Capítulo 4 | 2 temporada

2.3K 136 29
                                    

La música ha subido demasiado en las dos últimas horas y yo me he pasado bebiendo copas. Que iban a empezar siendo tres o cuatro, y han acabado siendo... La verdad es que ni lo se. Obligo a mis pies a salir de ahí lo mas rápido que puedo cuando un par de rubias que me recuerdan a Adriana se acercan a mi, bueno, ahora mismo todo me recuerda a ella.

Doy la vuelta por detrás de la casa y tiro lo que me queda en una copa a las raíces de un árbol. Observo aturdido unos minutos mientras los hielos se derriten entre la tierra.

-¿Adriana? - susurro y un sollozo se escucha al otro lado de la línea, no sé como mierda he acabado llamándola, las últimas semanas bastaban con escuchar su delicada respiración, y ahora así esta, llorando al otro lado de la línea.

-¿Jesus? - su voz le juega una mala pasada y suena mas como un grito ahogado. Me río levemente y puedo sentir como traga saliva.

-¿Que estás haciendo? - dirijo la mirada a las hiervas que brotan bajo mis pies y arranco un poco tirándolo a otro lado.

-Veras, yo...

-No, lo siento, no sé porque te he llamado - hablo demasiado rápido y no le doy tiempo a contestar. Pasado mañana estaré en un puto avión de camino a Nueva York y no me vale de nada torturarme con su recuerdo o con su voz, o con la simple foto que tengo de ella que me dieron antes del secuestro.

Su número ilumina la pantalla y maldigo en voz baja, no he puesto el número oculto al llamarla.

-¿Dónde estas? - pregunta más alterada que antes y me doy cuenta de que la música suena en el fondo y no se si será capaz de oírla.

-Yo... No lo sé - me pellizco el puente de la nariz. Es la verdad, no sé donde estoy, solo me subí en el coche de Marcos cuando vino a recogerme y mi mente no se apartó de ella en todo el camino.

- Tienes que salir de ahí, porfavor

-¿Que?

-Vete, vete de allí, de donde sea que esté la fiesta, os están buscando.

Un nudo se forma en mi garganta e intento tragar saliva.

-Mi padre se va en veinte minutos y mi madre no está, ven a mi casa. - su voz suena convencida, pero ¿como se yo que esto no es una puta trampa?

-No, ni hablar - gruño y puedo imaginármela tirandose de las raíces del pelo.

20 comentarios.

El secuestro. (Gemeliers Hot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora