Look At Me; h.s

Capítulo quince

N/A: Antes de comenzar, recomiendo pasar por mi nueva novela de 5 Seconds Of Summer, Losers, si os gusta el humor y pasar un buen rato, os va a encantar.

El silencio, el agradable silencio. Donde todo los que se oía era el ruido tenue de los pájaros cantando alegremente. Un silencio que ensordecía , cálido, acogedor. Me encantaba esto. Todo era paz, donde podía consumir las horas, donde el pelo se me enredaba cada vez que soñaba con él. Un lugar donde nadie podía molestarme.

O eso creía.

Un murmullo se escuchó de fondo, haciéndome refunfuñar y moverme entre las sabanas. Fruncí el ceño, pero volví a relajarlo a la vez que el sonido desapareció. Suspiré y me acomodé en la almohada. Y entonces, todo se volvió un desastre.

Como si fueran truenos, unos estampidos de una cuchara contra una olla me hicieron abrir los ojos y pegar un sobresalto. April saltaba encima de mi cama, mientras chillaba letras de canciones incoherentemente. En frente de nosotras, Susan tocaba su horrible instrumento improvisado, moviendo sus pies, haciendo una especie de baile más bien parecido a un ritual tribal.

-Despierta y brilla, perra- Exclamó April con humor, haciendo reír a Susan. Gruñí y tapé mi cara con la almohada. Mi mejor amiga comenzó a tirar de mi pie, tirándome al suelo. Llevé las manos a mi cara. Ronroneé, revolviéndome en el suelo. Nadie me iba a quitar mis horas de sueño, aunque tuviese que dormir en el suelo.

-Iros a la mierda, hijas de puta- Las insulté y las dos bufaron al unisono. Y sigo pensando por qué tengo amigas así. Hice una cama improvisada con los restos de mi cama que se hallaban en el suelo. Empezaron a reír y yo suspiré.

-Despierta ya, hoy es la gran cita- Gritó Susan emocionada y April empezó (de nuevo) a fangirlear y dar gritos. De repente, me pregunté que hacía Susan en casa cuando era sábado. Miré a mi reloj y casi me da un ataque al corazón al ver que eran las cuatro menos cuarto de la tarde. Mi mandíbula cayó al suelo, ahogando un grito, creyendo que había faltado a trabajar. Pero recordé que hoy era el día del mes donde salíamos unas horas mucho más temprano. Casi me da un infarto. Volví apoyar la cabeza en mi magullada almohada, cerrando los ojos. Y sin avisar, la melodía de Tattooed Heart retumbó por las paredes de mi habitación. April y Susan se agarraron mutuamente, como yo hice con Harry el lunes pasado, haciendo que ese algo se agitara de nuevo en mi interior, alterando mi sangre.- Oh Harry, por favor, bésame.- Me imitó Susan, mientras le hacia muecas a April, quien intentaba no reírse. Ella se aclaró la garganta y se colocó de puntillas, para aparentar ser más alta. Frunció el sueño y sacó sus labios, poniendo morritos.

-Honey, me vuelves loco- Puso su voz más grave y ambas rieron. Rodé los ojos, pero no pude evitar sonreír. Tan solo pensar en él me ponía así. Por primera vez, me estaba ocurriendo lo que suelo ver en la películas, y no sé si chillar de la emoción o salir corriendo y esconderme. La verdad es que no había pasado nada interesante durante estos cuatros días. He estado demasiado ocupada traduciendo libros y le había visto pocas veces. No hablamos, pero es mejor así porque estoy segura que no encontraría palabras como para responderle. No podía controlar lo que mi mente progresaba en ese momento y me bloqueaba. Me pasaba cada vez que veía su sonrisa. Me era inevitable. Y tengo miedo, porque estoy descubriendo ese cosquilleo que acaricia mi corazón. El dúo dinámico se sentó en mi cama, al frente de mí, mientras seguían carcajeando.-¿Estás nerviosa?-preguntó mi mejor amiga. Respiré hondo, llenando mis pulmones con todo el aire que tenía. Intenté mantenerme en calma, pero las tres sabía que no era capaz de hacerlo

-Mentiría si dijera que no- Respondí y ambas sonrieron ampliamente. Jugaba con mis dedos, una prueba obvia de mi nerviosismo. Tan solo su nombre me hacía enloquecer. No sé que clase de magia ha estado utilizando en mí, pero espero que nunca pare. Susan se levantó y sacudió sus vaqueros.