ANTES QUE NADA: ADVERTENCIA
Esto tiene escenas de cama, hard, o algo así, algunas personas han leído cosas peores en su vida. Creo que no me lee nadie, pero yo por si las dudas, como una buena persona adulta que soy, me hago responsable y advierto. En fin, sin ningún otro particular que decir, procedo a dejarles la lectura, larga lectura por cierto.
Creo que me sentí atemorizado. Mas allá de lo cotidiano se formaba un lazo demasiado intenso como para ignorarlo. Como una bacteria se iba propagando en mi olvidado corazón, y yo no podía hacer nada para detenerlo. Dante parecía tener los cañones suficientes como para hundir mi barco. Fui presa de la cobardía cuando armé una maleta improvisada, presa del "y ahora que". Pasó exactamente una semana desde entonces, e intenté alejarme como un cobarde, del psicólogo, de el pelirrojo, de mis padres que estaban instalados en casa. Viví en hoteles para no soportar su presencia en el radio de un kilómetro, para no saber que en la mansión de al lado estaba aquella persona con mis inseguridades sujetadas a sus hábiles dedos. Me sentí asqueado de mi cobardía, y con la certeza de que por mí dejaría hasta el instituto y viviría de ahorros. Pero la vida seguía y pronto tendría que volver a la realidad, y no sabía cómo carajo seguir con una vida que se escapaba de mi control.
En eso pensaba yo, quien veía el techo de aquel lugar como si fuese lo mas interesante del planeta tierra, o quizá del mismísimo universo. Me sentía confundido, adormecido, con las intenciones de dormir y no despertar jamás para así ya no tener más inquietudes. Pero estas mierdas que rondaban por mi mente no se irían sin más, las llamadas perdidas en mi teléfono seguirían apareciendo para recordarme que soy un cobarde, una palabra escrita con mayúsculas sobre mi cabeza y que ni yo ni nadie se dignaba a borrar.
Un teléfono, y una mente rogando olvidar. La combinación era un desastre cuando pensé en el número telefónico que tenía anotado en un papel. Era el número del demonio de cabello rojo y ojos de acero, el papel arrugado de tantas veces haber amagado tirarlo estaba en la funda de mi celular, medio queriendo morir, medio queriendo ser usado. Punzaba, la idea se arrastraba desde los rincones de mi mente y estallaba frente a mis ojos cada vez con mas fuerza.
Era una locura.
Pero Dios, ya me estaba excitando, incluso llegué a pensar en masturbarme antes de concretar la idea, a ver si así desistía de mi locura
Pero tome mi teléfono, corrí con mi pulgar todas las notificaciones hacia un costado, estaba limpio. Mire el fondo de mi celular, era una foto de una margarita que tome más o menos seis meses atrás, un día en que el sol me partía la cabeza, y que parecía ser uno de esos pocos momentos en donde me pude reconocer como alguien "no tan desafortunado". Yo no solía cambiar mi fondo de pantalla a menudo, y la imagen se me hacía parecido a un fondo predeterminado de Windows, pero a su vez estaba cargada de un sentimiento de al menos un momento mejor, mi pequeño oasis. Toda esa mezcla inusual y positiva estaba casi expuesta en una simple flor retratada con una cámara de treinta y dos megapíxeles. Tal vez era mi perspectiva subjetiva, pero aún así decidí llevarla de accesorio en mi frío iPhone, como el trofeo de alguien patético y sin esperanza que al menos tenía un teléfono decente.
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Álter Ego
RomanceEsta es mi historia...Contada por mi, contada por él también. Álter ego se define a una persona que se dice lleva una doble vida. Y eso éramos nosotros, Dante y yo, Alexander, de personalidad reservada, introvertida y algo ácida que conozco en un dí...