Capítulo 3.

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-Te voy a quitar las cuerdas de las manos, no te muevas. - me miró a los ojos al decir lo último y me agarró las manos, sacó una navaja del bolsillo delantero y me cortó la cuerda con experiencia y rapidez que me asusté y di un brinco atras. Abrí y cerré las manos unas cuantas veces y observé mis muñecas moradas marcadas por la cuerda.

Me cogió del brazo tirando con demasiada fuerza y me sacó de la habitación.

Miré de reojo por la ventana y estaba todo oscuro, la lluvia acompañaba un mal día y el frío entraba por la rejilla de la ventana.

Me puso una manta o chaqueta, no se muy bien lo que era, en la cabeza y me condujo bruscamente hasta lo que debió ser un coche, me dio la vuelta de golpe y con mi mano libre me agarré de lo primero que encontré, que tampoco se lo que fue, bueno en realidad si, noté una... un... miembro mas bien grande, y para cuando quise darme cuenta de lo que era...

-Joder. - escuché que gritó muy cerca de mi oreja y me sobresalté, solté lo que tenía en la mano y me empujó bruscamente tumbandome.

Me volvió a atar las manos, esta vez con cinta aislante mientras me quitaba la manta de la cabeza y me la puso el el cuerpo para taparme.

Noté cada bache del coche, escuchaba ligeramente su motor y poco a poco dejé de oír otros coches, gente y demás ruidos de una ciudad fuera. Pero la lluvia caía con mas intensidad a la vez que nos alejábamos de todo.

15 minutos después abrió el maletero y entrecerré los ojos para la luz que entraría, pero en su lugar el viento no actuó en mi favor y me empapó la cara.

El tenía en pelo un poco mojado, me pasó una mano por debajo de las rodillas y otra por la nuca para levantarme y me metió en una casa lo mas deprisa posible.


El secuestro. (Gemeliers Hot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora