Termino de preparar mi mochila para el comienzo de clases mañana con entusiasmo. Sonaba loco pensar que estaba deseando comenzar la tortura de las tareas en el lugar apodado infierno, pero me estaba aburriendo de estar en casa todo el día. Ya mi madre ha comenzado a quejarse porque no hacía algo interesante que no fuera de ver Netflix todo el día y comer.
Más de la mitad del verano me la había pasado viendo todas las temporadas que tuviese mi buen amigo Netflix de Grey's Anatomy y al culminarla, proseguí con la serie de Bones. Así estuve hasta que me volví una loca obsesiva fanática de las series.
Mi rutina se basa en comer, ver Netflix, comer y dormir por unas cuantas horas para despertarme y volver a comer. Tampoco es una dieta muy saludable que digamos porque consiste en todo lo que tuviera cientos de calorías y grasa.
Si sigo de este modo terminaré rodando por las escaleras de la casa en vez de caminando como una persona normal. De hecho, con lo torpe que soy me sorprende el hecho de que no las he bajado rodando porque he tropezado con mis propios pies.
Así que sí, por alguna extraña razón, me encuentro ansiosa por el comienzo de clases.
Quizás se debe a que puedo volver a explotar mis dotes para escribir el periódico escolar o porque confío en que este año sería diferente. Sí, a veces deseo que algo interesante pase de una buena vez en este mísero lugar. Siempre los mismos problemas y sucesos aburridos.
—Solo un misterio, por favor —pido, elevando mi vista hacia el techo como si estuviera suplicándole a Dios por ello.
Enciendo mi iPad y busco la aplicación de Netflix. Mi plan es ver un par de episodios antes de irme a dormir. Nada mejor que tener un pequeño maratón de una serie en la noche.
Entonces, como si el destino estuviera de mi parte o quizá en mi contra, escucho un grito desde la calle que me hace dar un respingo. Me alarmo y mi curiosidad sale a flote recorriendo mi cuerpo.
Rápidamente corro hacia la ventana y miro por ella como las viejitas chismosas desesperadas por tener un notición que contar. Mis sentidos se mantienen alertas y ni puedo evitar sentirme decepcionada y fastidiada al ver lo que se encuentra sucediendo.
Ruedo mis ojos.
No se trata de nada más ni nada menos que del tonto de mi vecino, Scott McCall, y su mejor amigo, Stiles Stilinski. Dos chicos completamente extraños que tienen peor vida social que yo y eso es mucho decir teniendo en cuenta que yo no salgo. El primero, Scott, se encuentra sosteniendo un bate mientras que el segundo, Stiles, se encuentra colgando boca abajo desde el techo de la casa.
¿Se puede ser más fenómeno en esta vida? Lo dudo.
—Tiene que ser una broma —murmuro para mí misma con cierto toque de fastidio, pero no dejo de observar la escena frente a mis ojos. Además de que hablan demasiado alto como para escucharlos.
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ENEMY RED ▲ TEEN WOLF ➀
FanfictionScarlett siempre ha sido el tipo de chica que está metida en todo. Es curiosa y no por nada tiene el puesto de reportera en el periódico escolar de la preparatoria de Beacon Hills. Ella deseaba inmensamente que algo interesante ocurriera en Beacon H...