Look At Me; h.s

Capítulo doce

N/A: Voy a hacer un grupo para lectoras de mis novelas ( en mayoría de Look At Me) de Whatsapp, para fangirlear de cualquier tema, hablar por los codos y divertirnos. Las que queraís uniros me enviáis un mensaje por privado con vuestro número y nombre, y yo os añado. No quiero decir nada más, disfrutad del capítuo. PASAROSPORMISOTRASNOVELAS<3

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Tres semanas después de aquel raro encuentro con Harry había pasado. Tres semanas donde no había ocurrido nada interesante después de aquello. Conocí más a Susan y esta me presentó a su novio, Nathan. Fui de compras con ella un sábado y al cine también. Le había presentado a April y ambas se caían tan bien como lo pensaba al principio. Se convertió en una gran amiga mía y se sumó al almuerzo que yo siempre tomaba con Austin. Respecto a este último, eramos inseparables, tanto en la oficina como fuera de ella. Se había convertido en mi mejor amigo en poco tiempo y teníamos muchísima confianza. Un domingo salí con él a pasear por Hyde Park y a tomar café (en mi caso chocolate caliente) mientras veíamos como el sol se ponía en Londrés. Algunos días íbamos a tomar una copa después del trabajo y los sábados solía pasarlos con él, ya que April se iba con Zayn de fiesta. Y bueno, Harry. Harry Styles. No habíamos vuelto a tener otra charla desde aquello que fuese que pasó en el ascensor. Nos mirábamos cada vez que estábamos cerca, pero no decíamos nada. Era muy frustrante, porque tenía una ganas terribles de hablarle , pero no sabía de donde estas venían.  Pero creo que con su mirada podría decirme todo. No volví a otra fiesta donde él suele ir desde la última vez que asistí. April se emocionaba por el hecho de que iba a quedar cada sábado con Austin y no quería insistir mucho. Pero ella seguía en sus trece con Harry. "Te verías tan bien con él", "Sois tan monos, derramáis miel", "Deberías estar con él". Esas eran algunas de las palabras que me solía decir decir April, haciendo que me sonrojara cada vez que hablaba del chico de ojos verdes. Me estaba volviendo loca por el hecho de que ninguno de los dos teníamos el coraje de cruzar palabras con el otro. Antes de dormir, mientras trabajo, en la ducha, por la mañana cuando despierto y cada vez que viajaba en el coche pongo la playlist que escuché con Harry aquel domingo en su casa. No quería hacerlo, pero algo dentro de mí quería disfrutar de cada momento vivido con Harry. Sabía que esto era algo malo, pero quería arriesgarme.

Susan ya se había ido, Nathan había venido a recogerla para llevarla a pasar un fin de semana en un Hotel-Spa por su aniversario, dejándome sola  mientras metía algunos papeles en mi bolso para marcharme a mi casa. A veces pensaba si esto pasaría por un largo periodo de tiempo, es decir,  no tener a nadie a quien amar. Nadie me amaba en la forma en que yo quería que lo hiciese, ni llamaba la atención de nadie. A veces pensaba que me quedaría sola siempre. Pero no creo que eso ocurra. Hay siete mil millones de personas en el mundo, no creo que nadie se quede solo. Quería encontrar a mi alguien.  Pero no sé si él esta cerca de encontrarme. Mi semana de trabajo había terminado y afortunadamente no tenía trabajo acumulado para el sábado por la tarde y el domingo, lo que es realmente bueno. Coloqué un mechón de pelo tras mi oreja mientras terminaba de ordenar todo en mi escritorio. De repente, como cada sábado, Austin salió de su oficina con una sonrisa de oreja a oreja, mientras su bandolera negra se balanceaba al lado de su cadera. Se había cortado el pelo y el flequillo que antes tenía lo había colocado hacia arriba y de lado. Y personalmente, así estaba más atractivo. Su piel bronceada brillaba al brillo de las luces de la oficina mientras se acercaba a mi escritorio. Le sonreía mientras intentaba poner cada cosa en su sitio.

-Hey Sweet- Dijo mostrándome los dientes con una sonrisa de lado. Tan solo con dos palabras,  me había hecho sonreír.  Él había decidido llamarme Sweet porque decía que era tan dulce como el chocolate que tomo cada mañana, lo que me pareció muy tierno. Luego jugó con mi apellido y le quitó las dos últimas letras, quedando Sweet. Y desde entonces me había llamado así.- Supongo que nos veremos después, ¿no?- Preguntó, mientras ladeaba la cabeza, todavía con su sonrisa en los labios. Asentí mientras guardaba las carpetas en los cajones de mi escritorio.