XXXIV

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Los chicos fueron despertando con el olor a hot cakes y tocino

-Mmmm Toña, como sabías que hoy amanecí de antojo

-Buen día mijo, hoy no quieres chilaquiles?

-Se me antoja algo dulce y un vasote de leche

-Buen día chicos

-Buen día *contestan Liam y Louis*

-Y Harry?

-Está acostado dice que se siente mal

-Mi niño qué tienes?

-Creo que temperatura, no podré lavar los platos hoy Toña

-Mj, yo creo que estás bien, pero para la temperatura no hay como un buen té de estafiate  sabe amargo pero se quita rapidísimo, ahora que si no se te quita pronto pues tendremos que dejarte aquí, por ahora no puedes desayunar no te vaya a caer mal el desayuno

-Pero si no desayuno me pongo más enfermito, me puedo debilitar

-Primero el té, Zain ven, te vas a encargar de que Harry beba todo su té

-Sí Toña, esto huele horrible

-Mijo le hará bien, si supiera a dónde iremos ya estaría levantado fregando los platos

-Y a dónde vamos?

-Es una sorpresa, los quiero bañaditos, rasurados y con su traje de monjas, eso sí se ponen sus pantalones debajo y tenis, hoy habrá mucha actividad

-Toña ya me estoy sintiendo mejor mira el té huele muy feo

-Te lo tomas mijito no te vaya a dar una recaída

Zain con mucho cariño le ofrece el té a Harry y éste no lo quiere, Toña se aparece en la puerta y dice

-Hasta el último trago por favor

Harry bebe el té y sale corriendo al baño a volver el estómago, Zain corre tras él.

-Parece que hay vomita colectiva

-Toña no cabe duda éste te es buenísimo, hasta el empacho me quitó

-Harry para eso tengo otro remedio

-No, estoy bien, tengo hambre y muchas ganas de lavar platos

-Eso es bueno mijo, siéntense a desayunar y los quiero listos a la brevedad

Los chicos tomaron su desayuno y fueron a bañarse, en una hora, Toña salía del departamento con cuatro monjas, fueron a rentar un carro y Toña manejó un buen rato, al ver a dónde los llevó los chicos se alegraron mucho

-Toña es disneyland!

-Si Louis, ustedes son jovencitos, se tienen que divertir

Los chicos entraron corriendo, parecían niños, lo curioso es que iban vestidos de monjas y la gente de pronto los miraba un poco raro.

El Ángel de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora