Capítulo 2: Sueños...Y el hijo del Director

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Tuve un sueño.

Normalmente no los tengo, con la medicación suelo entrar en un estado de sueño tan profundo que no recordaría ni la peor de mis pesadillas, o el mejor sueño húmedo de mi vida.

Así de jodido estoy, que hasta los sueños me son arrebatados.

Pero lejos de toda esta sarta de estupideces sentimentales, estaba relatando que a pesar de todo: Tuve un sueño.

¿Que podría esperar uno soñar?

Am, que eres millonario, miles de tías y tu en un yate -Aunque millonario ya soy-...En caso de ser una pesadilla sería tu gran miedo representado de la peor manera posible. Por ejemplo en el mío serian miles de Alexandros destrozando todo, con miles de arañas alrededor mientras me persiguen dos enfermeros de un hospital psiquiátrico con jeringas de tranquilizantes en la mano junto con chalecos de fuerza, algo así creo.

Pero como yo soy sumamente rebelde y mi cerebro sumamente estúpido, dijimos "¿Porque no soñar con el hijo del director? ¿Verdad que es buena idea?"

Y vaya que la era, al menos para mi anatomía si lo era, porque amaneció toda empapada y excitada como si me hubiese dado una ducha con el hombre o la mujer mas sexy del mundo, aunque mas que una ducha era como ensuciarse de pies a cabeza. Sudor y sabanas manchadas fue lo que me recibió hermosamente hoy, una y otra dulce mañana en el otoño de mis dieciocho añitos.

Vaya mierda mas grande con la que empiezo mi día.

Creo que no hace falta ser muy explicito para saber de que trataba mi sueño. Igual creo que cabe aclarar: no hubo sexo explícito, fue mas bien una..."Masturbación con sus suaves manos en mi pene", que se dio de manera..."Casual" en el ámbito educativo ya que estábamos en...Bueno, en el aula.

¿Porque el fetiche con las aulas? ¿Siquiera yo tenia alguna fijación con ese lugar? ¡Ninguna!

Digo, si tuviera que cumplir alguna de esas fantasías sería mejor sobre el capó de una Ferrari en un estacionamiento publico con el morbo de ser descubiertos y entonces, los gemidos inundando el lugar se harían presentes como en el manga Yaoi mas hard que puedas encontrar.

En fin, no se si los gemidos serian míos o de alguien mas, pero mas o menos por ahí se guían mis fantasías sexuales. Eso de los colegios ya esta demasiado usado, muy cliché.

Hay que modernizarse.

Río mirando el techo de mi cama pero hasta con cierto dolor, mientras mi brazo desnudo se apoya por sobre mi frente, planeando moverse un poco para que mi mano alcance mi rostro y lo golpee salvajemente como para llamarme la atención por ser tan idiota. Mas no le hago caso y es entonces cuando puedo notar lo que esta a mi alrededor después de un par de parpadeos. Muevo mi otro brazo y choca contra un enorme bulto a mi costado.

-¿Eh?- Pregunto y me levanto de golpe sentado sobre el colchón, causando un agudo dolor en la parte baja de mi espalda.

Miro a mi costado rogando que sea una almohada ¿O un costal de papas?

Pero las almohadas no roncan, no se mueven y no respiran, así que con pesar descarto mi leve esperanza. Lo muevo en el lugar planeando quitarlo de su sueño, pero no responde y sigue con sus ronquidos ultra molestos.

¿Como hice para dormir toda la noche con esta bestia?

Unos mechones rojos sobresalen de entre las sabanas.

-¿Dante?

Se me corta la respiración y contengo el aire. De a poco voy destapando aquel cuerpo que parece muerto -de no ser por sus ronquidos me hubiese asustado- y comienzo a ver su espalda. Posee rasguños bastante pronunciados y sonrío. Yo fui el de abajo anoche y eso es tan obvio.

Álter EgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora