a tomar una ducha.

Fui al baño y deje que se llenara la bañera, había conducido toda la mañana y parte de la tarde, así que necesitaba descansar antes de actuar más de noche. Estaba en la tina cuando oí voces que venían de la habitación, deduje que eran los chicos que ya habían llegado.

Estos idiotas... Recuerdo cuando las cosas eran fáciles y éramos tres niños jugando en toda la edad en casa de Bobby; cuando Dean aún no era un chico arrogante, encantador y sexy, pero si hablamos de Sam era la criatura más linda de todo el mundo y no era más alto que yo. Luego paso el tiempo, las personas crecen, se alejan y continúan su vida normalmente; sería una lástima si no los hubiese conocido, porque de vez en cuando nos reunimos para resolver casos.

Después de que Castiel apareció justo antes del bendito apocalipsis, nos ha estado ayudando mucho. Es genial tener una intervención divina. Él baño donde me encontraba estaba al lado izquierdo de la habitación por suerte traje mi ropa para cambiarme, porque quiero evitar cualquier mirada pervertida de Dean.

Cuando salí del baño. Los tres estaban sentados en la mesa, Cass estaba hablando y los hermanos estaban comiendo.

— ¿No había papas? —pregunte acercándome a Sam.

—No había. Si no te hubiese traído, ¿no crees? Además... ¿Para qué quieres? Si nunca vas a sacar cuerpo por más que las comas —Sam se echó a reír.

En realidad soy delgada por los constantes casos, por ir de un lado a otro, y para completar, tengo el rostro afinado y de estatura alta.

— ¿Envidia? —Puse mis manos en mi cadera.

—Por supuesto que no —Termino guiñándome un ojo.

Cuando llego la noche, los chicos ya estaban en su propia habitación y el ángel todavía estaba husmeando alrededor de la mía.

—Castiel. ¿No tienes nada mejor que hacer? —Le pregunte mientras me ponía mi chaqueta y un cuchillo en ella.

—Pues no —Inclino su cabeza hacia un lado con rostro inocente. Esa es la forma que me dieron ganas de besarlo la otra vez, pero bueno eso es otra historia.

—Okey. Mejor vámonos, tenemos una loca que atrapar —Salí de la habitación y fui a llamar a los hermanos.

Era el momento de la cacería...