Capítulo tres

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Abrí la puerta del apartamento. Al entrar  y cerrarla, me apoyé contra esta con sensación de estar derrotada. April estaba tranquilamente sentada como los indios en el sofá negro de rinconera de nuestro salón, un paquete de patatas fritas entre sus piernas, su pelo azabache recogido en una cola de caballo y la mirada posada en el nuevo episodio de "Castle". Giró la cabeza y fijo su mirada en mí. Levantó una ceja y rodé los ojos.

-¿Qué tal?- Me preguntó mientras cogía  patatas fritas y se las llevaba a la boca. Dejé caer la toga, el birrete y mis convers sobre un sillón y me senté a su lado mientras me quitaba los tacones. Volvió su mirada a la televisión.

-Me han  cogido en Styles' Editorials.-Solté sin rodeos. Ella abrió los ojos y luego me volvió a mirar. Dejó el paquete de comida basura en la mesa y volvió todo su cuerpo hacia mí. Esto le importaba más que su serie favorita.

-¿Le has sobornado con fines sexuales?- April levantó una ceja de nuevo. Abrí excesivamente los ojos y sentí toda la sangre de mi cuerpo reunirse en mis mejillas. Negué con la cabeza energéticamente.

-¡April!- Le ladré y empecé a lanzar golpes en su brazo. Ella comenzó a reírse.

-No enserio, ¿Cómo podría una de las editoriales más famosas de Europa, escogerte a ti en el mismo día de las entrevistas, cuando hay miles de solicitudes por aquel puesto de trabajo en el sistema?- April ladeó la cabeza y hincó su codo en su muslo izquierdo, mientras apoyaba su mentón sobre la palma de su mano. Agité mi cabeza de derecha a izquierda confundida. April estiró el brazo hasta el  vaso de cristal lleno de agua que yacía sobre la mesa.

-No tengo ni la menor idea.- Murmuré, metiendo la mano dentro de la bolsa y sacando un puñado de patatas fritas.- Me entrevistó Harry Styles.- Dije antes de llevar las frituras a mi boca. Ella escupió el agua que bebía de vuelta al vaso. Se limpió con la manga de su pijama.

-Dios mio, ¿Estaba bueno? ¿Es guapo? ¿Tiene novia? ¿Cómo es?- Me bombardeó a preguntas y yo reí. April y sus obsesión hacia los hombres.

-Tranquila, fiera.- Palmeé su espalda mientras reía.- Uno,  esta en buena forma. Dos,  creo que es bastante atractivo,y antes de que empieces a acosarme a preguntas y a gritar que me gusta,  realmente creo que no es mi tipo,no me importa en absoluto. Tres, no sé nada de su vida privada, ni me interesa. Cuatro, me dio una primera impresión de  Don Juan, el típico chico calienta bragas controlador, educado, algo frío y distante, se veía despreocupado. Creo que es un arrogante.- Asentí con la cabeza de acuerdo con mis respuestas. April me examinó atenta.

-Bony, te ha entrevistado el chico que todas queremos en la cama, ¿Y ahora me dices que es un maldito arrogante?- April apretó sus labios indignada, haciendo con ellos una firme línea de color pálido.

-Todas no lo le quieren en la cama, si quieres un ejemplo, estoy aquí- Me señalé con uno de mis dedos índices.- Para mí es un condenado hipócrita y arrogante, fue la primera impresión que me dio, tu tienes la tuya, yo la mía.- Me encogí de hombros y ella negó con la cabeza recostándose en el sillón.

-Cambiarás tu opinión, gato.- Me llamó por mi apodo, ocultando una sonrisa. Lo hacía para enfadarme. Puse los ojos en blanco y suspiré intentando controlar mi furia. Estar junto a April requería una gran dosis de auto-control. Apoyé mi nuca en el respaldo del sofá, intentando resolver el enigma de la pregunta de mi desesperante amiga. ¿ Por qué de miles de personas, me escogió a mí? Sería una pregunta que quedaría sin respuesta.April se levantó del sofá.

-¿Dónde vas?- Le pregunté, girando mi rostro hacia ella.

-A por licor, vamos a celebrar tu nuevo trabajo.- Sonrío y caminó hacia la cocina. Asunto de Harry Styles archivado y guardado. Sé que ella no tardaría en volver abrirlo. Recogí mi pelo en un pequeño moño desecho. April volvió con una botella de licor de mora y dos vasos de chupitos. Sonreí. Ella sirvió los vasos y luego me pasó uno. Se sentó de nuevo en el sofá y alcanzó su vaso- Por tu nuevo trabajo de editora.-Sonrió provocando mi sonrisa. Sonreí y alzamos los vasos mientras estos chocaban en un suave golpe entre sí. Bebí el licor, sintiendo como llenaba mi garganta y bajaba a través de esta. Estaba congelado.  Dejé el recipiente vacío sobre la mesa.- ¿Qué haces esta noche?- Me cuestionó mientras se dejaba caer en el sofá. Me encogí de hombros de nuevo.

Look At Me; h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora