Todo el mundo lanzó los birretes al aire y empezaron a gritar desenfrenados. Y yo seguía aquí quieta. Había terminado la universidad. Había terminado la carrera. La gente empezaron a abrazarse y yo seguía todavía ahí de pie. De lejos, mi amiga April, llegó corriendo con su birrete pisoteado en la mano y su pelo chocolate revuelto.
-¡Por fin Bony!- Me abrazó tan fuerte que me dejó sin oxígeno- ¡Hemos terminado de una vez, hemos acabado la universidad!- Empezó a moverme hacia delante y atrás repetidas veces y yo reí suavemente. Así era April. Una morena de pelo oscuro y ojos verdes claros.
-Yo todavía no me lo puedo creer.- Añadí con una sonrisa. Había llegado el día de la graduación y yo ya tenía el título. Esto parecía uno de esos sueños que tenía cuando era más joven.
-¿Vendrás hoy para celebrarlo no? ¿O tienes que trabajar en aquel cafetín de mala muerte?- Se burlo de mi y de mi trabajo. Rodé los ojos cansada.
-Aunque haya terminado la universidad, voy a seguir trabajando en el café.- Aclaré. En los fines de semanas trabajaba en un pequeño café de mi barrio. Pagaban poco, pero estaba bien para las cuatro horas diarias que hacía. Mi ocupación de estudiante no me daba tiempo para más.- Con algo te tengo que pagar mi parte del alquiler. Aparte, hoy voy a ir a un par de editoriales, y sabes que no me agradan para nada aquellas carreras clandestinas de motos.- Hice una mueca y me giré para empezar a buscar mi coche. Mi Mini One gris, mi pequeño tesoro. Sentí el taconeo de los zapatos de April en el asfalto desgastado del aparcamiento que me seguían sin parar.
-Gatita, ¿Entonces no vendrás hoy?-Me preguntó mirando como introducía la llave en la cerradura de mi coche. La miré a los ojos. Me pedía con ellos que asistiera a aquella fiesta callejera, donde jóvenes desenfrenados bebían hasta quedar sin conocimiento , pero ella sabía que no iba a ir.
-Te he dicho como un trillón de veces que no me llames gato, gatita y todos sus derivados, aunque tenga los ojos grises no soy un felino.- Suspiré y ella se rió. Lo hacía para fastidiarme. Siempre lo hacía. Había heredado los ojos grises y mi cabello castaño de mi madre. Mi padre decía que parezco mucho a ella. Por desgracia, ella no está aquí para poder confirmarlo. Recuerdo perfectamente el día que conocí a April, tres años atrás. Era un día lluvioso y yo llegaba tarde el primer día del curso. Entré tarde a clases y me tuve que sentar al final del aula, y allí estaba April. Sus primeras palabras hacia a mí fueron "Vaya ojos chica, me recuerdan a los del gato de mi madre". Desde entonces, supe que April sería una amiga para siempre. Y aquí estamos, las dos compartiendo un apartamento en el centro de Londres. A veces, me pregunto por qué soy amiga de ella. Somos como el agua y el aceite, como la sal y el azúcar. Ella se podía pasar todo el día de fiesta, paseando por la calle, bailando toda la noche. Mientras que yo, leía, leía y leía. También podría pasarme todo el tiempo dibujando frente la ventana el paisaje nublado y húmedo de Londres. Pero, los polos opuestos se atraen, ¿no?. Me adentré en el coche y antes de cerrar la puerta, la miré por ultima vez.- Y ante tu pregunta, no, nos vemos en casa.- Cerré la puerta y ella frunció sus labios haciendo una línea con ellos. Se despidió con la mano y correteó hacia el campus donde un grupo de jóvenes vestidos con toga negra charlaban animadamente. Me quité el birrete y lo coloqué en asiento del copiloto y me miré en el retrovisor. Me peiné con mis dedos el pelo y lo moví hacia mi lado derecho. Me quité la toga y las converses. Me coloqué bien la camisa blanca por debajo de mis jeans negros ajustados. Abrí la guantera, cogí mi brillo de labios y haciendo un gran esfuerzo me los pinté. No era una gran amante del maquillaje, que digamos .Nunca me maquillaba, solo para ocasiones especiales. Y una entrevista de trabajo es una de esas excepciones. Dejé los tacones negros en la bolsa encima del asiento de cuero. Resoplé y miré al reloj que rodeaba mi muñeca derecha. Las cinco y media. A las seis tenía la primera cita en la editorial más importante de todo Londres. Era conocida nacional y internacionalmente. Tan solo con pensarlo me sudaban las manos. Me agaché y palmeé el suelo de abajo de mi asiento buscando el folio con las direcciones. Lo encontré y lo saqué. Le di unas vueltas al papel y leí la dirección. Main Street, edificio 47. En un cuarto de hora o más estaría allí. Dejé reposar el papel donde estaban los tacones, la toga y el birrete arrugado. Encendí la radio y arranqué el coche. Con facilidad salí del aparcamiento y me puse en camino por la carretera. La melodiosa voz de Ariana Grande interpretando "Tattooed Heart" llenó mi coche y sonreí. Una de mis canciones favoritas. No sé como sentía tanto las canciones de amor cuando nunca había experimentado tal sentimiento. Tenía veintiún años y todavía no había encontrado a la persona indicada a la que amar sin condiciones, reglas ni límites. Tal vez no había encontrado a la persona indicada para hacerlo. Las expectativas que me regalaban los libros se encargaban de llevarlas hasta las nubes. Pero sabía que ahí afuera había alguien, lo sabía. Mis uñas daban pequeños golpecitos en volante. El cielo estaba cambiando, de soleado a gris oscuro. Y de gris oscuro iría a lluvia. La fría lluvia. Mi pelo comenzó a acariciar mis mejillas y aparté los mechones de estas. El viento soplaba contra mi rostro y las pequeñas gotas de aguas empaparon poco a poco mi rostro. Cerré la ventana y me concentré en terminar mi viaje. Era raro que un viernes por la tarde no hubiera tanto tráfico por las calles más importantes de la ciudad. Al fin, vi el edificio. Era esbelto, un rascacielos gris y ventanas impecables, con contrastes modernos y sobre todo lujoso. Sentí mi boca ligeramente abrirse. Mordí mi labio y aparqué mi Mini en la fila de coches delante del edificio. Apagué el motor y saqué las llaves. Cogí mis zapatos y me los coloqué delicadamente. Me revisé por segunda vez en el espejo y salí del coche. Quedé frente de este alzando la vista para poder ver el edificio completo. Leí mentalmente el nombre de la editorial escrita en letras plateadas. Styles' Editorials. El corazón empezó a bombearme de diez a mil. Di zancadas y subí las escaleras que daban acceso a la entrada. Pasé por la puerta giratoria y llegué a la entrada. Paredes negras, suelos blancos. Sofás y sillones blanquecinos. Una réplica gigante del "Guernica" era lo único que adornaba la oscura pared. Había una recepcionista tras el mostrador de recepción ordenando papeles y me acerqué a ella- Perdón, soy Bony Sweete, venía para entrevista de editora vacante.- Le ofrecí una de mis mejores sonrisas y ella volvió a mirar los papeles.
ESTÁS LEYENDO
Look At Me; h.s
FanfictionUna frase, decenas de palabras, miles de promesas, dos corazones encadenados y un solo destino. "Pase lo que pase Bony, mirame a los ojos". Hermosa portada de tattooedskin y fantástico trailer de TaniaTomlinson