Un libro viejo, una historia nueva.
Hay una hoja en un libro,
más blanca que el puro nacer,
que empieza a tintarse de rojo
y pronto verá amanecer.
El libro ya tiene experiencia,
herido de tanto querer,
y falto de paz y conciencia,
no teme de amor perecer.
La vida de su última hoja
no ha visto ni luna ni sol,
pero esconde su esencia más honda
el soñar con amar sin control.
El libro que ve que en su seno
nace una historia distinta,
historia que guarda secretos
de rojos sus verbos y tinta.
No esperes que verse de mí,
que escribo no más que de amor,
ni esperes que verse de ti,
que apagas su fuego y ardor.
La historia que cuenta mi libro
se escuche en aldeas, ciudades;
que el alma que forman sus partes
comparten las mismas verdades.
Verdades que extinguen maldades.
Afectos que arrasan colinas ;
controlan los vientos y mares
sus rosas de espinas divinas.
Las vidas del nuevo episodio,
confusas, con ganas de hacerse
preguntas de amores y odios,
comparten un dulce quererse.
Y dulce porque es alegría,
porque es infinita bondad
ver que es posible que un día
renazca de felicidad.
Y el libro debajo de un banco,
debajo de un par de chavales
que pintan la página en blanco
de un rojo de sentimentales.
