Capítulo 7: "Volverás"

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No entiendo.

Bueno, si lo hacía, ya que era notorio. Ok, esta, lo admito, más que notorio.

¿Quien no entendería que si hay dos personas iguales es que son gemelos?

No creo que la ciencia haya llegado a alcanzar la clonación humana en secreto de forma tan perfecta. O quizás alguno de los dos era un súper homúnculo del contrario. Bueno, lo viral de ese vídeo perturbador en las redes sociales me ha afectado. Suponiendo que ambos sean una clase de raza súper dotada creada por los humanos, eran unos bonitos seres. Si, los habíamos creado muy muy bien.

Pero, saliendo de mi delirio, pude pensar en mí yo actual: Pasmado, con la boca abierta prácticamente colgando saliva de la comisura de mis labios y mis ojos abiertos como enormes pozos verdes. Simplemente era una forma muy impactante de recibir esta noticia. Muy inesperado. Mire a ambas, a mi hermana y a su gemela. Ambos teníamos una molesta mujer al lado, me pregunto como será la relación de ellos.

—Alexa.— Me tiende la mano y aplica una mortífera sonrisa. Quedo anonadado pero aún así con la capacidad de reacción como para corresponder al educado gesto.

Ella sacude su largo cabello hacia atrás y coloca una mano en su cintura, marcando un estilo tan femenino y sutil que me encandila. Cierro la boca de una vez por todas, recobrando la compostura y accedo a hablar.

—Dante, un gusto Alexa.— Tanto en su versión masculina como femenina, este nombre es muy bonito, de hecho creo que les queda bien a ambos.

—¿Y que se supone que haces aquí?— Escucho decir de alguna persona, cuando entiendo la situación, recuerdo que Alexandro estaba ahí, con su tono serio y la misma mirada indiferente de siempre. Al parecer ni su propia familia se salvaba de esas expresiones.

—¿Siendo la mayor debo dar explicaciones?

—Emilia nunca me dijo que vendrías, Lawrence tampoco...— Respondió, a lo que yo no entendía nada.

—Se dice "Mamá" y "Papá", Ale.

Buen dato, Emilia y Lawrence, padres se Alexa y Alexandro Greco. El clan Greco.

—Alex.— Pareció corregir. —Y da igual, no avisaron, tu visita me trae por sorpresa.

Y me consta, pude ver en algún momento como la expresión de marfil habitual en Alexandro se había modificado un 1%, mostrando una especie de sorpresa diminuta. El ambiente estaba demasiado tenso para mi gusto, de repente su versión femenina se le había quedado observando con seriedad, el aire se cortaba con sólo tronar los dedos y mi hermana seguía al lado de ella con familiaridad.

¿Familiaridad?

—Vicky, ¿conoces a Alexa?— Pregunté en un mar de deducciones un tanto obvias pero aún así no podía evitar sentirme Sherlock Holmes.

—¡Claro!, estuvimos en la misma academia de modelaje, compartimos habitación y me ha ayudado mucho mucho con mi actitud hacia la cámara, ¿Verdad, verdad, Alex?

¿Alex?, que tiene que ver Alexandro en...

Ah, cierto que ahora hay dos personas que pueden usar el mismo apodo.

—Claro, fue un placer instruir a Vic, nos hemos echo muy buenas amigas.

—Y...¿Lyssandro no ha venido contigo?— Consulté buscando por todas partes a algún desadaptado rebelde que esté llamando de mala forma la atención de las autoridades en el aeropuerto.

Vicky me miró como quien mira a su peor enemigo, aunque esa ira repentina sé que no iba dirigida a mi, más bien a nuestro astuto macarra que llamábamos hermano mayor.

Álter EgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora