Un mal día, o no tanto.

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IMPORTANTE: Os ruego que leáis el capítulo hasta el final puesto que hay sorteo y al final del todo se explica que se debe hacer para participar.

Fin del comunicado, disfrutar de la lectura :3

-Pov's Suzu-

Me levanté del sofá, no dormí nada bien. Solo tuve pesadillas, y todas tenían a los mismos protagonistas, Kei y Aoi.

Me quedé quieta delante del espejo del baño, tenía ojeras y los ojos llorosos. No soportaba haber caído en las redes de Kei tan pronto, hacía años que no lo veía y todo iba tan bien.

Fui a la cocina, desayuné y me quedé quieta otro rato.

-¿Hoy es lunes?- Me pregunté a mi misma mientras miraba mi móvil. Y sí, lo es, y no solo eso también llego tarde.

Pero no me importa sigo con las mismas ganas de antes. Salí del apartamento quince minutos tarde, lo que significaba que iba a llegar con un retraso de cuarenta y cinco minutos.

Por fin llegué al edificio. Entré calmada, mis compañeras y compañeros de trabajo me miraban algo extrañados, ya que siempre que llego tarde entro como un torbellino y escondiéndome del jefe.

-¿Suzu estás bien?- Me preguntó Kizu.

-Estoy perfectamente.- Dije elevando mi voz.

-¡Suzu Akane...!- Empezó a gritar mi jefe.

-¡Si ya se! La próxima vez despedida.- Le grité a su vez, él se acercó a mí y con los ojos llenos de rabia y bien abiertos empezó a gritarme otra vez.

Como si no fuera suficiente con la primera.

-¡Cómo se te ocurre responderme!- Me enfurecí, hoy no me encontraba como para escuchar las estupideces que dice este viejo.

-¡Y a usted que le importa! Mi vida, mis normas, ¿o acaso este no es un país libre?-

-¡Estás despedida!- Empecé a reírme.

-Genial, ahora no tendré que soportarle por el resto de mi vida igual que harán el resto de empleados.- Me di la vuelta y salí de allí, no quería volver a pisar una empresa como esta en lo que me restaba de vida.

Una vez fuera empecé a caminar hacía el apartamento, más libre que nunca, ya no tendría que ir todas las mañanas a ese odioso lugar.

-Oye, princesa del automóvil ¿qué haces fuera del trabajo tan temprano?- Me di la vuelta y vi a Aoi.

-Lo que me hacía falta.- Susurré.

-No me ignores.- Dijo una vez que se puso a mi lado.

-Me han despedido, por eso estoy aquí.- Dije siguiendo mi camino.

-Vaya, ¿entonces ya no eres la princesa del automóvil?- Y por una vez me reí de la tontería que dijo.

-No Aoi, ya no soy la princesa del automóvil.- Él me cogió con su brazo y me atrajo hacia él, yo abrí mis ojos lo mas que pude.

-Qué pena, con lo mucho que me gustaba a mi decirte eso.- Estaba sonrojada, nunca había ido así con alguien por la calle.

-Y-ya encontrarás otro mote.- Susurré viendo mis tacones negros.

Por fin llegamos al edificio y nos encontramos con un problema.

Kei estaba esperándome allí, y por lo visto no parecía muy contento por verme con Aoi.

[En edición] Mi agradable vecino [the GazettE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora