Capítulo 12

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Capítulo 12:

"Querida ___:

Como ves, hoy he decidido regresar a Japón. Realmente extrañaré los momentos tan divertidos que he pasado contigo y los chicos. Al igual que a ustedes, también me duele el tener que marcharme. No me importa que me rechaces, que luego de leer esta carta la destroces en pedazos y la eches a la basura o te burles de lo cursi que soy a mis espaldas. Me cuesta sincerarme estando frente a ti. Admito que me pongo nervioso y no puedo hacer más que comenzar a actuar como un tonto. Un amigo dijo que debía ser valiente y enfrentar mi miedo de ser rechazado, así que lo haré: me gustas, ___ Michaels. Desde el momento en que ingresé a la escuela hasta ahora. Aunque tenga que vivir con el enorme dolor de haberte perdido, jamás te olvidaré. Rin Matsuoka".

Sequé un par de lágrimas que comenzaban a descender desde mis ojos. La carta de Rin realmente me había tocado el corazón. No tenía idea de lo poético y romántico que Rin podía llegar a ser.

-¿Cómo no me lo dijiste, Rin? – murmuré con un nudo en la garganta, apretando la carta fuertemente contra mi corazón.

Daba vueltas en la cama, sin siquiera poder dormir. Debo admitir que, desde que Rin se marchó de Australia, he tenido un enorme vacío en mi corazón que me fue difícil de llenar. Intenté convencerme de mil maneras que él no me gustaba y, cuando me di cuenta de que así era, él ya se había ido. Con el tiempo, fui olvidando poco a poco esos momentos, y me fui concentrando cada vez más en la natación, hasta el punto en que olvidé completamente a Rin y mis sentimientos hacia él. Pero ahora, ahora que Sousuke había hecho recapacitar a mi memoria, me daba cuenta de que Rin continuaba teniendo un lugar en mi corazón. Mi memoria podría haberlo olvidado, pero mi corazón aún lo recordaba.

Decidida, me levanté de la cama y camine hacia el escritorio. Tomé una hoja y comencé a escribir.

Miré hacia el pasillo, no había nadie. Camine sigilosamente hasta la puerta de Rin, la cual no estaba tan lejos del mío. Toqué la puerta y deje el papel en el suelo, para luego esconderme detrás de una maceta. La puerta se abrió y Sousuke estaba allí, miró hacia todos lados, hasta toparse conmigo. Estaba por saludarme, pero lo chisté y señalé hacia la carta que estaba en el suelo. Miró hacia abajo y me sonrió. Alzó su pulgar y se metió de nuevo al cuarto, llevando la carta consigo.

*Rin*

Estaba recostado plácidamente en mi cama. El día había sido largo y lo único que quería hacer era dormir. Cuando estaba cerrando mis ojos, llamaron a la puerta. Sousuke dio un salto y bajó de la cama. Tardó bastante en regresar al cuarto, pero lo más extraño era que traía un sobre entre sus manos.

-Creo que es para ti, Rin. – dijo Sousuke entregándomelo.

-¿Y qué es esto? – pregunté examinando el sobre.

-¿Me vas cara de adivino? Ábrelo y ya. – dijo desganado y subiendo de nuevo a su cama.

Solté un bufido. Sousuke y su mal carácter, cuando quiere es la persona más buena del mundo. Con desgano, abrí el sobre. Extrañamente, lo que el sobre contenía no era una carta cualquiera, sino un simple papel que contenía las palabras: "Te he extrañado mucho" escritas en él.

-S-sousuke. – llamé, pero no recibí respuesta, ya que el muy tonto se había dormido.

"¿Podría ser que ella...? Claro que no. ¿Qué haría una chica en Samezuka?"

*___*

Desperté con el sonido de un molesto pájaro. Luego de vestirme, baje a la cafetería, donde me encontré con Sousuke y Rin. No pude evitar ponerme nerviosa al verlo. Se encontraba pensativo y no quitaba su mirada de su bandeja, como aquel día en el restaurante con los chicos de Iwatobi.

-B-buenos días, Sousuke, Rin. – saludé tomando asiento y colocando mi bandeja en la mesa.

-Buenos días. – dijo Sousuke.

Rin continuaba en su mundo, Sousuke le dio un leve codazo, haciendo que este regresara a la realidad.

-Buenos días. – dijo un tanto deprimido.

-¿Sucede algo, Rin? – pregunté preocupada.

-No es nada, Akira. – respondió.

...

Durante todas las clases y el entrenamiento, Rin estuvo desganado, deprimido y pensativo. Me estaba comenzando a preocupar un poco, ya que normalmente es serio, pero con nosotros ríe y bromea mucho.

Luego del entrenamiento, se marchó a su cuarto, sin decir nada.

-De seguro fue por tu nota. – opinó Sousuke, sentándose en mi cama.

-¿Su culpa? ¿De qué me perdí? – preguntó Nitori.

-___ ama a Rin. – canturreó Sousuke.

-¡Cállate! – exigí amenazando con golpearlo.

-¿Qué? Si lo que digo es la para verdad. – se defendió él.

-Yo sabía que en cualquier momento ___ se enamoraría de Matsuoka-Senpai. – Nitori se arrepintió de haberlo dicho, ya que luego salió corriendo.

Tratando de ignorar los cánticos de Sousuke, me acerqué a mi escritorio, donde Momo se encontraba acabando su trabajo de matemáticas. Para cumplir con mi promesa, terminé por él los últimos cálculos.

-Creo que deberías decirle. – dijo Momo, guardando sus cosas en su mochila.

-¿Qué? – pregunté incrédula.

-A Rin – explicó -. Hace tiempo que no lo escuchaba hablar sobre ti.

-¿Cómo que hablar sobre mí? – volví a preguntar.

-Esta mañana, mientras estabas con Nitori en la biblioteca, Rin nos contó muchas cosas que hiso contigo durante el tiempo que estuvo en Australia. – completó Sousuke.

"¿Rin habló de mí? ¿Eso significa que... aún me recuerda?"

-Solo considéralo. – sugirió Sousuke, para luego cerrar la puerta y marcharse con Momo.

El teléfono sonó, haciendo que me asustara. El identificador indicaba un número privado.

-___, hija, ¿Cómo estás? - ¡Mi padre! Había pasado tiempo desde la última vez que hablamos.

Pequeñas mentiras| Rin Matsuoka y tú ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora