[En edición] Mi agradable vecino [the GazettE]

Su amor verdadero [Capítulo final]

Su amor verdadero.

Vi la expresión de Suzu, no parecía muy convencida de lo que le decía y aunque le daba una razón por la cual había escogido ese nombre parecía incómoda.

Salí del baño y la dejé sola.

Lo sabía, ya sabía del fantasma de Miyuki.

Sonreí mientras bajaba las escaleras. Sabía que mi hija iba a tener el cabello rojo y los ojos verdes. Sabía que iba a ser pálida como la nieve y la chica más tímida de todas.

Me dirigí hacia la cocina y me senté en una silla mientras miraba la mesa con especial interés.

¿Por qué no quiere decirme la verdad?

Esa pregunta pasaba por mi cabeza cada vez que recordaba que mi hija no se parecería a mí.

Los pasos de Suzu me despertó de mi ensimismamiento. La miré con cariño.

¿Si no quiere decírmelo es porque no quiere que me preocupe?

Suzu se sentó en mis piernas, la abracé y ella empezó a acariciar su barriga.

-Decidido, si es niña se llamará Miyuki Aimi.-

-Sabía que ibas a estar de acuerdo conmigo.- Susurré tocando su barriga.

-Cinco meses después-

-Septiembre-

Vi a Aoi andar de un lado para otro. Repetía esa acción cada vez que llegaba a su punto de partida.

-Por dios Yuu, siéntate.- Exclamé mareado. Cogí a Aoi del brazo y lo obligué a que se sentara.

-¿Y si le pasa algo? ¿Y si en el último minuto ella muere?- Preguntó Aoi agobiado.

-¡Yuu! ¿Cómo eres tan pesimista en este momento? Suzu y Miyuki estarán bien.- Resentido suspiró y miró al suelo.

-Espero que tengas razón Ruki.-

Eran las tres de la mañana cuando Aoi me llamó diciéndome que Suzu había roto aguas. Sin pensármelo dos veces me cambié, subí al coche y aquí estoy. Esperando a que salga el doctor para decirnos que podemos pasar.

Me recosté un poco en la silla y miré el techo blanco, el sonido de los aparatos y las voces lejanas de las enfermeras y doctores me llevaban a soñar.

-Ruki.- Me desperté alarmado, vi la cara de Aoi cerca de la mía. Tenía una sonrisa en su rostro y parecía muy alegre.

-Mi hija ha nacido, ¡por fin ha nacido mi hija!- Exclamó lleno de felicidad. Ni bien me había levantado de la incómoda silla Aoi ya me había cogido de la mano y estábamos corriendo por los pasillos.

-¿Dónde me llevas?- Pregunté.

-A que veas a tu sobrina.- Abrí mis ojos.

¿Mi... sobrina?

Llegamos a la habitación, allí estaba Suzu con la pequeña Miyuki.

-¡Ruki!- Exclamó con cansancio Suzu mientras me miraba.

-Hola Suzu.- Sonreí con dulzura.

-Ven, te presento a Miyuki Aimi Shiroyama.- Susurró Suzu con una sonrisa en su cara. Me acerqué a ver a la pequeña.

Vi a la pequeña como sostenía el dedo de Suzu, le toqué la mejilla y abrió sus ojos. Unos orbes de color verde me estaban mirando. Vi su cabello, miré a Suzu y luego a Aoi.