Capítulo 23.

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Adriana

Realmente, cuando me despierto, pienso que se ha ido, como hace siempre. Pero mi cara se ilumina al verlo dormido, tranquilamente dormido. Su cara ya no refleja preocupación ni parece estar tenso. Le acaricio la mejilla y frunce e ceño con el tacto de mi mano fría.

Decido no despertarlo, así que me acurruco de nuevo en su pecho desnudo y me voy cuenta de que yo también lo estoy, pero me da igual. Cierro los ojos y su mano empieza a acariciarme el pelo, por lo que sé que esta despierto.

-Buenos días ... - susurra y estira el brazo con el que no me rodea la cintura y la espalda.

-Buenos días - sonrío a pesar de que no puede verme. Le beso la mandíbula, gira la cabeza y atrapa mi labio inferior con sus dientes. Sonrío y le sigo el beso.

No quedamos así lo que me parece una hora mas hasta que se acaba mi momento de tranquilidad.

-Tengo que irme Adriana - dice esta vez mas frío.

-¿Donde? - mierda, he dicho eso demasiado rápido.

-No te importa - me aparta con delicadeza a pesar de su tono y suspiro. Cierro los ojos y me mantengo en el mismo sitio mientras el se viste. Duda un momento antes de darme un beso en la frente y susurra algo que no escucho antes de irse. Intento mantener el sitio que tengo a mi lado lo mas caliente posible pero no puedo. Minutos después de irse me siento sola.Sola, desnuda y con frío. Me río sola ante la ironía y me remuevo en la cama.

El secuestro. (Gemeliers Hot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora