¡Nos persiguen!

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¡Nos persiguen!

-Dos días antes-

Aoi salió de la discografía contento por ver a Suzu. Pasó por la tienda que estaba visitando desde hacía semanas.

-¿Está ya listo el anillo?- Preguntó viendo a la mujer que tenía en su rostro una hermosa sonrisa.

-Sí, espero que le guste a tu esposa.- Dijo mientras abría la caja de terciopelo azul.

Dentro de la caja descansaban dos anillos, simples pero hermosos; ambos tenían las iníciales de Yuu y Suzu.

Cogió la caja emocionado.

-Yo también espero que le guste, ahora solo falta unas cuantas cosas más para que le pida la mano.-

-Pareces más emocionado que la última vez.- A Yuu no se le borró la sonrisa, sabía muy bien que la última vez que encargó un anillo en esa joyería fue cuando le pidió la mano a Mikoto.

-Es normal, ella es el amor de mi vida.- La chica empezó a reírse.

-Ojalá hubiera más hombres como tú Yuu.-

-Ha sido un placer, adiós.-

Aoi salió de la joyería y entró en el coche, antes de que este arrancara un número desconocido le llamó.

-¿Sí?-

-¿Eres Yuu?- Era la voz de un hombre, parecía preocupado.

-Sí.- Respondió Aoi.

-Soy... bueno eso no importa ahora, su novia Suzu ha tenido un accidente y necesito que venga a recogerla, estamos en el callejón que hay cerca del parque grande...- Aoi ni siquiera escuchó lo que iba a decir el hombre que ya estaba de camino.

-¿Por qué me pasan estas cosas a mí?- Se preguntó tocando la bocina desesperado.

Una vez que entró en el callejón cayó al suelo, alguien le había golpeado.

­-Pov's Aoi-

Desperté y miré a mi alrededor, estaba en una habitación pequeña la única luz que había era un vela a medio apagarse. Intenté levantarme, pero me di cuenta que estaba en una silla atado de pies y manos.

Vi la pequeña caja con el anillo caída en el suelo.

-Mira, si mi amor ha despertado.- Levanté mi mirada y vi como Mikoto entraba en la habitación seguida de dos hombres enormes.

-Irás a la cárcel por esto.- Mikoto se acercó a la caja y la cogió.

-Así que le ibas a pedir matrimonio a la perra.- Cogió el anillo y se lo puso en el dedo, luego lo miró con emoción en sus ojos.

-Pero mira si me queda perfecto.- Se acercó a mí y cogió mi teléfono.

-¿Qué haces?-

-Voy a hacer sufrir a tu noviecita.- Escribió algo y luego pulsó el botón de enviar.

-¡Déjame salir!- Esta se puso de rodillas y me miró con lástima.

-Lo siento Yuu eso no está en mis planes.- Con su mano fría me tocó el rostro, yo le escupí en la cara.

Con asco se levantó y se limpió el rostro, luego miró a los hombres que había a su lado.

-Hacerle aprender quien manda aquí.- Después de eso lo único que sentí fueron golpes por todos los lados.

[En edición] Mi agradable vecino [the GazettE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora