Un nuevo amor

El parque de los corazones rotos.

Me encontraba en mi nueva casa dándome los últimos detalles para ir a trabajar.

Sí, así es, una nueva casa. Había decidido volver a Sweet Amoris y el lugar en dónde vivía no me facilitaba llegar temprano a mis clases. Me había encariñado con los dueños del lugar, eran tiernos, graciosos y serviciales. No me hicieron muchas preguntas cuando decidí marcharme, no sé sí era porque eran muy olvidadizos y pocos detallistas y no se dieron cuenta nunca de que yo era menor de edad, o simplemente porque yo no les interesaba en lo más mínimo.

Ahora vivía con Lucia, ella era increíble. Siempre estaba dispuesta a ayudarme. Era una gran amiga, le rogué que me diera, una vez más, el trabajo como mesera en la cafetería, pero ella no aceptó ese cargo, en lugar de eso devolvió el trabajo como cantante. Aún no me acostumbraba a cantar delante de todos y de vez en cuando atendía las mesas, pero no tanto como lo hacía antes.

En fin, debía verme bien porque hoy Lysandro iba a visitarme a la cafetería y luego saldríamos todos juntos al parque. Con todos me refiero a Castiel, Alexy, Kentin, Iris, Rosalya, Leigh, Kim y Violeta.

Todos nos encontraríamos allí y Lysandro decidió pasar por mí a la cafetería. Era la segunda vez que me visitaba, no como un cliente sino como... Un gran amigo.

Sentí como los nervios crecían más y más cada segundo que pasaba. Tenía la sensación de que hoy todo entre los dos cambiaría.

Desde aquel día después de su cumpleaños todo fue perfecto. Charlé y reí como nunca antes pensé que lo haría con Lysandro, fue increíble, jamás pensé poder tener el privilegio de ser unas de las pocas personas con las que él se sentiría bien para dejar salir su lado charlatán. Estaba ansiosa por verlo una vez más.

Aunque no podía sacar de mi cabeza la forma en la que le hablaría o qué haría al verlo.

Antes de marcharme la última vez de su casa todo fue incómodo.

Estaba nervioso, parecía que me quería decir algo importante y que las palabras no salían de su boca. Me pregunto qué sería lo que me quería decir. Habíamos hablado y hablado tanto, pensé que le era más fácil hablar ahora, bueno, al menos pensé eso hasta nuestra despedida.

Lo recuerdo todo perfectamente, era extraño ya que habíamos estado unidos y de repente se comportó tan cortante como el día en el que lo conocí.

De todos modos, espero que todo salga bien hoy.

Me había dicho que tenía algo importante que decirme y estaba ansiosa por saber qué era.

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Atendí a todos los clientes y Lysandro aún no había llegado, estaba empezando a pensar que se había perdido hasta que...

Él entró por la puerta.

-Hola. -Me saludó él con una sonrisa.

-Hola, llegas un poco tarde, ¿te has extraviado?

-N-no, bueno, sólo me he confundido un poco, pero al final logré llegar.

-Ah, que bien, bueno creo que ya debemos irnos, ¿no creés?

-Sí, por supuesto, ¿ya estás lista?

-Sí, adiós chicas - me despedí de todas y empezamos a caminar fuera de la tienda - Gracias por acompañarme.

-No fue nada - Fue lo último que ambos dijimos en el transcurso hacia el parque.

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Estuvimos hablando por horas, había un gran ambiente y apesar de que a Lysandro no le gustara mucho estar en grupos grandes, no parecía tan incómodo esta vez.