Sinvergüencería

84 13 7
                                    

6: 30 de la mañana.

— Hazz —movió un poco su hombro—. Hazz... —insistió— ¡HARRY! —exclamó.

Sí que tenía el sueño pesado. Se asustó tanto que se puso de pie y miró para todos lados de forma paranoica. Louis soltó una sonora carcajada y Harry lo miró de forma asesina.

— Qué hermosa forma de levantarme, gracias —dijo con sarcasmo.

— Un placer —le sonrió—. Sí que tienes el sueño pesado, eh.

— Sí, llega a ser un gran problema.

— Te levanté porque quería preguntarte si es que crees que ya terminó la operación.

— No lo sé —Harry se encogió de hombros, luego se frotó los ojos y soltó un gran bostezo—, eso solo lo saben los médicos.

— Quisiera saber.

— Lo sé, pero tenemos que esperar a que un doctor se nos acerque, no podemos insistir mucho, ya sabes cómo son con estas cosas.

Louis puso los ojos en blanco.

— Imbéciles.

— Es bueno saber que no solo me lo decías a mí —se burló.

— A ellos se los digo con odio, a ti no.

Harry le sonrió.

— Deberíamos buscar algo para desayunar —se sentó a su lado.

— No pienso moverme de aquí.

— Tienes que hacerlo, te puede pasar algo si no te alimentas bien.

— No quiero —se cruzó de brazos.

— Louis...

— ¿Qué me darás a cambio? —arqueó una ceja.

— Se supone que es tu salud, no deberías pedir algo a cambio.

Lo miró con odio.

— ¿Qué pasa si un doctor viene? No quiero que ese bastardo tenga la información, no me dirá nada —dijo en referencia a su tío.

— No pasará eso, Lou, vamos.

— Júramelo.

— Lo juro.

— Si llega a pasar no vivirás lo suficiente como para contarlo —lo amenazó mientras lo señalaba con el dedo índice— Vamos.

Con aquella amenaza Harry no pudo evitar recordar lo del asesinato del que había sido acusado, necesitaba una respuesta, ya que no la tuvo en bastante tiempo. Era consciente de que no era prudente preguntárselo ahora.

Fueron a la cafetería por un desayuno decente y todo tenía precios exorbitantes, Louis no tenía dinero y estaba apenado sin saber qué decirle a Harry.

— Dios, es como si no me conocieras, Louis, elige lo que quieras —le dio la carta.

— Es que...

— Que pidas lo que quieras.

— Pero...

— Pide lo que quieras —su tonalidad se asemejaba más a una orden que a un gesto amable.

— De acuerdo —se rindió—. Quiero un café y un triple de jamón y queso, ¿vale? Si te quedas pobre y no tienes como volver a casa no me culpes.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 04, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Beautiful Accident - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora