Capítulo 12: Invitación a la revolución.

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La mente de Kirk Hammett estaba totalmente destrozada, no daba para más. Tenía a dos sujetos que iban a verlo todos los días para charlar con él y lavarle el cerebro con diferentes ideologías que le fascinaban. Por ejemplo: Lenin iba por las tardes y se escondía tras la compuerta para darle charlas acerca de la libertad, de que pronto le sacaría de ahí para que pueda huir lejos de la esclavitud. Mientras que Lars iba cada mañana y noche para darle de comer, otorgarle otros tipos de necesidades básicas y... dejar de tratarle como a una mascota, sino más bien como a un... ¿amigo? Sí, lo necesitaba cerca suyo porque creía que perdería su poder y no quería que un estúpido revolucionario le quitara el cariño que su prisionero le tenía.

Muchos pero muchos meses habían pasado, cada día su mente empeoraba porque no se decidía por quién quedarse: El líder revolucionario que la otorgaba libertad incierta en dónde su futuro también era incierto, o la esclavitud del "vigilante del pueblo" que lo mantenía muy bien cuidado, en donde le trataban con mucho cariño. Para muchas personas era algo estúpido que se sintiera de aquella forma no obstante, no sabía qué hacer.

Era el mes de Octubre y la opción que Vladimir Illich le había propuesto le heló la sangre demasiado. Logró romper los candados para ponerlo en libertad y decirle que se una a la revolución que comenzaría esa misma noche. ¿Y qué debía hacer? Matar a su amo y unirse a la turba furiosa de bolcheviques para asesinar al Zar y toda su familia, destruir a la Dinastía completa.

Recordaba con gran nostalgia que hace un año más o menos, él estaba recibiendo la orden de destruir a la Dinastía, no tenía miedo en hacerlo, de hecho, la sed de matar a quiénes lo separaron de sus amados padres regresó, era una oferta que no debía rechazar porque así por fin su venganza estaría completa. No obstante... había un pequeño detalle que le dolía en el alma y ese era matar a Lars, era algo estúpido también, aunque él no tenía nada que ver en la muerte de sus padres, si que le dio esclavitud e incluso fue abandonado por una semana completa en la que se sumergió en la extrema locura, pero... adoraba el hecho de estar a su servicio, porque le daba donde vivir, le daba de comer y se preocupaba un montón por lo que le sucedía, era alguien demasiado especial para él, sentía que si lo asesinaba, no podría tener a alguien que le dé esas necesidades básicas, se consideraba totalmente dependiente de él, entonces, todo se entorpecía.

Mintió con respecto a que se uniría a la revolución, dijo que lo alcanzaría en un rato más porque planeaba matar a su amo lo más rápido posible, Lenin fue crédulo y se retiró de allí, mientras que Hammett no salió de su "mazmorra", la puerta estaba abierta, no obstante, se encontraba recostado en el frío pasto, temblando por la brisa del otoño y a la vez sonriendo por el hermoso paisaje que le otorgaba la Madre Rusia.

Ese día Lars fue un poco antes a visitarlo, y gracias a Dios que lo hizo o sino, no podría haber escapado de la tragedia que en cosa de horas más tarde se desencadenaría.

- ¿Ocurre algo, Kirk? -consultó sin haber saludado siquiera, sabía que algo andaba mal- ¿Por qué está la puerta abierta?

- S-sí... -murmuró y se levantó del suelo, sorbió su mucosidad nasal.

Lentamente se acercó a Ulrich hasta abrazarlo y reventar en llanto en sus brazos.

- ¡No quiero que mueras, no quiero que me dejes! -sollozó muy dolido.

- ¿Qué? ¿Por qué dices eso? Yo no pienso en dejarte... -correspondió al abrazo lleno de confusión.

- ¡Lenin me ordenó matarte para que luego me una a su grupo de revolucionarios!

Tragó saliva con nerviosismo.

- ¿Y lo harás? -suspiró en alivio al saber que la respuesta fue negativa.

- ¡No quiero, no quiero! -prosiguió entre sollozos.

- Vale, vale, no lo hagas entonces... -acarició su espalda con delicadeza con una mano y con la otra entrelazó sus dedos en los rizos del moreno.

- Es que... quiero hacer la venganza, y sólo con Lenin puedo hacerla, y no... ¡no sé qué hacer!

El joven "bastardo" suspiró, notó que ya no valía la pena seguir esforzándose en querer tener al chico a su lado porque el revolucionario ya le había ganado ese puesto, lo que fue como una apuñalada por la espalda por lo que estaba a punto de ordenar.

- Entonces... ve con él, di que me mataste y eres libre, no vale la pena seguir acá conmigo, ya sufriste demasiado -lo soltó y retrocedió un par de pasos-. Tu condena ya terminó, puedes ser libre... -volvió a suspirar.

- ¿Um.. qué?

- Yo me iré al Reino, espero que te vaya bien... -dijo casi en un susurro repleto de dolor-. Se libre de una vez porque lo mereces, olvídate de mi y busca un hogar mejor, eso... -dio media vuelta para retirarse de aquel lugar, apretando el puño por lo bajo, reteniendo sus ganas de llorar, no obstante, ¿por qué le dolía tanto saber que había perdido a alguien que empezó odiando y ahora tanto cariño le tenía? Rabeaba por lo bajo porque no comprendía qué le pasaba.

- ¿Al Reino? ¡No, Lars! ¡Huye tú también!

- Kirk, tú no eres nadie para mandarme y yo no soy nadie para mandarte ahora, haz lo que te plasca.

- ¡Pues yo quiero quedarme a tu lado! -confesó muy triste- ¡No quiero que te vayas! ¡Si te vas a ir, que sea lejos de allí y conmigo!

Aquellas palabras hicieron que las entrañas del muchacho pálido se revolvieran demasiado, incluso, sus mejillas se sonrojaron un poco, lo que lo hizo rabear aún más en silencio.

- No, Kirk... no lo entiendes, deja de engañarte, tú quieres ser libre, venga a tu familia de una vez con ayuda de ese idiota de Lenin y déjame en paz, sé que tú quieres eso. No te preocupes por mi, yo podré buscarme a algún otro tonto que quiera estar bajo mi poder.

Eso le dolió aún más al chiquillo de apellido hereje pero no ase atrevió a decir nada. Dejó que éste se fuera del lugar para tener libertad y eso no le gustaba, quería que su antiguo amo fuera lejos del Reino porque no quería que los demás revolucionarios lo asesinaran, sentía un nudo enorme en su garganta que no lo dejaba pronunciar palabra alguna, no podía modular, su cuerpo entero temblaba pensando en las atrocidades que ocurrirían, porque ahora estaban mucho más capacitados en la revolución que se efectuaría ese mismo día, inspirada en la revolución Francesa para derrocar al gobierno completo, no podía soportar la imagen mental de los bolcheviques asesinando a... su antiguo amo, no lo toleraba, algo tenía que hacer porque no soportaría ver morir a alguien que tanto afecto le tiene.

Iba a unirse a la revolución, no obstante, debía asegurarse de que Lars se encontrara a salvo. Estaba decidido de una vez tras tanto tiempo de incomprensión.

The Slaughter Never Ends (Metallica, KLARS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora