[En edición] Mi agradable vecino [the GazettE]

De nuevo en Japón

De nuevo en Japón.

Estaba en la cama tumbada, viendo las nubes que se podían ver a través de la ventana.

Hace casi dos meses que Yuu se fue y hace como un mes que no consigo conciliar bien el sueño. Supongo que es porque no encuentro trabajo y porque me han echado del piso por no pagarlo.

Me senté en la cama, una lágrima de mi ojo izquierdo bajó, me limpié la mejilla y me levanté.

Salí de la habitación de Aoi y fui a la cocina y bebí una taza de café mientras miraba la televisión.

-Nunca echan nada bueno por la mañana.- Dije pasando de canal en canal.

Me levanté y fui a la cocina a dejar la taza de café.

Cuando volví al salón vi una llamada perdida.

-¿Si?-

-Hola, princesa ¿cómo estás?-

-Bien ¿y tu Aoi?-

-Bien, esperando verte.-

-Pero que pesado eres de verdad.-

-Siento colgarte pero tengo que hacer una cosa importante, adiós.-

No tuve tiempo de decirle adiós porque el ya había colgado.

-¡Estúpido Shiroyama!- Tiré el móvil al sofá y me fui a la habitación a cambiarme.

Mi búsqueda de encontrar trabajo seguía en pie.

Entré en una librería.

-Hola, he visto que buscan empleado.- Una señora de unos ochenta años me sonrió.

-Por supuesto joven, yo ya estoy muy vieja para seguir con el negocio.- Le sonreí.

-¿Te gusta leer libros?- Le sonreí.

-Más bien escribirlos, pero leerlos también.-

-Eso está muy bien jovencita, ven hay que firmar unas cosas y podrás trabajar junto a mi nieto.- Le sonreí y la seguí.

-¿Y su nieto donde está?- Le pregunté una vez que me dio unos papeles.

-Se ha ido a buscar a su enamorada, siempre va a verla, aunque ella no le corresponda sus sentimientos.- Sonreí un poco nerviosa, últimamente Kei iba todos los días a verla.

-Eso está bien, tiene que luchar por lo que ama.-

-Claro que si joven.-

-¿Puedo leer el contrato?-

-Por supuesto te dejo tranquila.- La anciana salió con una sonrisa en sus labios.

Estuve media hora leyendo las tres hojas, vi que todo estaba en orden y firmé el contrato, necesitaba el trabajo.

-Ya está.- Dije al salir de esa habitación para entregarle los papeles a la anciana.

-Gracias joven, mira te presento a mi nieto, Kei.- Me di la vuelta petrificada.

Delante de mi estaba el mismo Kei que me encontraba todas las mañanas al bajar las escaleras, el mismo que me rompió el corazón, el mismo que me dio darme cuenta que amaba a Yuu.

-Hola Kei.-

-Suzu, que agradable sorpresa, ahora trabajaremos juntos.- Sonreí nerviosa, no me hacía ninguna gracia trabajar con él.

-De agradable no tiene nada.- Susurré para mí.

-Bueno me tengo que ir, ¿a qué hora vengo mañana señora?-