Scarlett siempre ha sido el tipo de chica que está metida en todo. Es curiosa y no por nada tiene el puesto de reportera en el periódico escolar de la preparatoria de Beacon Hills. Ella deseaba inmensamente que algo interesante ocurriera en Beacon H...
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Todo me da vueltas y me parece gracioso por un instante. Me encuentro sorprendentemente feliz, sin siquiera saber la razón. Me río mientras me encuentro tirada en el suelo. Tampoco tengo ni idea de porqué estoy aquí durante la noche. Entonces recuerdo. Stiles nos trajo a rastras a Scott y a mí a mitad de la nada para emborracharnos porque según él, era la mejor forma de aliviar las penas.
Scott acaba de romper con Allison. Bueno, ella rompió con él luego de lo sucedido en la escuela, pero no importa ese detalle. Lo que interesa aquí es que ya no están juntos y eso es triste porque en realidad Scott lo hizo para protegerla. Stiles, por su parte, ahoga en alcohol su plan de diez años donde todavía no puede conquistar a Lydia. En cambio, yo...yo no sé qué penas tengo.
Sacudo mi cabeza. Es la primera vez que bebo alcohol y también que llego a embriagarme, pero no está tan mal como pensé. Una vez tomas lo suficiente deja de saber horrible y te sientes un poco alegre, aunque supongo que pronto me sentiré horrible. No quiero ser esa borracha patética. Tampoco es como si pudiera hacer mucho al respecto. Estoy demasiado mareada como para poder conectar dos oraciones con sentido.
A pesar de lo mucho que hemos tomado, Scott parece estar igual que siempre, es decir: sobrio. Quizá es a causa de su condición peluda. Su sistema debe de procesar las sustancias cien veces más rápido que un ser humano normal.
Me río por lo de condición peluda.
—Ella es solo una chica. Hay muchísimas chicas en el mar —dice Stiles, su voz suena extraña. Está el doble de ebrio de lo que yo estoy, creo. No me he escuchado hablar como para poder distinguir qué tan mal me encuentro.
—Peces en el mar —corrige Scott.
Frunzo mi ceño.
—¿Por qué hablamos de peces? Pensé que hablaban de A... A....Amanda. No, ese no es. ¿Angélica? No, ese tampoco—he hecho un borrón completo de toda la información. Sé que el nombre comienza con la letra A, pero no puedo conectar el resto del nombre.
—Allison —masculla Scott con un toque de amargura y dolor. Es una mezcla que me rompe el corazón.
Asiento con efusividad.
—Esa misma.
—Amo a las chicas —comenta Stiles de la nada—. Especialmente aquellas que tienen ojos verdes. —Mi atención se mantiene en Stiles. Yo tengo ojos verdes y una chispa provocada por mi estado me hace sentir esperanzada—. Cabello rubio fresa, miden cinco pies...
Y hasta ahí dura mi atención en él. Obviamente él está hablando de Lydia. Estúpida Scarlett por pensar por una milésima de segundo que hablaba de mí. ¿Por qué debo enojarme tanto por eso? Digo, Stiles y yo solo hemos sido amigos. Llegamos a unirnos por Scott y siempre he sabido que Lydia Martin es el plan a largo plazo de Stiles. Esto de embriagarme ya no me gusta. Definitivamente, el alcohol hace daño y me hace pensar locuras e incongruencias.
