*ESPECIAL* La Chica De Los Recuerdos Perdidos

63 5 8
                                    

Últimamente todo había estado de cabeza.

Nada de lo que hacía me salía bien, aunque sinceramente no era la única persona a la que le salían las cosas mal.
Sabía perfectamente que Leigh estaba pasando por momentos difíciles. Y su hermano no se quedaba atrás.

Leigh tenía mucho trabajo, eso no era malo sino todo lo contrario, estaba muy bien que estuviera en su mejor momento como diseñador, pero obviamente eso traía grandes consecuencia y problemas con su relación, no tenía tiempo que dedicarme, nunca llegaba temprano a casa, y sobre todo las salud de sus padres era un impedimento para que nuestra felicidad estuviera al cien por cien. Obviamente no me molestaba que le dedicara a estos casi toda su atención, estos me preocupaban demasiado a mí también; su salud no era la mejor, ya eran bastante mayores y el vivir tan lejos y sólo complicaba mucho las cosas. Los cuidados que recibían no siempre eran los mejores que podían tener.

Una vez mas me encontraba sola en la habitación esperándolo a él. Ya era media noche, él no solía tardar tanto para llegar a casa. Mis manos estaban transpirando horriblemente, y cada segundo que pasaba mi angustia crecía más y más.

¿por qué tardaba tanto? Sabía él que sus tardanzas lo único que hacían era preocuparme y hacerme imaginar el peor de los escenarios. Sentía que lo perdía cada vez que tardaba mas de lo necesario en volver, mi mente no dejaba de divagar y crear pensamientos que para lo único que servían era para entristecerme hasta el punto de crear peleas entre los dos.

Ya era suficiente, debía llamarlo.

Me levanté de la cama a regañadientes y me dirigí a buscar mi teléfono. No sabía adónde lo había dejado. Eso era típico en mí. Ahora siempre solía perder las cosas, creo que la compañía de Lysandro no me dejaba del todo buenas cosas.

Y hablando de él...

*Toc Toc*

Lysandro se encontraba delante de la puerta de mi habitación con una expresión en su rostro no muy buena.

-Hola Lysandrito ¿Qué pasa? -- Traté de sonar lo mas natural y calmada, así que le sonreí cálidamente. En realidad no quería que Él viese mi angustia ante el comportamiento de su hermano esta mañana y su ausencia esta noche.

Habíamos discutido un poco por lo ya mencionado con anterioridad, no me gustaba hacerlo, pero a veces era imposible evitar los roces entre los dos.

-Tuve... Tuve una pesadilla --Desvió su mirada un poco avergonzado, tal vez el simplemente quería hablar con su hermano y no quería que lo viese. Sabía que en el fondo de su pesadilla había algo mas que lo atormentaba- ¿puedo hablar con mi hermano?

-É-él... No está aquí. No ha regresado d la tienda -- vi como su rostro se entristecía al mirarme una vez más.

- Ya veo... Lo siento mucho.

-¿Por qué lo dices? -- Pregunté confundida. ¿Sentía pena por mí? Eso me hacía sentir tan incómoda y extraña.

- Él... Él nunca está aquí. Creí que su relación era más...

- Lo es-- Lo interrumpí. Él me miro con un semblante divertido. No era un secreto que lo único que ahora pasaba entre Leigh y yo eran estúpidas discusiones - Simplemente él y yo estamos... Ehm...

- Teniendo problemas --Terminó él ante mi silencio.

-¡Sí! Pronto lo solucionaremos y volveremos a ser los mismos de siempre. -- Dije mirando al infinito mientras intentaba convencerme. No quería perder a mi Leigh.

- Eso espero. Parecen ser una muy buena pareja y nada puede cambiar eso--Dijo de una manera extraña. Casi como si por medio de esta intentara mas convencerse a sí mismo que a mí - Ambos tienen mucha suerte de tenerse y...

Un nuevo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora