Capítulo 25.

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-¿Sabe que estamos aquí? - intento gritar y patalear cuando me coge al hombro para encerrarme en una habitación. Oh vamos, ¿no me va a quitar la mierda esta de boca? Siguen hablando al otro lado de la puerta y oigo un par de veces el nombre de Jesús.

Jesús

Me cabrea mucho haber perdido los doscientos euros en el puto casino contra un puto yonqui con suerte. Acelero y cojo la segunda salida de la autovía y me desvío a la casa donde esta Adriana. El camino de piedras y baches me pone nervioso y dejo el coche justo enfrente de la casa.

Se me para el corazón cuando veo la puerta entre abierta y la empujo con el pie hasta que se abre de par en par.

-¿Adriana? - susurro mas para mi mismo esperando encontrarla en algún sitio de esta puta casa.

Doy vueltas y busco en cada recoveco, nada. No esta por ningún puto sitio. Cojo el teléfono y marco el numero de Marcos, llamo y mientras que me lo coge planeo cien maneras de romperle la cabeza contra el suelo, partirle la cara, y la manera mas dolorosa de cortarle las venas con un alfiler.

El muy cabron me cuelga y me salta el buzón de voz. Llamo de nuevo y esta vez me lo coge.

-¿Dónde cojones esta? - aprieto los puños.

-¿Quien? - puedo jurar que una sonrisa burlona se forma en sus labios, esos que partire en cuanto lo vea.

-No me toques los cojones - le doy una patada a la puerta y la oigo crujir.

-No podías hacer nada con ella - una puerta se abre al otro lado de la línea y se vuelve a cerrar.

-No iba a hacer nada con ella - miento.

-¡Te la ibas a llevar!

-¡¿Qué dices?! ¿Dónde cojones me la podría llevar? - intento controlarme y cierro los ojos, respirando hondo. - vamos marcos, dime donde coño la tienes y no me lo pongas mas difícil, o la encontrare yo mismo y te cortare los cojones.

El secuestro. (Gemeliers Hot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora