Capítulo diecisiete

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N.A: QUE NO ESTABA MUERTA, QUE ESTABA DE PARRANDAAAAAAAAAAAAAAAAAA

SÉ QUE ESTARÉIS A LO HANNAH BAKER EN PLAN "WELCOME TO YOUR TAPE" DESPUES DE NO HABER ACTUALIZADO EN SIGLOS, PERDONADMEEEEE

AQUÍ TENÉIS UN NUEVO CAPÍTULO DESPUÉS DE DIEZ SIGLOS Y MEDIO SIN ACTUALIZAR, ESPERO QUE OS GUSTE.

SI QUERÉIS ESTAR MÁS CERCANOS O CERCANAS A MÍ, TAN SÓLO TENÉIS QUE SEGUIRME EN MI NUEVO INSTAGRAM   (muy creativo, lo sé)

Al final del capítulo os dejaré una pequeña nota explicando lo que ha pasado :)

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Me aseguré que la puerta de casa estuviese bien cerrada, y finalmente me volví hacia el paisaje de Londres para darle la bienvenida a una lluviosa mañana de jueves. Llené mis pulmones con el fresco aire del día y al notar algunas gotas de lluvia caer en mi rostro, decidí abrir de una vez el paraguas. Había pasado unos cuantos días enferma en casa, por lo que no fui a trabajar. Pero eso no indica que hiciera todo el trabajo acumulado. Entre miles de cajas de pañuelos y botellas de agua, había estado traduciendo y editando todas las novelas y libros de poesía que me habían sido asignados. Y aunque no lo parezca, es algo agotador. A veces, el estar enfrente de una pantalla muchas horas seguidas es cansino, y varias veces había tenido que salir a la terraza a respirar aire fresco. Me encanta mi trabajo, no digo lo contrario, pero a veces me apetece desconectar de él.

Anduve con cuidado de no caer por la mojada acera hasta mi coche, el que no estaba muy lejos, y me apresuré a entrar en él. Ahora que estaba recuperada, iba con muchísimas ganas a la oficina. Había pasado días sin ver a mis compañeros de trabajo, lo que era extraño para mí ya que trabajaba casi todos los días de la semana. Coloqué correctamente el ajustado vestido rosa palo que llevaba hoy, el cual había encontrado al fondo del armario. Hacía tanto tiempo que no me lo ponía que parecía hasta nuevo. Miré el reloj de mi muñeca, corroborando que era temprano y comencé a conducir.

Nunca pensé que ir a trabajar me parecería tan excitante.

Admitía que, aunque estaba feliz, iba algo alterada al trabajo, ya que el estar allí implicaba encontrarme con Harry en cualquier momento. Y eso hacía correr la sangre por mis venas a mil kilómetros por hora. Desde el "casi-beso" del lunes vivía en un mar de nervios, en el que se cada pensamiento había sido consumido por las ganas de estar entre sus brazos. Obviamente, entendía que él no me hubiese visitado estos días, ya que está más ocupado de lo normal por la próxima feria del libro de Londres y la gala del aniversario de la compañía, la que se celebraría este sábado. Había estado mandándome mensajes de texto cuando podía, ya que cuando llegaba a casa estaba lo bastante cansado para no poder hacer nada más que dormir. Nunca me podría haber imaginado lo estresante que podría ser la vida de un jefe de empresa, pero ahora que conocía a Harry, lo he podido ver desde cerca. Y aunque estaba nerviosa, me moría de ganas por verle.

Casi me subo por las paredes de mi casa todos estos días por las ansias.

Me dirigía primero hasta la casa de Susan, con la que partir de ahora iría y saldría del trabajo conmigo. Ella vivía relativamente cerca de mi casa, y para hacerle un favor al medio ambiente, decidimos ir juntas. Ella se ofreció a pagar la mitad de la gasolina que utilizaría mensualmente para ir a la oficina, cosa que nos beneficiaba a ambas. También haría el corto viaje algo más entretenido.

Estiré la mano hacia donde se encontraban los CD's y puse el primero que alcancé. Al comenzar a reproducirse, supe que el azar había escogido uno de los antiguos álbumes de Coldplay que tanto me gustaba. Y al ritmo de unas cuantas letras, llegué a casa de Susan. Allí afuera me esperaba mi amiga, debajo de un paraguas color turquesa. Su rostro se iluminó al verme y casi corrió al coche. Se subió al asiento del pasajero, y al instante me envolvió en un abrazo.

Look At Me; h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora