Capítulo 14: Seek and Destroy.

116 26 0
                                    

Cada segundo parecía una completa eternidad reflexiva para el moreno, mientras corría a toda velocidad que su débil cuerpo le permitía, traspasó los inmensos campos de cultivo abandonados hasta reencontrarse con sus compañeros revolucionarios que estaban preparándose para atacar con una rabia tremenda hacia el gobierno. De cierta forma agradecía que aún no atacaran porque tendría tiempo para buscar a Lars y así evitar su muerte.

Aunque no pudo evitar quedar en una especie de trance cuando escuchó al líder dar un discurso final, recitando palabras alentadoras para que la misión fuera un éxito total, Kirk se mantuvo paralizado imaginando, delirando con situaciones aún inciertas: pensaba cómo sería de trágica la muerte de Ulrich, que tan agresivos serían con un chico que no había hecho nada malo a su criterio personal, sufría en silencio, desesperándose porque en su imaginación no podía hacer nada por salvarle.

No pudo regresar a la realidad hasta que masas de bolcheviques le empujaban para comenzar el ataque, porque lo hicieron caer al suelo, el pueblo estaba inquieto y por eso no le interesaba golpear a un tonto que estaba bloqueando el camino, la decisión estaba tomada e iban a destrozar todo lo que podría quitarles su libertad. Una vez que regresó, sus ojos se abrieron a más no poder y sentía que iba a explotar muy pronto si seguía quedándose parado como un imbécil, sin tener idea de cómo pelear o portar un arma, sin implementos para ejercer magia, sin nada de nada se adentró entre la multitud para empujarlos uno a uno con tal de llegar a su preciado objetivo.

Algunos lo miraban extrañados, sin entender porqué de la nada el chaval se había puesto tan violento si hace menos de un minuto parecía un zombie que no razonaba con nada. Aunque uno contra toda una ciudadanía parecía una locura, no se molestaba en herir a sus compañeros, sino, en abrir paso para rescatar a su objetivo, el pánico no lo dejaba razonar bien y por eso es que iba por el mismo sendero en lugar de tomar un atajo. No podía negar de que nunca podría derribar a ninguno de sus oponentes que tenían la fuerza de mil elefantes contra la entrada del Reino, que sin miedo a nada rompieron la gran puerta hasta entrar a la hermosa pieza arquitectónica para arrasar con todo a su paso.

Por fin se le iluminó un poco el foco y cambió de dirección, visitó los lugares que Lars siempre frecuentaba, aquellos que daban una vista panorámica al paisaje de la Madre Rusia, nada, ningún rastro, lo que traía más preocupación al muchacho de apellido hereje. Se perturbaba a medida de que veía a los fuertes hombres rusos combatir contra la gente que se hallaba presente, sin importar la clase social: guardias, mucamas, familiares del Zar, etc. Los gritos, la sangre derramada, los golpes, tanta violencia... le recordaban el día en que lo separaron a la fuerza de sus fallecidos padres.

Era su venganza y no le gustaba, estaba perdiendo la cordura de nuevo, lo que prometió hacer para dejar libres a sus padres no estaba funcionando, a pesar de que los vio en más de una ocasión, siempre le decían que ya eran libres, que no era necesario todo el ajetreo de asesinar, que debía escapar de Lars y listo. Entonces, la ira aumentaba por eso mismo, porque ni el propio espíritu de sus padres lograban comprender lo que él estaba pasando.

Sólo quería huir de esos idiotas para ser el héroe de una vez, sin embargo sus esperanzas desaparecían con creces al recorrer tantas habitaciones sin tener una mínima pista del paradero de Lars Ulrich.

The Slaughter Never Ends (Metallica, KLARS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora