CAPITULO 11

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Lectoras, este es como un "Extra" será corto, siento mucho haber tardado tanto en actualizar pero he tenido problemas con el capitulo, lo he escrito más de tres veces y no se que sucede pero se elimina o no me deja subirlo, estuve una semana intentando subirlo pero no pude y me desanime mucho. Lo siento.

***

Recorrí con ambas manos cada centímetro de su piel, besé y marqué cada rincón de él, bebí de sus labios una infinidad de veces y quería más, necesitaba más de él.

Me hundí en su cuerpo lentamente, no quería ser rápido, para nada, quería que sintiera cuanto le deseaba pero a la vez quería hacerle saber que le amaba, que estaba entregando mi corazón, que me estaba entregando a él en cuerpo y alma. Por que, ya era suyo, tanto como él mío.

Sus gemidos eran sensuales y provocativos, me gustaba, me gustaba la manera en que nuestros cuerpos se amoldaban al otro sin mucho esfuerzo, me gustaba su cuerpo temblando de placer y sus ojos llorosos, sus manos vagando por mi cuerpo mientras yo disfrutaba de su apretada entrada, mis manos traviesas apretaban sus caderas enterrando un poco mis uñas en su blanquecina piel, él mordía de vez en cuando mis hombros y sus manos se enredaban detrás de mi espalda mientras sus piernas subieron a mi cintura para amarrarme a su cuerpo, tomé sus manos enredando nuestro dedos con las manos a la altura de su cabeza, moviendo fuertemente mi pelvis pues comenzaba a sentir ese cosquilleo en mis genitales y sabía que Daniel comenzaba a sentir lo mismo.

Tras gemir nuestros nombres con tanto placer, terminamos al mismo tiempo, le sonreí mientras hacía para atrás su flequillo que se pegaba a su frente debido al sudor.

- Tengo ganas - acaricié su brazo. - de probar el jacuzzi. ¿Vienes?

Me levanté de la cama extendiéndole mi mano, la cual tomó sin reclamos y con una gran sonrisa. Entramos al baño, entré yo primero al jacuzzi y después él sentándose sobre mi regazo y mirando de frente a mí.

- Es el mejor cumpleaños que he tenido Hyung - dijo para luego abrazarme.

Acaricié su espalda y besé sus hombros, inclinó un poco el rostro para que yo le besara, tomé sus labios entre los míos, los mordí y lamí hasta arrancar de ellos un par de gemidos. El calor se hizo presente en el cuarto de baño cuando Niel se movió sobre mi miembro despertándolo y haciendo que sintiera como el suyo golpeaba mi estómago. Daniel se levantó un poco acomodando sus piernas y tomando mi miembro entre sus manos, sentí su entrada y mi miembro palpitó, de una bajó sobre mi miembro.

- ¿Estas bien? - le pregunté preocupado mientras acariciaba sus mejillas, él asintió. - No debes hacer eso.

Daniel volvió a asentir pero enseguida se apoyó de mis hombros para comenzar a moverse. El agua escurriendo por su pecho y salpicando cayendo algunas gotas sobre nuestros rostros, me deslizaba fácil dentro de él gracias al líquido, y era placentero, salir y entrar de él infinidad de veces. Sus manos se deslizaban por mis hombros, las mías en su cintura ayudándole a moverse con más facilidad. ¿Qué más importaba todo lo demás si adoraba estar así con Daniel? Ya nada, ya no era necesario nada, más que él.

Reprimí un quejido al sentir las uñas de Daniel pasar por mis hombros, seguro dejaría marcado. Pero tampoco importaba por que me gustaba la sensación. Levante la pelvis muchas veces hasta que termine derramando mi semen dentro de él. El semen de Daniel paseo por el agua del jacuzzi mientras nosotros intentábamos regular nuestras respiraciones.

- Lo siento - dijo con la voz entre cortada. - por el corte que te hice.

Negué y le sonreí. Le ayude a bañarse y él me ayudo a mi, tallé su cuerpo con Jabón y su cabello con ese shampoo que olía tan bien. Le ayude a salir del Jacuzzi y tomé una toalla para secarle, al final terminamos acostados en la cama aún desnudos. Su delgado cuerpo se amoldaba a mis brazos, le abrazaba con fuerza y olía su cabello de vez en cuando, disfrutando aun más de este significativo momento a su lado.

- Daniel...

- Mmh - contestó pues comenzaba a quedarse dormido.

- Tengo que confesarte algo - dije y él con mucho pesar se volteó para dejar de darme la espalda, sus ojos se mantenían cerrados y sus labios abiertos, el sueño le estaba ganando. - Te amo.

Lo dije, así de simple lo dije, no hubo ramos de rosas, ni citas en un parque, no hubo más palabras; Sólo esas dos con el significado más grande que le podría dar a algo, por eso era aquello lo que sentía. Sus ojos se abrieron, sus cejas se juntaron e intenso emitir alguna palabra pero lo único que logró hacer fue sonreír con los ojos cerrados y acurrucarse más en mi mientras el sueño por fin le vencía.

-Lucharé por nosotros Ahn Daniel...

No More Perfume On You. NIELJOE/L.NIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora