Híbrida [Owari no Seraph]

Vestido + XII + Sed

REI/SHIN

Caminaba por los pasillos de la mansión, hacia un momento que Mika había sido llevado a una reunión con el consejo, bufé al casi tropezar con la capa, Mika me había dado uno de sus uniformes, pero me quedaba un poco grande después de todo la diferencia de altura era algo evidente, aunque no podía esperar mucho, después de todo yo no era uno de los vampiros.

-Así que esta es la chica que rescataron de los humanos -volví mi vista hacia el noble detrás de mi, su cabello era una combinación entre rojo y negro, además de que estaba atado en una trenza-. ¿No te queda un poco grande esa ropa? -mire hacia abajo, las dos mujeres que estaban detrás de él me miraban con curiosidad-. ¿No tendrás algo que le puedas prestar, Chess? -le pregunto a la de cabello morado y corto.

-Creo que tengo un uniforme que le quedaría bien -mencionó pensativa.

-¿Por qué no vas por el? Imagino que te quedas en la habitación de Mika -asenti levemente-. Bien entonces, chicas ayudenla a conseguir un buen uniforme, yo por mi parte iré a caminar por ahí.

-Por supuesto, Crowley-sama -dijeron ambas al mismo tiempo.

-Iré por el vestido, vayan ustedes a la habitación -menciono la pelimorada mientras caminaba en dirección contraria.

-Bien, bien, imagino que eres una vampira, por eso te trajeron aquí -asenti levemente ante la rubia voluptuosa-. Mi nombre es Horn, la que se acaba de ir era Chess y nuestro amo es Crowley ¿tu nombre?

-Rei -mencione cortante.

-Eres muy mona, Rei, imagino que por eso te trajeron aquí -comenzó a hablar con una sonrisa, me sentía extrañamente cómoda con ella.

-No sé porque me trajeron aquí a decir verdad -la invite a pasar a la habitación, la rubia se sentó en el sofá que estaba a un lado de la habitación-. Estaba en el Ejercito Imperial Japonés -la mirada de asombro de Horn se hizo presente, sabia lo que estaba pensando, pero simplemente negué-. Solo estaba ahí por un humano, él era el único que me importaba proteger.

-¿Un coronel?

-Un cadete, recién había ingresado a la compañía -saque mi espada, Horn me miro con atención-. Me la dieron para protegerlo a él, y eso era lo que hacia -apreté mis dientes al recordar lo ocurrido en el campo de batalla-. Solamente deseo salvarle de esos asquerosos humanos.

-Comprendo -sonrió-. Me caes muy bien, Rei, mantendremos esto en secreto entre las dos -le mire sorprendida, la puerta sonó, de ella entro la pelimorada de antes con una ropa entre sus manos.

-Esta fue la más pequeña que conseguí -me extendió el uniforme, muy parecido al de Mika, solo que este era mas como un vestido, me quite el uniforme de Mika y me puse el vestido, me llegaba a mitad del muslo, lo único que conserve del uniforme de Mika fueron sus botas, las cuales él había conseguido de mi talla-. ¡Vaya! ¡Se te ve bien! Este...

-Se llama Rei -menciono Horn.

-¡Rei-chan! -sonrió emocionada-. Ah! Crowley-sama nos llamo, dijo que iríamos a Nagoya -se acordó de repente para después darme un abrazo-. Nos vemos después -se despidió al igual que Horn.

-Ya sabes se-cre-to -me guiño un ojo para después salir, asenti levemente al ver la puerta cerrarse, mire mi reflejo en la ventana, se veía bien, solté mi cabello el cual tenia atado en una coleta.

-No se ve mal -susurré para mi misma, me di la vuelta encontrándome con Mika, el cual tenia una mala cara-. ¿Sucedió algo? -negó levemente para después sentarse en el sofá-. Mika, no quiero que me ocultes nada si se trata de Yu.

-Lo sé -llevo una mano a su rostro-. Pero no quiero hablar sobre eso -soltó un suspiro.

-Entonces no lo hagas -dije al momento que me sentaba sobre sus piernas quedando frente a él, llevando mis piernas a cada lado de sus costados.

-¿Qué harás, Rei? -comencé a desabrochar los botones de su camisa y chaqueta para después acercar mis labios a su cuello e incrustar mis colmillos en su piel, la sangre inundó mi boca, los recuerdos de lo que acababa de pasar llegaron a mi mente, mis ojos se abrieron al escuchar lo que la reina Krul Tepes le decía-. ¿Lo viste? -me pregunto al momento que me separe de él, a lo cual solo pude asentir en respuesta-. ¿Qué piensas sobre ello?

-¿Qué deseas que piense? -pregunte levemente sin moverme de mi posición, sentí la mano de Mika llevar unos mechones detrás de mi oreja-. ¿Cómo te sientes?

-Tu sangre hace que duela menos, pero aun así tengo dolor -bajo su mirada.

-Lamento no ser de ayuda -negó levemente, podía sentirlo, no le quedaba mucho tiempo.

MIKAELA

-No te preocupes por ello, Rei -acaricie su mejilla, la vi cerrar sus ojos disfrutando del roce, le mire fijamente, había cambiado el uniforme, seguramente una de las mujeres de Crowley le había dado el vestido-. Te queda bien el vestido -se sonrojo levemente al escuchar mi comentario, provocando que se pusiera de pie y se acercara al balcón, reí ante su reacción, era inocente, muy inocente, me recordó a Yu-chan cuando era pequeño.

-Mika -me llamo en un susurro-. Quiero salvar a Yu.

-Estaremos pronto con él, no te preocupes -los ojos dorados me volvieron a ver-. No te he dicho... -solté un suspiro, para después volverle a ver-. Iremos a Nagoya en un par de días.

-Entendido -susurro para después poner su cabeza en mi pecho, mi garganta comenzó a arder, el sentir el aroma de Rei en mi nariz provoco que una sed incontrolable y dolorosa comenzara-. Ah! -le escuche gemir al momento que incruste mis colmillos en su piel, sin duda la sangre de Rei era deliciosa, pero aun así no calmaba mi sed completamente como seguramente lo haría la sangre humana-. Mika... ah!... estas siendo... un poco brusco... -le escuche quejarse, comencé a empujarla hasta que ambos caímos a la cama, tome a Rei de las muñecas con algo de fuerza, mientras ella se removía tratando de safarse de mi agarre-. Mi-Mika... Mi... -el agarre disminuyó, al sentir que Rei no infringía más fuerza me hizo volver a la realidad, vi su pequeño cuerpo debajo de mí, el flequillo cubriendo sus ojos, temi lo peor, necesitaba de Rei para poder tener a Yu-chan, sin ella...

-Oe, Rei -la moví levemente, la acomode mejor en la cama, mientras lleve mi cabeza a su pecho, solté un suspiro de alivio al sentir los latidos y la respiración-. Rei, perdoname, la sed... no se controla... -esto era malo, muy malo, no podía seguir así por mucho tiempo, pero no había nada que pudiera hacer.