Capítulo 10

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Capítulo 10:

Un día luego de la victoria en el torneo de natación, nos encontrábamos todo el equipo entrenando en la piscina de la escuela. Como la mayoría de los miembros del equipo estaban un poco flojos en sus materias, Rin puso una regla: Todo aquel desapruebe este tercer trimestre, no podrá participar en el campeonato de final de clases. Fue entonces cuando todos se pusieron a estudiar.

-Que lío – bufó Momo, mientras caminábamos por el pasillo, en dirección a los cuartos -. Creo que no voy a poder ir al campeonato final.

-¿Por qué? – preguntó Nitori.

-Pues, me va pésimo en matemáticas – se despeinó el cabello con nerviosismo -. Tengo un trabajo que entregar para dentro de tres días y si no lo hago, desaprobaré y tendré otra materia más que estudiar en vacaciones,

-¿Quieres que te de una mano? – ofrecí yo.

Desde atrás de Momo, Nitori me hacía señas extrañas, como negar con la cabeza varias veces seguidas.

-¿Enserio, ___-Chan? – Momo se colgó de mis hombros -. ¡Gracias, gracias, eres la mejor!

Tapé la boca de Momo justo a tiempo, ya que dos chicos pasaron frente a nosotros, pero siguieron de largo. Solté un suspiro de alivio y continuamos caminando hacia los cuartos. Momo nos contó durante todo el trayecto sobre su nueva colección de escarabajos y que encontró una oruga en el patio, a la cual llamó ___ en mi honor. Extraño, pero dulce de su parte.

-Nos vemos mañana en el entrenamiento. – dije cerrando la puerta tras entrar.

Me tiré a la cama, totalmente agotada. El entrenamiento había sido duro. Y yo que creía que los ejercicios que Seijuro nos daba eran agotadores. ¡Rin es un capitán el doble de exigente! Al parecer, tiene en mente hacer que los miembros del equipo seamos los mejores.

...

Eran algo así como las seis de la madrugada cuando Nitori vino a mi puerta.

-Rin dijo que el entrenamiento comenzará ahora, pero solo por hoy. – me explicó tras un bostezo.

Todo el equipo estaba adormilado. No habían pasado más de tres horas desde que acabó el entrenamiento anterior y ya nos hacía volver.

-Que fastidio. – dijo uno de los muchachos.

-Sí, no puedo creer que el capitán sea tan molesto. – dijo otro.

-¡Oigan! – fruncí el ceño y me puse delante de ellos -. No hablen así de Rin. Gracias a él lograron mejorar, antes eran un asco. Le deben mucho a él, a pesar de que interrumpa nuestra siesta.

Me di la vuelta y salí del vestidor. Traía puesto nuevamente el traje de baño y la remera.

-¡Eh, Akira! – me di la vuelta, encontrándome con Rin en su traje de baño.

"Dios, que cuerpo tiene..."

-¿S-sí, Rin? – pregunté desviando mi vista.

-Nitori, Momo y Sousuke están allá – señaló hacia una zona de la piscina -. Quiero que entrenes con ellos para los relevos del torneo final.

-¿Qué? Rin, yo no sirvo para eso. – admití.

-Claro que puedes, tengo fe en ti. – sonrió y revolvió mi cabello, para luego irse.

Como Sousuke, Momo y Nitori continuaban nadando a sus estilos, a mí me tocaba ocupar el lugar de Rin. Ya que no era muy buena en eso de los tiempos, recibí muchos regaños y quejas de parte de los chicos.

-¡Vamos, apúrate Akira! – gritaban los chicos del equipo desde afuera, ya que su entrenamiento había acabado.

"No me apuren, me pongo nerviosa"

Continuaba con mis brazadas. Si me apuraban, iría mucho más lento. Nitori observaba su cronómetro, Momo alentaba. Sousuke era el único no molesto, tenía su seriedad habitual.

"¡Vamos, Akira! ¡Tú puedes!"

Todos alentaban a la vez. Puedo jurar que un grupo de tres chicos bailaban alrededor de la piscina, agitando pompones en el aire, cual porristas.

Cuando saqué mi cabeza del agua para tomar aire, escuché a uno de los chicos gritar.

-¡Akira esta lastimado!

Frené de repente y miré a mí alrededor.

"No puede ser... ¡No ahora!"

Toda el agua de la piscina estaba teñida de rojo. Nitori y Momo se miraron, ellos eran los únicos que sabían. Rin se lanzó al agua y se acercó a mí, pero retrocedí.

-¿Estas lastimado, Akira? – preguntó preocupado, tratando de acercarse a mí.

-N-no, no te preocupes, Rin. – dije nadando hacia el borde, donde Nitori y Momo aguardaban.

Me ayudaron a salir y yo corrí a los vestidores. Tomé mi ropa, para luego salir corriendo a mi cuarto.

"¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora?"

...

Entré a la ducha y me di un baño. Seguramente el entrenamiento de los chicos continuaba, así que me puse mi ropa habitual de mujer.

Cuando salí, estaba por colgar la toalla en la ventana, para que así se secara, pero alguien se encontraba sentado en mi cama.

-Sabía que algo raro ocultabas, "Akira". – dijo mirándome seriamente.

Me quedé helada, estática. Mi cuerpo no respondía. El pánico me había paralizado. Me miraba seriamente, mientras mis piernas temblaban. No podía salirme de mi asombro.

"¿Qué hace aquí?"

-Puedo explicarlo... - dije en un intento de calmar mi miedo.


Pequeñas mentiras| Rin Matsuoka y tú ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora