Capítulo 3: Sálvame

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Honestamente, no esperaba que aquella belleza misteriosa viviera justo en la mansión de al lado. Bueno, será porque yo he venido a esta a vivir recientemente, mientras que de pequeño solía visitarla pero solo eso: Visitas, nada mas allá de lo contado.

El viaje en auto fue muy cómodo con el y muy lejos de incomodarme, nada me agradaba mas que clave su mirada en mi.

Supongo que eso aumenta mi ego, aparte ¿Quien se negaría a ser observado por esos hermosos ojos verde agua?, creo que casi no hay excepciones a ese deseo.

Sin embargo ahora que me hallo en el acto del colegio, me pongo a pensar severamente el porque le he pedido otro beso.

¿Acaso estoy mal de la cabeza?, lo cierto es que lo mas probable es que esa pregunta recién formulada obtenga como respuesta un inminente "si, lo estas y mucho".

Bueno, suponiendo que yo no tenga los problemas que tengo y que precisan medicación, podríamos decir que aun así seguiría mal de la cabeza.

Apenas lo conozco, pero su belleza me atrae como un imán, ¿Que puedo hacer yo en contra de eso? ¿La belleza no esta para ser alabada acaso? ¿No está para ser arrebatada?

Lo que mas me extraña sin embargo es su pregunta...

"¿Eres homosexual?"

¿Yo soy homosexual?, no, no que yo sepa. No tengo nada en contra de ellos, pero soy hetero...Una cosa es un beso, pero creo que nunca me acostaría con un hombre. No hay pechos que tocar y solo hay un lugar al cual penetrar.

Me es aburrido y anti-estético como para algo como lo es el sexo, o eso creo. Aparte, no es lo mismo la voz de una chica gemir a la de un hombre, si es que gimen claro.

Ahora, si habláramos de enamorarnos...Tampoco, ni siquiera pude enamorarme de alguna mujer, creo que menos de un hombre.

Aparte ¿Y los hijos? ¿La sociedad?

Desde mis problemas de violencia, odio que la gente me juzgue o me señale con el dedo. Yo no soy el teatro de nadie así que prefiero conservar las apariencias.

Aparte no hay ninguna amenaza que me haga romper mi "vida normal". Ese hombre, Alexandro, es solo un capricho, lo sé. Aunque un capricho peligroso.

Peligroso, porque no se que es lo que pretendo de él.

O eso quiero creer, porque sus labios no salen de mi mente ni por un segundo.

Besa bastante bien he de admitir.

¿Cuantas otras personas afortunadas han tenido la suerte de probar sus labios?

No se porque me pongo a pensar en eso...Y la otra intriga en mi mente: ¿El si será homosexual?

Hacia mucho tiempo que no me sentía tan inquieto y con tantas dudas, y menos que todas sean con referencia a una misma persona. Todas estas interrogantes rondaban mi cabeza mientras paseaba por toda la sala de actos del instituto que era como un teatro a menor escala y lleno de lujos. Era como uno de ópera versión mas pequeño.

Pero nunca me interesó ver tanto a mi alrededor, como construcciones y esas cosas sinceramente, lo mio eran mas las personas, y allí estaba el: Sentado en una esquina, ahora en un salón donde servían canapés y bebida. Solo, hasta parecía en paz sin siquiera ver a la gente pasar, totalmente indiferente. Esos ojos no observaban algo en especifico, eran libres, no le pertenecían a nadie. Sus cabellos tapaban un poco sus facciones, dándole un aura mas sombría mientras agitaba una copa...Tenia champagne, puesto que era la única bebida alcohólica que sirvieron en celebración, ya que eramos mayores de edad y todo estaba bien.

Álter EgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora