Blanca Navidad

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Se encontraba en la disyuntiva habitual: no sabía qué ponerse. Quería estar presentable para las fotografías que se tomarán en aquella reunión. Esta Navidad lo pasarían en la casa de los abuelos, junto con sus tíos y primos; una familia numerosa, pero muy unida.

Hacía tanto calor que se sentía en el mismísimo infierno conviviendo con Satanás, mas debía tolerarlo.

El sonido de un teclado rompió con aquel silencio desesperante en el que Harry se encontraba. Provenía de un lugar cercano, de las escaleras. Moría por saber de quién se trataba, si hay algo que le fascina es la música, ¡los músicos ni qué decir!

Esa duda no cesó hasta que escuchó su voz, muy peculiar, muy... ¿aguda? Así la describe Harry, aguda, pero muy afinada y melodiosa. Por un momento estaba convencido de que se trataba de una chica, pero era imposible, no habían adolescentes en la casa, todas adultas, así fue como llegó a la conclusión de que era el chico que parecía haber aspirado helio o algo semejante que alteraba sus cuerdas vocales: el vecino. Tocaba canciones de Bruno Mars, mientras las tarareaba, iba dando pausas de cuando en cuando y retomaba la canción hasta terminarla e iniciar con otra.

Harry quiso tener un buen momento e interrumpir su gloriosa concentración. Le subió a su reproductor el volumen a todo lo que daba y eligió una canción de los Guns —la más conocida de todas sweet child O' mine—. El vecino inmediatamente dejó de tocar el teclado, por lo que creyó que se había ido o enojado por la interrupción, así que presionó pausa y siguió con el proceso de elección de vestimenta. Eso duró hasta que comenzó a sonar nuevamente aquel instrumento, pero esta vez con la canción que Harry había elegido. Decir que se emocionó fue poco, se encontraba en la mismísima gloria. Sin pensarlo por mucho puso otra canción y, el vecino, como si obedeciera a sus pedidos, comenzó a tocarla; esto se repitió aproximadamente con 7 canciones más. Fue entretenido para ambos, pero Harry debía seguir arreglándose y al chico se lo llevaron a regaños. No se pudo hacer más.

Lo admitía: le hubiera encantado que se quedara.

Una extraña conexión.

¿Cómo es que alguien te roba sonrisas y palpitaciones fuertes en el corazón sin necesidad de verte o dirigirte palabra alguna?

El momento de salir de casa había llegado. Apenas puso un pie fuera del departamento notó que un joven subió las escaleras a paso raudo; suprimió una risa, miró hacia arriba, él lo observaba "disimuladamente" desde las gradas. En el peor de los casos podría haberse sentido acosado, mas no fue así, al contrario, se encontraba halagado.

La madre de Harry fue a saludar a la señora que le alquilaba el lugar y Harry no se movió de donde se encontraba; ya sentía que le salían raíces, conversaban de cualquier cosa menos de la Navidad, que era la razón por la cual se había acercado gentilmente.

El chico misterioso salió de su escondite, dejándose ver de cuerpo completo en lo que bajaba las escaleras; ahora que podía verlo con más detalle pensó: "no está nada mal", además de que por el incidente del lavabo no había dejado mucho a la imaginación. Tenía pinta de ser un amargado, no de mala gente, solo de no ser comprendido. Su mirada cargaba con una gran nostalgia, vicio y soledad, pero al mismo tiempo le trasmitía a Harry una ternura genuina, como si le urgiera ser escuchado, como si tuviera muchos conflictos internos que no ha logrado expresar en mucho tiempo y que se encontraban guardados bajo más de 7 llaves.

Sonrió al notar que entre ambos había una diferencia de altura notable. La idea de llamarlo enano le pareció tierna.

— Hola —le dijo Harry, cohibido.

— Hola.

La vergüenza se apoderó de él. El vecino se percató de que Harry se había quedado admirándolo, estuvo analizándolo tanto tiempo que ya se había perdido, no cayó en la cuenta de que este lo miraba como diciendo: ¿Qué me miras, mierda?

— Por lo visto no pasarás la Navidad aquí —le dijo al rato.

— No, lo pasaré en la casa de mi abuela, todo un lío aparte, mi mamá me obliga a ir —respondió con algo de fastidio.

El vecino se rió, los ojos se le achinaron y unas arrugas aparecieron en cada lado. Un "asjfkd" se apoderó del estómago y corazón de Harry.

— Qué mal, pero al mismo tiempo qué bien, así no tendrás que aguantar los gritos de por aquí, como yo, por desgracia —bajó la mirada. Daba la impresión de que vivía en el mismísimo infierno.

— ¿Lo pasarás con tu familia?

Negó con la cabeza, continuó con la vista baja y esa mirada turbia, llena de conflictos internos.

— Ya quisiera —musitó. Si no fuese porque Harry estaba interesado en conversar con él ni se habría molestado en tratar de oír—. Solo con mamá, tíos y primos.

— ¿Eso no es una familia?

— No para mí.

Se quedó sin saber qué decir, trataba de ser amigable, pero parecía que él solo quería poner una barrera entre ambos.

— Oh.

— Qué horrible, ¿eh? Ni te molestes en hablarme de nuevo, sé que con esto ya te espanté.

— Para nada, ¿cómo puedes decir algo así?

El vecino le brindó una sonrisa torcida mientras se encogía de hombros.

— Es lógico.

— No, no lo es, eh, yo... —balbuceaba al no encontrar algo inteligente para decir, sobretodo porque quería que el muchacho se sintiera bien. Terminó calificándose de desastre para estas situaciones—. Me llamo Harry, Harry Styles, solo dime Harry, Styles o como gustes, yo... te deseo una feliz Navidad.

Al escuchar las últimas palabras el vecino le sonrió con sinceridad, por primera vez se atrevió a mirarlo a los ojos. Esas miradas se cruzaron y un escalofrío invadió cada parte de sus cuerpos.

— ¿Frío?

— ¿Uh?

— Te estremeciste.

— Oh, no, para nada, no fue por eso que lo hice, gracias por preguntar.

— Ya veo —volvió a esa postura llena de desconfianza, como si de pronto quisiera protegerse de algo que creía malo o peligroso.

— Bueno, hasta luego — Harry hizo un gesto con la mano en señal de despedida y siguió su camino.

— Espera.

En un acto apresurado lo tomó por la muñeca. No sabía qué decirle con exactitud, tampoco por qué fue que lo hizo, simplemente sucedió.

— ¿Uhm?

— Feliz Navidad —le brindó la mejor sonrisa que pudo, se notaba nervioso, más por el hecho de que no sabía por qué había actuado de aquella forma.

Harry lo abrazó, él dio un sobresalto, no obstante fue correspondido a los pocos segundos.


Beautiful Accident - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora