"Números para las cuentas, palabras para las damas, la mano para los amigos y las balas para los enemigos". ─Vito Corleone.
Charlotte's POV (punto de vista)
Había intentado ignorarlo durante la tarde entera, su estilo de vida era enfermo, nada tenía sentido. Sus excusas eran vagas, sus retribuciones miserables y los riesgos demasiado altos para ser soportados por cualquier ser humano en la tierra. ¿A qué me refería?
Jason tenía un estrecho vínculo con las drogas, su compra y venta, negocios más ilícitos de lo que podría imaginar, homicidios, asesinatos a sangre fría. Él no era un santo ni merecía un lugar en el cielo, pero yo estaba siendo pasiva partícipe de sus actos inhumanos y nada me hacía sentir peor. ─ Charlotte, por la mier*da nena. ¿Estás malditamente lista ya? ─ Gruñó con impaciencia tras la puerta.
Mi mirada se posó en el espejo a cuerpo completo que revelaba a mi cuerpo enfundado en un vestido rojo ceñido, a la altura de la mitad de mis muslos. Unos tacones negros y una exuberante cantidad de maquillaje que resaltaba cada facción de mi rostro. Y aunque no avalaba la idea de que mi novio fuera un gángster, no tenía más remedio que aceptar la enfermedad.
─ No. ─ Susurré para mí misma. La puerta se abrió de golpe y un sepulcral silencio inundó el lugar mientras mi mirada se encontraba en el suelo, intentando recordar como es que estaba metida en toda esta mier*da ahora mismo.
Las manos de Jason viajaron a mi cintura y presionó sus dedos mientras me analizaba desde un extremo al otro. Una ladina sonrisa curvó sus labios y pronto acercó los mismos a mi oído. ─ Te ves condenadamente caliente, nena.─ Gruñó.
Su voz era ronca y en otras circunstancias sentiría a aquello sexy o sensual sin embargo ahora mismo me causaba asco, repulsión. Jason no siempre se comportaba violento y agresivo, su sensibilidad era existente, lo juro. Sin embargo solo salía a la luz cuando algo lo agobiaba demasiado, cuando las cosas iban mal o simplemente estaba celoso. Y con ella, obvio.
Tenía momentos de calidez y era cuando recordaba quién era y porqué me había enamorado de él. ─ Deberíamos irnos a menos que quieras que te fo*lle sobre la mesa. ─Murmuró burlón. Dio un ligero apretón a mi trasero y mordió con ferocidad mi cuello.
─ Van a haber cientos de mujeres desnudas, habrán hombres y mujeres poniendo dinero en sus canastas casualmente. Hay armas, mafia, gente con la que no debes hablar, Char. ¿Lo tienes? ─ Su tono era áspero y autoritario.
Sentía el miedo embargando me, esparciéndose a cada fibra de mi ser. Jason había sostenido por semanas el hecho de que debía asistir a una de sus reuniones, quería presentarme oficialmente a todo su grupo de delincuentes y como era de esperarse yo no tenía opción. Cada cosa que él decía era una orden, así lo quisiera o no. Solían reunirse en los clubes o mansiones más caros de Canadá, esta no era la excepción. El lugar era un palacio, por lo que había oído, sin embargo dentro no habían reyes ni príncipes, sino delincuentes y prostitutas.
Subimos al auto y aún sin enunciar palabra, crucé mis piernas sin dirigir mi mirada a Jason. ─ Deja de ignorarme, maldi*ta sea. Te he dicho que no demuestres miedo y lo único que haces es casi llorar delante de mí aún sin siquiera haber llegado. ─Escupió entre dientes. Y efectivamente tenía razón, mis ojos estaban cristalinos.
─ Tengo miedo.. Jay. ─ Musité. Su ceño se frunció y giró su rostro hacia mí relajando automáticamente su cuerpo, lamió sus labios y aprovechó el semáforo color rojo para tomar mi rostro entre sus manos y presionar sus labios durante unos segundos sobre mi frente.
─ No voy a dejar que nada te pase, Ángel. Lo prometo.
[...]
Aunque confiara ciegamente en él, desde el segundo en el que bajé del auto supe que nada podría ir bien esta noche. Jason era temperamental, yo sensible. La gente tenía armas y yo miedo. Habían prostitutas regalándose y los hombres estaban al borde de correrse con solo verlas. Hombres y mujeres drogándose o bebiendo hasta la inconsciencia, indistintamente de su sexo. ─ Quita-la-maldita-cara-de-espanto. ─ Escupió Jason a mi oído.
Separó cada palabra con una pausa demasiado corta. Y a decir verdad siquiera había notado el hecho de que estaba mirando todo con demasiado terror, él lo había dicho. ─ Lo siento.
─ McCann, demasiado tiempo. ¿Cómo es que superaste el cargo por vio..? ─ Jason sin siquiera dudarlo dos veces insertó su puño sobre la nariz del hombre cuarentón que se había acercado a hablarle sin pensar en sus palabras.
¿Cargo? ¿Vio-qué? ¿Violencia? ¿Vio...lación? Demonios, por favor que sea la primera.. O ninguna, sí, eso. Mejor ninguna. ─ Jamás me hables de ninguna mier*da delante de mi chica. ¿Oíste Di'Laurentis? ─Me dirigió una mirada fugaz y tomó mi mano con fuerzas.
─ ¿Tienes un cargo? ─ Pregunté sin poder creerlo. Él me ignoró y yo detuve mi andar para poder enfrentarlo. ─ Jason, ¿Tienes un maldito cargo?
─ Camina si no quieres que me arrepienta de perdonarte el pu*to tono de voz. ─ Advirtió. Sus ojos naturalmente miel estaban ahora negros por completo, sus manos habían formado puños a sus costados y estaba segura como nunca de que si no estuviésemos aquí.. estaría en el suelo suplicándole perdón.
─ Jason. Es una sorpresa verte aquí. ─ Otra voz hizo aparición y vi la arrogante sonrisa de lado de un hombre de entre veinticinco a treinta años. ─ ¿Es una pe*rra nueva? No la había visto por aquí. ─ La arrogancia y vanidad chorreaban en sus palabras.
─ Es mi novia y créeme, Luke. Como vuelva a oírte hablar así de ella, cortaré tu pu*ta lengua y te la haré masticar. ─ Sin más nada que decir avanzamos hacia la zona de las mesas, donde en pocos segundos se armó una partida de póker.
─ Apostemos muchachos. ¿Para que perder el mal*dito tiempo sin un premio? ─ Propuso Jason. Imbé*cil. Tú y tus estú*pidas ideas de hacer estú*pidas apuestas.
─ Apuesta a tu chica, apostaré a la mía. Si ganas tienes una noche con ella, si gano la tendré con tu caliente belleza. ─ Un morocho, Orlando creo, alzó su ceja enarcándola y no noté quien era su chica hasta que alcé la mirada. Selena.
Un jadeo escapó de mis labios cuando la mirada de Jason captó la mía y sonrió burlón. Su aura era desafiante, sus ojos llameaban con maldad. ─ Hecho. ─Afirmó.
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» Abusive ━Jason McCann. [FINALIZADA]
FanficMe advirtieron que no jugara con fuego porque podía quemarme. Y así terminé. Incendiándome dolorosamente en el infierno personal que él había creado para mí. ''Me sentía culpable. Sentía que era quien estaba fallando. Buscando mi...