Los ángeles están de luto.

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Quizás era un final anunciado, quizás todos subestimaron la locura de Jason, todos hicieron la vista hacia un lado con tal de no enfrentarlo. Quizás la cobardía ganaba nuevamente la lucha mental de todo aquel que se proponía extender una mano hacia Charlotte... La pobre Charlotte. 

"No amas realmente a alguien hasta que te lastima y, aún así, sigues pensando que es la persona más grandiosa del mundo. El amor es el acto más violento" Ese maldito consejo. Esa maldita manía de Charlotte de darse ánimos para seguir soportando la tortura, para seguir fingiendo que su relación no se hundía cada vez más.

Jamás imaginó que las cosas terminarían con Jason frente a un tribunal, siendo condenado por nada más y nada menos que su propio crimen. SU CRIMEN. 

Había perdido las riendas de su vida, había perdido todo poder de decisión sobre su propio destino. Jason había decidido por ella... y había decidido que su lugar en el mundo estaba dentro de un cajón, con kilos de tierra encima. Incapaz de hablar, de gritar, incapaz de expulsar todo ese dolor  contenido. Incapaz de defenderse de su brutalidad inhumana.


Todo inició una tarde relativamente normal, en su vida anormal. Intentaba recomponerse, intentaba reordenar su mente y su vida. Char estaba decidida a poner un punto final en su historia con Jason, quería ser capaz de sentir un ápice de felicidad,  de tomar sus propias decisiones sin temor a la incontrolable ira de su novio. 

Las maletas estaban listas, su destino aún no era demasiado claro pero podía resolverlo en el viaje. Ya no tendría que preocuparse de nada más que de su propio bienestar. ¿Cierto?

Un pie fuera de la casa fue todo lo que pudo disfrutar de esos momentos de libertad. Solo alcanzó a poner un maldito pie sobre la acera antes de que su mundo volviera a derrumbarse otra vez. Antes de que volvieran a aprisionarla.

Siempre se preguntó si era el entretenimiento de Jason. Si era esa estúpida muñeca en una caja de cristal, siempre encerrada, siempre dominada, siempre a disposición de su 'dueño'. 


Gritar era imposible cuando grandes manos cubrían su rostro con firmeza. Patear era absurdo si la bestia que la sostenía cuadruplicaba su peso o más. Las lágrimas rodaban por sus mejillas como único método de descargo... lo que venía no era bueno, claramente no era bueno. Había cometido un enorme error al visitar a Jason en el penal. Había cometido un enorme error al ligarse amorosamente a un hombre como él. 

El viaje fue en una camioneta con, al menos, 4 hombres. Su corazón galopaba asustado, su cuerpo entero temblaba de miedo. Y al llegar a destino, una pequeña cabaña en un descampado, cercano a su ciudad, la recibió la enorme sonrisa de Jason. 

¿Cómo pudo creer que él no tendría dinero suficiente para escapar algunas horas? ¿Cómo pudo creer que él iba a dejarla ir tan fácilmente? Pequeño ángel inocente.

Las torturas tuvieron su inicio al instante...

Cada uno de los hombres tuvo su turno. Cada uno fue capaz de tocarla, de besarla, incluso de enterrarse entre sus piernas, mientras un pasivo Jason permanecía sentado en una silla frente a ella. Oyendo sus gritos y sus súplicas, viendo como sus pequeñas manos apretaban con fuerzas las sábanas. El dolor era insportable. 

Finalmente él tomó su lugar. Capturó sus labios ensangrentados, besó cada milímetro de su cuello como si estuviera despidiéndose de ella. La observó un par de segundos antes de poder decidirse. "Te amo ángel. Pero tú no vas a dejarme. Te amo para siempre maldita sea" Escupió.

Finalmente sus manos rodearon con fuerzas el cuello de Charlotte. A pesar de su intensa lucha fue incapaz de continuar, sus fuerzas estaban agotadas, una última lágrima cayó por su mejilla antes de cerrar sus ojos y dejar de pelar... 

Su historia fue una intensa y violenta expresión del amor... fue la transformación de cariño en toxicidad absoluta. Jason se había convertido en el típico hombre agresivo incapaz de vivir sabiendo que ella sería feliz con alguien que no fuera él mismo y Charlotte había prestado, sin saberlo, consentimiento para un sometimiento extremo del que no se percató sino hasta el último segundo de su vida. 

Charlotte Evans ya no tenía voz, ya no podía gritar... pero su alma descansaría en paz sabiendo que Jason pasaría el resto de su vida tras las rejas, gozando del mismo encarcelamiento que él le había propiciado. 


FIN.

» Abusive ━Jason McCann. [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora