Un nuevo amor

Invitaciones Inesperadas.

*Suspiro*

Debo levantarme, debo ir a trabajar...

Estoy de vacaciones y aún así me toca levantarme temprano, ¡no es justo!

Me dirigí a la ducha lentamente, elegí mi vestuario rápidamente (Sólo tarde media hora vistiéndome, nuevo récord)comí mi desayuno a la velocidad de una toruga, lavé mis dientes y salí corriendo para llegar a tiempo a la tienda de ropa.

Ahora la tienda me quedaba más lejos ya que estaba un poco más alejada de la ciudad, Dake fue muy amable al querer ayudarme, pero al final... Al final no lo hizo.

*-*...*-*...*-*...*-*...*-*

Como era costumbre había tardado demasiado en vestirme y mi ropa era un desastre. Todas las personas que me miraban me veían de forma extraña.

Me acostumbraba a que me miraran así. No podía creer que trabajara en una tienda de ropa y no tuviera sentido de moda.

Era un desastre. No, no era, soy un desastre.

-Lynn, estás a cargo. Debo solucionar un problema con uno de los vestidos al otro lado de la ciudad. Pronto vendrá el encargo de telas, las tendrás que recibir, ¿de acuerdo?

-Ehm... Si.

-¡Genial! Vuelvo más tarde. - Mi querido jefe salió por la puerta corriendo dejándome a mí atendiendo sola a los clientes.

...*-*...*-*...*-*...*-*...
Las telas no habían llegado y yo me empezaba a desesperar. Habían llamado diciendo que habían tenido un problema y estaban solucionandolo, dijeron que llegarían hoy más tarde o mañana temprano en mañana.

Me rendía. Era obvio que hoy no iban a llegar.

Me levanté detrás del mostrador cuando de repente las llaves se me cayeron de mis manos. Empecé a buscarlar desesperadamente por el suelo, pero no las encontraba.

No podía perderlas.

¿Cómo iba a cerrar sin ellas?

No, no, no.

Mi jefe me iba a matar.

¡Era muy joven para morir!

Seguí buscando cuando de repente...

-¡Las encontré!- Grité cuando pude hayarlas.

-Ehm... ¿Hola? ¿Hay alguien abajo?- Escuché que una voz masculina había entrado a la tienda.

Al principio me pareció que era un poco familiar, pero sólo por un segundo.

Me levanté rápidamente y...

Una vez más mis llaves cayeron al suelo.

Sentí como mi cara palidecia al verlo ahí de pie delante de mí.

Al parecer él tampoco lo esperaba.

Su rostro se volvió más pálido de lo que era usualmente.

No sabía qué hacer o qué decirle.

Razón por la cual lo único que hice fue sonreír y actuar como si no pasará nada.

-Hola, ¿trajiste las telas? - Él asintió.

-Lynn...- Su voz sonaba suave, extrañaba mucho oír su voz.

-Hola, ¿Tienes las telas?- Pregunté una vez más sonriendo. Él sólo asintió y procedió a traerme el encargo.

-¿Esas son todas?

-Sí, eso creo. - No dijo nada más. Él no era muy conversador y yo estaba feliz porque fuera así - firma aquí - Me tendió dos recibos con todos los datos del pedido.