XXVIII

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En Los Ángeles las cosas no estaban muy relajadas que digamos

-Buen día güero, mire que cara trae, anda peor que Zain después de volver el estómago

-Tonia, voy a verme con el detective, van a ponerle el detector de mentiras al oriental, tengo miedo por Niall

-Toña güero, Toña, mire vamos a confiar en Dios

-Buenos días, podemos ayudarte en algo Mark?

-No gracias Liam, debo ir solo, hoy no salgan, atiendan sus redes sociales y la de Niall por favor, por lo menos hasta que yo regrese, después del ministerio público voy a San Diego a ultimar detalles del concierto del viernes y regreso para la cena

-Está bien te esperamos, Dios quiera que traigas excelentes noticias

-Buen día ayudo a hacer el desayuno

-Gracias Harry                                

-Quiero hacer unos panecillos de elote, a Mark le gustan, igual eso lo tranquiliza un poco

-Buen día yo preparo el café

-Buen día Louis Gracias y Zain?

-Creo que está en el baño volteándose al revés

-Voy a prepararle un tecito

-Y mis chilaquiles verdes Toña, Guuuuuuuuuuuuac, Guuuuuuuuuuuuac

-Éste niño aún no termina de vaciar la panza y ya está pensando en llenarla

-Uy Toña y eso que no conoces a Niall, con él de verdad que tendrías trabajo

-Louis, él no está aquí para defenderse

-De verdad Toña —dice Harry— en México se comió veinte tacos con salsa verde, hubieras visto la diarrea que le dio, no nos dejó dormir

-Sí tiene una suerte, come lo que quiere, bueno todo le gusta y no engorda

-Qué desayunaremos

-Liam creo que prepararé crema de trigo para acompañar los panecillos de elote de Harry

-Te ayudo a preparar el jugo

-Gracias Liam

-Tonia, los padres de éstos chicos te agradecerán, que los hayas enseñado a hacer labores de hogar

Desayunaron entre bromas y risas, Mark fue al ministerio público, llegó a ver al detective Smith

-Buen día detective

-Listo Mark?

-Sí

-Venga, vamos adentro, él no podrá vernos, el interrogatorio dura una hora o más

-Que sea lo que Dios quiera vamos

Los minutos pasaban y para Mark, eran eternos, cuando salió de ahí se sentía devastado, el oriental no estaba seguro de que Niall estuviera vivo...

El Ángel de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora