En una colina lejana,
donde el cuervo impone su canto
y la bruja se arrastra bailando,
una llama de sangre aparece,
un lobo aullante muriendo.El verde se pierde en el negro,
el fresno del pueblo en metal,
el suelo asfaltándose avanza,
el camino llegando al final,
y la aldea despierta con miedo.El espíritu blanco se escapa,
el druida hechiza al villano:
corazón de roca y de hielo.
Una nube extiende su mano
y cubre con ella la villa.El perro maldito corre,
la vaca de granja se ahoga,
el gato fallece aplastado,
y del pobre pueblo hechizado
huyen muy pocos aldeanos.El lugar queda en soledad,
los hogares oscuros se agrandan,
toman ángulos-formas imposibles.
Lugar para fiesta macabra,
lugar de canciones fúnebres.El pueblo se ha hecho metal,
un valle de sino prohibido,
donde el alma de noche se embriaga,
donde el hombre deshumanizado
sirve al mal con muerta mente atada.Y en lo alto del monte aparece
una luz que desnuda las sombras,
el espíritu blanco que grita
con los viejos androides de piedra,
hombres guiados por clara esperanza.El corazón del pueblo se abre,
el ser de maldad se contrae,
las armas se toman del suelo.
Llueve sangre, sangre y llamas,
y el gran fénix muestra su vuelo.¡Cómo baja el espléndido ejército!
¡Cómo corren, bravos, la pendiente!
El perro mecánico ataca
mostrando sus fieras cuchillas
al malvado enemigo demente.La batalla vierte sangre negra,
el androide degolla a su amo,
la argolla se quiebra con fuego,
con fuego del resurgir nuevo
que extermina la sombra del pueblo.Es una batalla vencida,
mas batalla y no una guerra.
La aldea levanta sus hombros,
el estío se oculta en su rostro
y alza sus ojos al alto:LUNA LLENA