Capítulo 3

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Capítulo 3:

"Piscina, piscina"

Llámenme hidrofílica si quieren, pero estaba ansiosa por conocer la piscina. Esa era una de las pocas razones por las cuales estaba arriesgando mi seguridad y dignidad entrando en Samezuka. Bueno... la educación también o al menos eso creo.

"¡Dios mío! ¿Esta es la piscina?"

Puedo asegurarles que mis ojos estaban más abiertos casi tan grandes como el tamaño de ese enorme recipiente de agua al cual ellos llamaban piscina. ¡Ahí dentro entraría una familia de ballenas! Quizás exagero, pero era realmente enorme (obvio que la piscina, pervertidos -.-).

Y ahí estaba yo, dando vueltas por el centro de natación. Maravillada con cada cosa que veía. Ya fuesen los vestidores o el armario de utilería, yo estaba encantada de estar allí. Jamás hubiera imaginado que fuera así, a lo sumo creía que sería una piscina al aire libre. ¡Y que equivocada que estaba! Este lugar superaba extremadamente mis expectativas. Desde el reluciente e impecable piso, hasta la cristalina y tentadora piscina.

>> Sé que quieres entrar. Anda, se libre << me decía mi subconsciente.

Y en el momento en que iba a ser libre y lanzarme al agua con ropa y todo, escuché unas voces acercarse a la piscina. Vi un par de sombras salir de los vestidores y eso activó la alarma de pánico.

-¡Apúrense, que me hago viejo hasta que llegan! – Momo, definitivamente era Momo.

-Calma, enano – y ese era Seijuro, regañando a su hermano menor por impaciente –. No tenemos apuro.

Quería salir corriendo, pero mis piernas no respondían. Me encontraba parada frente a la piscina.

"¡Corre, corre, torpe!"

Imposible. Ninguna extremidad mía respondía a los estímulos. ¡Malditos nervios! Y fue entonces cuando entraron Momo, Nitori, Seijuro y... dos tipos desconocidos. Un pelirrojo y un azabache. Nitori alzó su mano y me saludó sonriente, al igual que Momo. Ambos eran muy... muy... ¿Cómo dicen aquí en Japón? Ah, sí, kawaiis.

-¡Moritani-Senpai! – gritaban, mientras caminaban hacia mí, seguidos de los otros tres.

Cada vez se acercaban más y eran más notables sus buenos físicos. Inclusive Nitori tenía un torso envidiable. ¿Cómo haría para poder verme como ellos? Me vería como un gatito asustado parada a su lado.

-¿Moritani? – preguntó el azabache a Seijuro.

-Ah sí, no se conocían – dijo Seijuro sonriendo -. Chicos, él es Akira Moritani. Akira, ellos son Rin Matsuoka – señaló al pelirrojo – y Sousuke Yamazaki.

-Un gusto. – respondieron ambos con una reverencia.

"¿Por qué se agachan? ¡Ah sí, es como un saludo!"

-El gusto es mío. – y les devolví el gesto.

-Por cierto, ¿Qué hacías aquí, Moritani-Senpai? – preguntó Nitori, quitándose completamente su chaqueta del equipo de natación.

"Nitori... si no fueras tan pequeño yo... ¡¿Pero qué digo?!"

-Venía a... conocer... la piscina. – respondí con la mejor excusa que pude pensar.

-¿Entonces decidiste si te unirás al club de natación? – dijo Momo, mirándome con ilusión.

-Yo... no lo sé – sí, no lo sabía -. A lo mejor... me uno al club de ajedrez.

-¡No, Moritani-Senpai, únase a nosotros! – pidieron Nitori y Momo, jalándome ambos brazos.

-Pero... es que... no puedo. – mentí, evitando el contacto visual con sus tiernos e hipnotizantes ojos.

-¿Por qué? – Nitori comenzó a hacer un puchero y sus ojos amenazaban con largarse a llorar.

-Es que... - "¿Qué hago?" - ¡Le tengo fobia al agua!

"Genial, ___, que buena mentira. De seguro te la creen y todo"

 Nitori y Momo se miraron con confusión, pero luego se giraron a mí y me miraron con lástima.

-Lo sentimos, Moritani-Senpai. No lo sabíamos. – se disculpó Momo, rascando su nuca y sonriendo.

-Pero no se preocupe, que nosotros podemos ayudarla a superarlo – ofreció Nitori -. Podríamos comenzar mañana, ya que no tenemos entrenamiento.

-Sí y también podemos... - comenzaron a susurrar cosas y planear la manera de vencer mi "miedo al agua".

La campana sonó, alertándome de que mis clases comenzarían. Rin y Sousuke soltaron un bufido de molestia.

-Gracias, ahora perdimos tiempo de entrenar – dijo Rin con sarcasmo.

-Lo sentimos, Matsuoka-Senpai. – dijo Nitori.

-No comiencen una de sus peleas, por favor – pidió Seijuro -. Mejor vámonos a los vestidores y luego a clase, no vaya a ser que castiguen a alguno de nosotros y perdamos otra práctica.

Un rato después, salieron de los vestidores, ya con la ropa para asistir a clases. Yo continuaba parada junto a la piscina. Miraba el agua y recordaba las historias de mi padre. ¡Mi padre! Hace como una semana que no llamo para ver como esta, debe encontrarse preocupado. Estaba por irme rumbo a mi cuarto para hacer la llamada, cuando alguien me tomó de la capucha de la sudadera y me arrastró hacia atrás.

-¿A dónde vas, Akira? – preguntó Rin, mirándome con una ceja enarcada.

"Es aún más lindo de cerca"

Con cara de tonta me puse a mirarlo, a lo que lo hice ponerse nervioso. ¡Va a creer que soy homosexual, mejor dejo de hacer eso y me guardo mis pensamientos pervertidos!

-Akira, puedes ir con Rin y Sousuke, van a tu mismo salón – dijo Seijuro, mientras se marchaba por la salida -. Y buena suerte hoy.

-G-gracias, Mikoshiba-Senpai – grité, ya que se encontraba bastante lejos como para que me oyera si lo decía con mí bajo tono de voz.

-Vámonos, Akira – dijo Sousuke.

Nitori y Momo se despidieron de nosotros y se marcharon para sus clases. Sería un largo día...


Pequeñas mentiras| Rin Matsuoka y tú ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora