Stay With Me ||Pausada||

2.

15 de Diciembre del 2017
Connecticut, New Haven
16:00 hrs

Ese día, ese día lo recuerdo muy bien.
Son de esas fechas que no se olvidan, porque ¿Quién podría olvidar su propio cumpleaños?

Exacto!
Diciembre 15, cumpleaños de Kath.

Me presentaré
Mi nombre es Katherine Alexandra Gummer Streep.
Mi madre la gran actriz de cine, teatro y televisión probablemente la mejor actriz del mundo -tal y como Wikipedia lo cita- Meryl Streep o Mary, como papá suele decirle cuando se exaspera con ella, Mi padre el escultor Don Gummer o Donald como se suele llamar en los momentos de ira de mamá.
Mis hermanos Henry, Mamie, Grace, Louisa y yo Kathy o Alex como me suelen decir de cariño.

Y Aquí es donde comienza todo...

—¿Puedo pasar? -pregunto mi madre del otro lado de la puerta.

—Adelante. -Respondi rapidamente.

Mamá paso y me miro tiernamente mientras se recargaba en la puerta.
El vestido color rosa me quedaba bien, los zapatos de negros sentaban a la perfección, el cabello rubio caía por mis hombros y mis ojos azules y verdes tenían un brillo inigualable.

—Te ves hermosa -dijo ella tomandome por los hombros.

—Gracias. -le sonreí atraves del espejo– Y... ¿ahora se supone que debemos cantar? -comente divertida.

—Bajar. -corrigio ella--Nos están esperando.

Asenti besando su mejilla para después salir de la habitación tomadas de la mano. No tarde mucho para ser envuelta en abrazos, besos y comentarios sentimentales sobre mi crecimiento por parte de Mamie, normalmente estamos alejados los unos de los otros; Grace y Mamie trabajan, Henry vive a miles de kilómetros de nosotros y Lou es absorbida por la universidad y las obras de teatro, los cuatro viven ocupados.

---¿Podemos pasar a el comedor pequeña? -Papá besó mi mejilla empujando hacía la gran mesa.

Todos nos sentamos en el gran comedor.
Mis hermanos habían hecho de comer un enorme festín de comida, en donde probablemente papá sería el que más la disfrutaría.

---¿Estas segura que no morire envenenada Jacobson? -Lancé una broma contra Lou que rió sarcasticamente.

---Oh querida Alex, el pollo es receta secreta solo para ti. -Aseguro sirviendome un poco.

---¿Algo mas aquí es receta secreta solo para mi? -Pregunte logrando una risa en todos ahí.

La comida había pasado en innumerables risas entre todos y sobre todo en papá comiendo.
Mamá había propuesto pasar a el salón para abrir los regalos antes de que cayera la noche y ante esa muy extraña propuesta todos estuvimos de acuerdo.

—El mio primero -dijo Grace mientras ponía la caja en mis piernas.

La caja de Grace era una grande, forrada de un color morado que hacía juego con el moño. Termine desgarrando la envoltura al no poder quitarla delicadamente y lamentablemente la caja tuvo el mismo final, sonreí al ver la muñeca de colección que tanto quería, sin embargo mamá casi aniquila a Grace am verla, pero ella mejor que nadie sabia que ellos me consentían demasiado.

—Oh ¡Gracias! -exclame mientras la abrazaba.

—No es nada pequeña. -Respondio apretandome fuerte contra su pecho.

—Quitate Grace -Henry hablo empujándola y logrando romper el abrazo—Ten... Para mi hermana.

Su paquete era pequeño, forrado de papel rojo solamente, la envoltura corrió con la misma suerte que la anterior dejando a mi vista el libro que por mucho tiempo buscamos y que lamentablemente se había agotado.

—Lo conseguiste -murmure fascinada--¿Como?

—Todo por ti... Nada es imposible -dijo mientras miraba victorioso a mis hermanas .

—¡Gracias! -lo abracé besando su mejilla.

—Con permiso, es mi turno. -interrumpió Mamie— Para ti. -ella puso una gran caja en la mesa.

—Es muy grande y pesada.

La envoltura color rosa termino en el suelo en pedazos, dejando a la vista el Karaoke que ella y yo habíamos visto en la tienda de musica en el centro comercial.

—¿Lo encargaste solo por mi?

—Así es, podremos ir por discos mas tarde. -dijo mirando a los demás con una sonrisa de satisfacción.

—La muñeca la quería desde hace mas de dos meses  -reprocho Grace.

—Si, como digas Jane -Mamie contesto- ¿Te gusto?

—Me encanto -conteste abrazándola- Gracias.

—Sus regalos no superan el mio -dijo Lou victoriosa- toma.

La caja de Lou era grande forrada de tafetán rojo, muy sofisticado y elegante; después de quitar todo el papel china logre encontrarme con...

—¿Te gusto? -Pregunto entusiasmada-- Alex...

—Bromeas... Claro que me gusto ¡Gracias! ¡Gracias! -dije mientras la abrazaba.

---¿Qué es? -Cuestiono Henry confundido.

---Disney Collection. -Sonrei emocionada-- Versiones extendidas y con formato original.

—¡Oye! -reclamaron todos al mismo tiempo.

—Gracias a todos. -Les sonreí-- Sus regalos son hermosos y especiales, eso no lo duden

—Esperen... -mamá llamo nuestra atención- ¿Una muñeca de colección, un karaoke, el libro que tanto quiso y Disney? -Mi madre cuestiono casi sin aliento logrando unos leves "si"- ¿y en nuestro cumpleaños, una llamada una tarjeta, raramente su presencia y una cena es todo lo que dan?

—Tranquila Meryl -papá interrumpió antes de que Grace contestará- Mejor hay que darle el nuestro.

—Buen punto, Don traelo -dijo tronando los dedos y mi papá corrió fuera de la casa.

—No creo que quepa en la casa Mary... -Papá se detuvo.

—Cierto, Kathy ven.

Tome la mano de mamá caminando detrás de ella seguida de mis hermanos.

---¿Le has comprado un automóvil? -Henry bromeó.

---Mejor que eso. -Respondio mamá.

---¿Has puesto una casa a su nombre? -Mamie continuó.

---No, eso es démasiado. -Aseguro papá.

---Bien, debes de esperar aquí ¿si? -Asenti viendo como ella se alejaba seguida de mis hermanos-- Deben de esperar aquí.

Los cuatro reclamaron quedándose a mi lado.

---Quiza le han comprado una súper casa de muñecas. -Mamie susurró.

---Quiza le construyó su invernadero. -Lou insinuo.

---Quiza le ha comprado un caballo. -Henry meditaba.

---Oh quiza el...

---¡Conejo! -Exclame al verlos a lo lejos.

---Que tanto quería. -Grace termino su frase.

---Para nuestra pequeña -dijeron mis padres abrazados.

—No creo que tu regalo supere eso -Henry bromeo con Lou.

Comencé a correr rapidamente hacía ellos con la felicidad inundando cada centímetro de mi cuerpo. Pero a centímetros de ellos todo cambio, todo daba vueltas, mis piernas no soportaban el peso hasta dejarme caer en el pasto.
Todo se tornaba borroso, mi cabeza punzaba y la voz de mis padres era distante.

Hasta que todo se calmo si sonidos y sin imágenes, todo fue negro.