Look At Me; h.s

Capítulo dos

-Siéntese, por favor.-Me dijo adornando su rostro con una sonrisa. Cogió de mi mano suavemente y me encaminó haca los sillones de cuero vainilla frente su mesa de escritorio. ¿Normalmente trataría así a las chicas que van a hacer entrevista? Una aguda vocecilla dentro de mi respondió automáticamente "Sí". Sería el típico casanova que tiene a todas las mujeres a sus pies. Con razón ellas se arrastran, es el único hombre que me ha hecho temblar solo con mirarme y rozar piel con piel. Dejé mi cuerpo descansar sobre el sillón. No podía encontrar mi voz, se había derretido en mi garganta. Se sentó en su flamante sillón negro delante de mí. Eramos tan diferentes. Él un hombre que tenía todo a sus pies y yo una pobre chica que ruega a la luna detrás del cristal. Choqué mis tobillos. Él sacó un fichero de un cajón y sacó unos folios unidos por una grapa. Lo leyó por encima y me miró- Vaya, me sorprende que hables italiano, español y francés a parte de tu lengua nativa, encantador.- Felicitó mis expedientes de los títulos de idiomas que tenía. Me sonrojé de cabeza a pies. Le regalé una media sonrisa.

-Supongo que es el talento más apreciado que poseo.- Me encogí de hombros y el ensanchó su sonrisa más. Llevó una mano a su tupé y lo peinó con sus dedos.

-¿Qué haces en tu tiempo libre?- Preguntó. Parecía que esta pregunta se había ido más allá de mi currículum. Me crucé de piernas nerviosa.

-Suelo leer, pintar paisajes y retratos en lienzo y otras tantas cosas que no son tan interesantes, ahora tengo más tiempo, me acabo de graduar.-Jugué con mis manos nerviosas rodando mis dedos. Se revolvió en su asiento sin quitar su penetrante mirada de mí. Pulso, agárrate fuerte.

-Vaya, felicidades por su graduación- Sonrió de nuevo. ¿A caso no me dejaría de sonreír así? Me ponía nerviosa. Chasqueó con su lengua.- ¿Qué cree que debe de hacer un libro o novela para que de buenos resultados?- Cuestionó dejando los hojas con palabras negras impresas en todas sus caras. Reuní  todos mis pensamientos para encontrar una respuesta coherente e inteligente.

-Pienso que un libro tiene que tener un tipo de chispa en concreto. Tienes que infíltrarte en el personaje, meterte en su piel, sentir lo que narra, ya sea chico o chica. En las novelas rosas,  lo mejor es ser la protagonista, que sus sentimientos se unan a los tuyos, pensar como ella. Así es como la gente se obsesiona y así sigue leyendo hasta el final de la historia. El personaje masculino también  tiene una gran importancia en estos tipos de relatos. Si ocurre esto, las personas leerán, si no pasa, la novela no valdrá para nada.-Gesticulé con mis inquietas manos mientras  rezaba para no balbucear en ninguna oración. Esta vez no sonrió. Llevó su pulgar a su labio inferior y lo pasó sobre este. Luego, tiró de él. No te distraigas Bony, no lo hagas. Vuelve a la tierra. Se levantó del asiento y caminó hasta la pared de vidrio que daba vista a Londres. El  London Eye y el Big Beng atravesaban el cielo y el Westminster Bridge cruzaba el río Támesis. Volvió a mirarme.

-Buena respuesta, Srta. Sweete- Sonrió de lado haciendo temblar mis rodillas. Aguanté la respiración. "Debes tranquilizarte Bony, en estas situaciones lo peor es parecer débil e indefensa, se aprovecharán de tí si lo haces". Una voz de alarma habló en mi celebro haciendo sacudir mi cabeza para aclarar mis ideas. Tenía razón.  Debo estar tranquila. Conté hasta tres y pensé en como las heroínas de mis libros se defendían con su inteligente dominio de la palabra. Reí internamente. Me estaba volviendo loca.- ¿Cuál crees que cual es la mejor situación y ambiente para leer?-Preguntó de nuevo. Hizo una línea con sus labios y volvió hasta su escritorio. Su aproximación me embriagaba. Si se  acercaba más, me quemaría. Un tic nervioso en mi pierna se hizo presente.  Respiré profundo.

-Todos creemos que el mejor espacio para leer es en un lugar en silencio y la situación es estar aburrido. Yo, personalmente no creo eso. Se lee mejor con música de fondo, alguna canción para poner de banda sonora a la historia y hacerte involucrarte más en ella. Y con respecto a la situación y estado del sujeto, creo que es mejor leer cuando este esté estresado o agobiado, leer le relajará en todos los sentidos y desconectará de todos sus problemas, poniendo mentalidad y corazón en el relato. Es desconcertante cuánta gente cree que las personas leen cuando se aburren, cuando estas lo que hacen es buscar un refugio contra la sociedad.- Solté mi opinión de golpe, parándome en cada punto y en cada coma. Sus labios volvieron a su forma original de corazón. haciéndolos de un color más intenso. Se sentó de nuevo.

