Scarlett siempre ha sido el tipo de chica que está metida en todo. Es curiosa y no por nada tiene el puesto de reportera en el periódico escolar de la preparatoria de Beacon Hills. Ella deseaba inmensamente que algo interesante ocurriera en Beacon H...
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Termino de ponerme los pendientes y agarro mi cámara para meterla en su bulto especial. No quiero ir al baile fingiendo sonrisas para tomar fotos de los estudiantes y luego escribir un animado artículo sobre algo que ni disfruté. No obstante, tengo que hacerlo porque es mi obligación.
Me miro al espejo y mi reflejo me devuelve la mirada luciendo hasta triste. Mis ojos verdes pueden ser más expresivos de lo que pensaba y lo odio. Puedo ver en ellas el dolor de... ¿un corazón roto? Ni siquiera puedo llamarlo así porque jamás llegué a algo fuera de una amistad con Stiles.
¿Cómo me gustó este chico? Supongo que fueron los pequeños detalles, aquellas veces que volvió por mí para salvarme de las garras del alfa, las veces que me levantó el ánimo, las pequeñas discusiones. ¡Hasta su sarcasmo!
Gimoteo y paso mis manos por mis brazos, brindándome un poco de consuelo. Me ha pegado fuerte esto.
Sí, estoy sintiendo pena por mí misma. Stiles me ha enviado un par de mensajes de texto preguntándome si estaba bien porque me había notado rara en Macy's.
¿Qué hice?
Respondí un simple "sí" y me puse a ver A Walk To Remember por enésima vez para compensar mi patético comportamiento.
Escucho la puerta de mi habitación abrirse y mi madre entra casi llorando mientras sostiene un pañuelo en su mano.
—Mamá no vamos a pasar por esto de nuevo —pido haciendo una mueca de incomodidad.
Cuando llegué con el vestido hizo una escena donde me apretujó contra sus bubis mientras lloraba porque he crecido demasiado. Creo que es el síndrome de madre sufriendo al ver su única hija hacerse mayor o algo.
—Te ves hermosa, cielo —dice apretujándome en un fuerte y empalagoso abrazo. Amo a mi madre, realmente lo hago, pero ¡Dios! ¡Solo estoy yendo a un baile por trabajo no a mi boda!
Para mi mala suerte, ella llama a mi padre y ambos se ponen prácticamente a llorar diciendo que yo he crecido demasiado rápido y que los hago viejos. Es dramático en especial cuando les hago saber que iré sola porque no tengo una cita y tendrán que llevarme o prestarme el auto.
Claro, mi padre optó por lo primero mientras me hace un interrogatorio enorme de camino al baile, uno tan grande que me saca de quicio. Preguntó sobre Stiles, sobre Scott y hasta sobre Greenberg y Jackson. ¿Se ve lo horripilante que fue?
Al llegar a la escuela me siento aliviada porque podría por fin terminar de responder las preguntas y solo dedicarme a tirar fotos y hacer apuntes importantes para mi artículo. También en ver a Stiles ser feliz con Lydia en el baile.
—¿Segura que no quieres que vaya contigo? —pregunta.
Entorno mis ojos con exasperación. ¿Cuál era su uso? Ni que fuera a emborracharme de despecho. No soy tan patética como para hacer eso. Dicen que las penas del alma se ahogaban en alcohol, mientras que yo, por mi parte, las sacaba escribiendo.
