¹ 𝐎𝐉𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐂𝐀𝐙𝐀𝐃𝐎𝐑𝐀 ━━ Supernatural

‣ Capítulo 6

Castiel y Dean me miraban cada uno con una ceja levantada.

— ¡Es una broma! —reí—. Sam solo es mi amigo, casi como un hermano —Me baje del coche—. Chicos, ya es hora de irnos —Abrí la puerta de mi auto, mientras Dean y Sam se subieron al suyo—. Iras conmigo, Cass.

—Bien. Puede que sea un viaje agradable —Se sentó en el asiento del copiloto.

Condujimos hasta la casa de Bobby, llegando ahí en la tarde. Él se hallaba en la parte delantera —donde están todos los coches— parece que daba mantenimiento a alguno. Una vez estacionada, prácticamente salte fuera del auto.

— ¡Tío Bobby! —Corrí abrazarlo—. ¡Te eché de menos!

— ¡Hey pelirroja! ¿Cuánto tiempo ha pasado? —Me revolvió el cabello, al igual que como lo hacía cuando era pequeña—. Creciste lo suficiente. Hasta has alcanzado a Sam.

—No exageres demasiado, tío Bobby. Tampoco soy un monstruo gigante —Solté una carcajada.

—Es cierto —Me sonrió, luego se giró hacia donde estaba Castiel—, ¿Y, este ángel?

—Hola, Bobby Singer.

Los hermanos Winchester se bajaron del Impala y se juntaron con nosotros para saludar a Bobby. Para conversar más a gusto, nos hiso pasar a su casa.

Bobby, Dean y Sam se sentaron en las sillas del comedor con unas cervezas. Yo, estaba recostada en el sofá bebiendo una Coca-Cola, mientras debatía con Castiel los temas del universo. Me encanta hacer esto, porque los ángeles saben estas cosas como: ¿Qué estamos haciendo aquí? ¿A dónde vamos cuando morimos? ¿Cuántos granos de arena hay en el planeta? ¿Por qué el pollo cruzo la carretera? Lo último es muy gracioso.

— ¿Que tienes para nosotros, Bobby?

— ¡Así! Algunas personas están muriendo de ataques al corazón, en un pueblo vecino...

— ¿No es normal que los seres humanos mueran de ataques al corazón? —Interrumpió Cass.

—Déjame terminar —sentencio—. Eran personas con una salud perfecta y sin problemas cardiovasculares. Pero una cosa que descubrí fue que estuvieron tomando un comportamiento extraño.

— ¿Cómo así?

—Bueno, la familia de la primera víctima dijo que se encerró en la oscuridad de su habitación por temor a las ardillas y mosquitos atraídos por la luz.

Todos lo miramos confundidos, mientras Bobby tomaba una hoja de papel.

—La segunda víctima, literalmente, murió de susto. ¿Conocen esas latas que cuando las abres salta una serpiente? —Asentimos—. Si, él no pudo soportar tal terror y falleció.

—Así que, básicamente, todos murieron por tener miedo... ¿por eso sus corazones se detuvieron?

—Parase que sí. He investigado algunas cosas y parece que es una especie de mal fantasmal —Agarro un libro que tenía una página marcada—. Es algo así como una enfermedad fantasmal, el espíritu se venga de cualquier persona que sienta miedo y se extiende como una enfermedad viral.

—Si no tomamos el control, esto se convertirá en una epidemia.

— ¿Qué? —dice Dean tomando otro sorbo de su cerveza.

—Fui a un circo local —Continúa explicando Bobby.

— ¿Circo? —Sam y yo saltamos asustados de nuestros asientos.

—Sí, circo —El tío nos miraba sospechosamente—. Esa reacción no tiene nada que ver con ese temor que tienen por los payasos, ¿verdad?