-Bien, última pregunta, lo demás se tendrá en cuenta por el currículum- Hizo una pausa pensando en alguna pensamiento útil mientras ordenaba sus ideas. Cerró los ojos por un momento. Cuando los abrió, ardían.-¿Por qué cree usted que merece el puesto de trabajo en esta compañía, Bony?- Cuestionó. Fue la primera vez que su lengua acarició mi nombre sin ir acompañado de mi apellido o algún señorita. Se me erizó el vello de los brazos y mi nuca obtuvo un picor molesto.  Jugué con mis dedos. Vamos, tu puedes.

-He estado muchos años estudiando y pienso que esto es lo mío. Me he esforzado por conseguir este título en literatura, esos diplomas e historiales en idiomas, y he dedicado horas a los libros cuando los chicos de mi edad salían de fiesta a divertirse. Creo que me he empeñado mucho en conseguir lo que tengo ahora, en llegar tan lejos y conseguir  graduarme. No hay otra cosa mejor en que dedicarme y centrarme que en esto. Ser editora esta hecho para mí. No escogí ser ingeniera, profesora, arquitecta o abogada. Lo arriesguié todo por llegar aquí y dedicar mi ser a mi pasión, los libros. Y ahora que he llegado tan alto no quiero caer en picado.- Me quedé sin aire, soltando todo lo que pensaba, dejando ninguna oración palabra o sílaba guardada en mi garganta. El asintió con la cabeza, recopilando toda la información. Miró de nuevo mi currículum y mis manos empezaron a sudar. Cinco minutos le bastó para leerlo de arriba a bajo Luego, me sonrió.

-Me ha dejado sin habla Srta. Sweete, y le aseguro que es difícil que ocurra -Volvió a levantarse y caminó hacia a mí. Me extendió la mano ayudándome a levantarme.Su tacto volvió a envenenarme- El Lunes, a las siete, bienvenida a Styles' Editorials.- Mostró de nuevo su sonrisa kilométrica. ¿Qué?

-¿Cómo?- Balbuceé sorprendida. Ahora había sido él quien me quitó la capacidad de hablar.

- Está contratada, sin dudarlo. Eres lo mejor de lo que ha pasado por mi oficina.-Me felicitó, haciendo darle un doble sentido para mí en las últimas once palabras. Deje de respirar. Tengo trabajo. Tengo trabajo en la editorial más famosa de Europa. Llevé mi mano hacia mi boca para intentar no gritar. Lo he conseguido.

-Pero deberá prestar atención a las demás encuestas de trabajo, seguro que hay mejores historiales que el mío.- Miré cabizbaja al suelo. Esto sería una broma de mal gusto , seguro. El cogió de mi barbilla y movió mi cabeza hacia arriba, obligándome a verlo. Dios mio, ¿por qué tenía que ser así?

-Estoy seguro que usted es el mejor expediente que ha parado a mis manos el día de hoy, y tú, Srta. Sweete como ha dicho, ahora que has llegado tan alto no puede caer.- No me sonrió. Me miraba con una expresión gélida, con sus ojos ardiendo como un volcán que expulsaba lava verde esmeralda.

-Gracias Sr. Styles por concederme esta oportunidad, de verdad que se lo agradezco.- Me regaló una sonrisa media juguetona. El Sr. Casanova había vuelto a la Tierra.

-Un placer haberla conocido- Agarró mi mano y besó mis nudillos seductoramente, haciéndome sonrojar. Un hoyuelo se dejó asomar de su sonrisa. Lo hacía a propósito, sé que lo hacía.

-Igualmente, buenas tardes Señor.- Respondí con un hilo de voz. Huye de su oficina, huye. Caminé como pude con mis piernas temblando hasta la puerta. Giré el pomo de la puerta y salir. Eché un último vistazo a la habitación. Y allí estaba él, mirando cada movimiento que hacía. Noté que recorría por segunda vez su mirada por mis piernas y hacia arriba. Clavó su mirada en la mía y me guiñó un ojo. Cerré la puerta y dejé soltar todo el aire que mis pulmones contenían. Me llevé una mano a la frente, apartando los mechones de pelo de ella y apoyé mi cuerpo en la pared.

¿Qué había sido eso?

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Bueno, es corto, sí, lo sé. Lo siento por tardar tanto en subir pero con las fiestas de navidad, la víspera de esta y mi familia he estado muy liada y he escrito a ratos. No quería haceros esperar más y bueno, aquí está el capítulo dos. Vuestros comentarios y votos me hacen sonreír y tener más ánimos para poder seguir escribiendo. De verdad os agradezco eso, enserio. Gracias por leer <3