Interrupciones

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El tener sus labios sobre los míos era como un sueño, no podía creer lo que estaba ocurriendo ese momento, había deseado tanto volver a ver a Lysandro y tenerlo cerca, deseaba tanto besarlo, no podía creer que esto estuviera pasando.

Yo había sido una completa idiota, sentía que en estos momentos estaba alucinando, quiero decir, ¿cómo podía él aún sentir algo por mí?, si él había aceptado que fuéramos amigos, ¿por qué me besaba? puede ser que aún en el fondo quisiera estar conmigo, pero... ¿Por qué lo haría?, yo no valía la pena. Era torpe, tonta, ingenua, impertinente, indiscreta, indecisa, desconfiada, cobarde... Bueno, no diré todas las razones que Lysandro debe odiar de mí.

Aún así... Todo me conducía a la misma conclusión y todas las personas que conocía me decían lo mismo.

Él está perdidamente enamorado de mí. Pero... Somos tan opuestos que...

-¡¡Aahh!!- Un grito y el ruido de algo golpeando el piso hizo que Lysandro y yo no separáramos inmediatamente, ambos estábamos sobresaltados, miramos a nuestro alrededor en busca de la persona que había entrado al pequeño patio- O-oh... Y-yo ya me iba, continúen, hagan como si yo no estoy asi- era Lucía, estaba recogiendo unos vasos y platos sucios, poniendo todo en la bandeja que había tirado sin querer.

-Déjame ayudarte - Me acerqué a ella y dispuesta a ayudar a recorger todo.

-N-no, no, no, yo puedo sola, ustedes... - Miró a Lysandro avergonzada- hagan como si yo no hubiera estado aquí - Le guiñó un ojo a Lysandro... O algo así. Se levantó del sucio piso y me miró - Lynn, ¿Ya le dijiste que querías...?- pisé su pie, creo que había estado hablando mucho con Rosalya.

-No sé de qué hablas, Lu.- Dije trantando de hacerle señas para que se fuera. Mis mejillas se empezaban a enrojercer por la vergüenza.

-Oooooh, ya entiendo - Me guiñó el ojo una vez más. Era extraño parecía que se le hubiera metido algo en el ojo o que tuviera un tic nervioso -Bueno, voy a regresar, las chicas me necesitan.

-De acuerdo, adiós- ella entró y yo me giré hacia dónde él estaba.

Él sólo me miraba con una gran sonrisa la cual me hacía sentir más nerviosa de lo que ya me sentía.

-¿Qué?, siento mucho su comportamiento, sé que es un poco torpe e inoportuna, pero...- Me excusé por el reciente comportamiento de Lucía, en serio estaba apenada, ella había sido muy obvia e indiscreta. - Es buena chica, no te molestes con ella por ser... Así, sé perfectamente que no te gusta que...

-Descuida, conozco a alguien así y la aprecio mucho - Me interrumpió, creo que había sido un poco obvio.

-¿Ah, si? - Él asintió - ¿Quién?- Pregunté apartando la mirada sonrojada.

-Tú... - Tomó mi barbilla delicadamente haciendo que lo mirara - Tú también eres así y no sé por qué, pero... - Cortó un poco más la distancia que había entre los dos - así me gustas, esas pequeñas cosas forman parte de tu encanto.

-¿Ah si?- él asintió - Pensé que lo odiabas...

-No lo creo, admito que antes no me agradaba mucho que la gente fuera así, pero... Hay veces en las que tienes que acostumbrarte a que no todos las personas serán de tu agrado y eso no está mal. Lo único que debemos hacer es aceptarlo y... Rápidamente nos daremos cuenta que tener diferencias no es tan malo.

-¿Quieres decirme que no te molesta que yo sea... Torpe e indiscreta?

-Exacto, incluso creo que... Es lo que más me gusta de ti. Apesar de eso me entiendes y... Es algo que te caracteriza- dicho eso besó mis labios una vez más.

Un nuevo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora