¿Amor?

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Es extraño, hace unos días no podía esperar ni un sólo segundo para ir al instituto y hablar con Lysandro, y ahora lo único que hago es evitarlo. Sí, creo que los papeles se han cambiado un poco, antes era él el que siempre me ignoraba cuando las cosas se volvían incómodas. Me solía enojar mucho cuando eso pasaba porque inmediatamente se rompía aquella unión que sentía que habíamos ganado. Pero ahora lo único que quiero es que todo eso que hemos vivido se desvanezca ¿Tan difícil era no poder decirme que me marchara porque se quedaría con alguien más?, lo sé, es algo estúpido y sí, puede que sean sólo un estúpido ataque de celos, pero... Ella se ve que es tan... Hermosa y perfecta, es tan interesante y segura de sí misma, no es tan impulsiva como lo soy yo, es inteligente, justo como me gustaría ser y... Bueno, creo que ella es todo lo que me gustaría ser, pero no puedo. A su lado me siento intimidada por alguna razón. Siento que le agrada a todo el mundo sin necesidad de esforzarse.

Priya es increíble. Yo siempre quise que mi estadía en Sweet Amoris o cualquier otro instuto fuera sensacional, aunque a la vez no me gusta mucho llamar la atención.

Siempre me ha gustado ser de perfil bajo. No me siento cómoda siendo el centro de atención.

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El día en Sweet Amoris estaba transcurriendo con normalidad, aunque nos habían reunido a todos en el aula de ciencias para darnos una información.

Al parecer, como era normal, el instituto estaba preparando un acontecimiento importante para todos los estudiantes de último año. Estaba nerviosa, no había visto a Lysandro en todo el día y sabía perfectamente que él estaría allí. Un baile, un baile de final de curso era el evento que se aproximaba, ya estaba informada de ello.

No sabía si al final algún chico querría invitarme, es decir, ¿por qué un chico me querría invitar a mí? Yo no era nada interesante y pasar toda la noche conmigo sería una tortura, y no sólo para él, sino para mí también. Pasaría toda la noche tratando de crear un tema nuevo de conversación y sé que sería en vano ya que conversar no era mi fuerte. Además sé que sería vergonzoso asistir sin pareja, pero me negaba a invitar a un chico, así que estaba en un debate. No sabía si debía asistir o no hacerlo. Después de todo, esos acontecimientos nunca me gustaron, y por alguna razón en mi pecho se formaba un mal presentimiento de este evento en especial.

En mis planes sólo estaba quedarme en casa, comiendo helado junto a mi querida amiga Lucia, una noche de chicas mientras mirábamos comedias románticas. Apesar de que sabía perfectamente que Lucia me estaría incitando toda la noche a asistir al baile, aunque sea por sólo un momento y no le importaba si regresaba temprano, no lo sé, tal vez... Tal vez planeaba que yo regresara a casa a las doce de la noche, tal y como la hermosa Cenicienta, y después, que Lysandro llegara a casa y me diera la zapatilla que había dejado en medio de camino, porque la zapatilla debía ser mía, sería imposible que las chicas del instituto tuvieran la misma talla de zapato que yo, así que sí, ese era su plan, que yo me casará con Lysandro. Ella me decía que él era como todo un príncipe, y sinceramente estaba un poco loca, no por lo de Lysandro, ya que yo también pensaba lo mismo, ella estaba loca porque yo para ella yo era eso, una princesa a la cual debía proteger, y también quería que fuese feliz.

Era extraño, por alguna extraña razón sentía que ambas teníamos una gran conexión. Sentía que realmente podía confiar en ella, que podía hablarle de todo lo que ocultaba y que ella no revelaría nada, aunque... Mi vida personal no era interesante. No se me ocurría nada que me diera miedo ocultar, no era de las personas que guardaba secretos... O bueno, tal vez sólo había una parte de la cual no sentía mucho orgullo, pero esa parte de mí vida la he querido eliminar por completo. Y no era un secreto, era sólo algo que había decidido ignorar y no mencionar cuando hacían preguntas con relación eso. Lo omitía, no lo ocultaba.

Un nuevo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora